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El dolor de Messi hiela al Camp Nou

El Barça, consternado por la lesión del ‘10’, supera con apuros a Las Palmas gracias al remate de Luis Suárez

Javi Varas se preocupa por el estado de Messi. / vicens giménezFoto: atlas
Ramon Besa

El Barça ha sobrevivido históricamente a las peores calamidades, incluso sin mediar títulos, tiempos de carestía que acabaron con Cruyff. Alcanzado Wembley, pasó de resistir a conquistar, a seducir en París con Ronaldinho, hasta que compareció Messi y empezó a gobernar desde Roma y Londres. Nada es imposible con Leo Messi. La vida sin el 10 por el contrario acostumbra a ser un calvario, y el argentino estará de siete a ocho semanas ausente por la rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda que sufrió nada más comenzar el partido con Las Palmas.

El ejercicio de supervivencia barcelonista adquiere un tono dramático sin Messi. Ha resistido el equipo como ha podido a una gira americana, a un rosario de lesiones, a la sanción de la FIFA, a controvertidas decisiones arbitrales y a errores desacostumbrados como el de fallar tres de los cuatro penaltis tirados en la Liga. Una plaga de fatalidades ha caído sobre el equipo del triplete y del tridente, desde ahora privado también del 10. El impacto de la lesión fue tan monumental que ahora mismo parece una heroicidad competir y no perder comba sin Messi.

BARCELONA, 2 - LAS PALMAS, 1

Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Bartra, Adriano (Gumbau, m. 90); Rakitic, Mascherano, Busquets; Messi (Munir, m. 9) (Sandro, m. 80), Luis Suárez y Neymar. No utilizados: Masip; Alves, Iniesta y Mathieu.

Las Palmas: Javi Varas; D. Simón, Alcaraz, Aythami, Bigas, Castellano; Roque Mesa (Valerón, m. 67), Hernán (Culio, m. 56), Wakaso; Viera y Araujo (El Zhar, m. 67). No utilizados: Lizoain; D. García, Nauzet, Willian y José.

Goles: 1-0. M. 25. Luis Suárez. 2-0. M. 54. Luis Suárez. 2-1. M. 88. Viera.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea. Amonestó a Hernán, D. Simón, Wakaso, Alcaraz, Mascherano y Luis Suárez.

Camp Nou. 74.916 espectadores.

El Camp Nou se quedó aturdido y al equipo se le vio frío y desvencijado, muy desconcertado, melancólico como el otoño recién iniciado, solo redimido por Luis Suárez. Ningún jugador como el charrúa, acostumbrado a la escasez, a las penurias y a los partidos ásperos, para combatir la ausencia de Messi. A Luis Enrique se le acaba la munición sin Messi y sin Pedro, de manera que no tendrá más remedio que encomendarse a Munir y a Sandro, y fiarse de Neymar y Suárez, decisivo en la mayoría de las victorias mínimas, como ante Las Palmas o la de San Mamés.

A juzgar por la alineación, ya condicionada por las lesiones y las rotaciones, el Barça tenía muy interiorizada la debilidad mostrada hasta ahora en las áreas, especialmente manifiesta en Vigo. Luis Enrique apostó por juntar defensas y delanteros en un once sin apenas centrocampistas, como si le importaran más los goles a favor y en contra que el juego ante un rival que defendió con cinco zagueros como el Levante. Así, quedó parado de nuevo un equipo extraño, sin Iniesta y con Busquets en la posición de 10, mientras que como medio centro ejercía Mascherano. Nadie es imprescindible en cualquier caso a excepción de Messi.

La hinchada, a fin de cuentas, tenía la mirada puesta en las porterías, la de Ter Stegen, portada de los diarios desde que toma goles de cuatro en cuatro, y sobre todo en la de Javi Varas. Hasta que se lesionó Messi. No habían pasado ni tres minutos y el argentino quedó tendido cerca de la línea de gol después de atacar un balón defendido por Bigas. Aunque la grada comenzó a corear el nombre del argentino, quizá porque quien canta el mal espanta, el 10 no se repuso ni cuando el doctor levantó el pulgar, gesto que aparentemente invitaba a la tranquilidad del Camp Nou. No hay vida posible en el Barça sin Leo.

Messi se levantó, puso sus manos sobre la rodilla izquierda, comenzó a caminar, pidió la pelota y la devolvió para que se la volvieran a pasar y se tiró al suelo, lastimado, rendido y abatido, presa de una mueca de dolor contagiosa en el Camp Nou. Nadie estaba por el partido sino que el barcelonismo se conectó a las redes sociales y a las radios para seguir los pasos de Messi como cuando Maradona abandonó el estadio en la festividad de la Mercè de 1983. Barcelona está ahora de fiesta mayor y la intranquilidad por la salud del 10 paralizó el Camp Nou.

Ter Stegen ha encajado ya los mismos goles que la temporada pasada (16) y se repiten las victorias mínimas

El encuentro quedó a merced de la Unión Deportiva Las Palmas. Las transiciones canarias, mal defendidas por el Barça, tenían más peligro que los barrocos ataques azulgrana, habitualmente mal acabados, hasta que intervino el sustituto de Messi: Munir. El delantero taconeó para dar profundidad a Sergi Roberto y el centro del lateral fue cabeceado espléndidamente por Luis Suárez. Una jugada estupenda en un mal partido, el primer gol barcelonista en una primera parte, un alivio para los espectadores en una tarde de dolor por la caída de Messi.

A falta de fútbol, de continuidad y profundidad en el juego, no quedó más remedio que mirar a Luis Suárez y a Ter Stegen. A pesar del gol encajado después que el balón diera en Piqué, el portero estuvo sobrio y fiable, muy puesto en la faena, nada que ver con sus actuaciones contra el Celta, el Sevilla y el Athletic. Y el ariete se mostró efectivo y solvente, contundente: volvió a marcar después de una acción acelerada por Neymar y continuada por Munir y provocó un penalti que Neymar tiró a palos, por encima del larguero, igual que Messi contra el Levante.

El impacto de la lesión fue tan monumental que parece una heroicidad competir y no perder comba sin Messi

El error del brasileño contrastó con la efectividad azulgrana en los tiros a portería, capitalizados por Suárez. El ariete encontró un buen socio en Neymar y una ayuda excelente en Munir, más dinámico y acertado que en anteriores partidos, como si se sintiera más protagonista que nunca por tener que sustituir a Messi. Ni con los goles de Suárez, sin embargo, se acabaron las penalidades azulgrana: falló Neymar desde los 11 metros y encajó un gol bien tonto por un error y un rebote, una suerte para Las Palmas, que pudo salida al carismático Valerón en el Camp Nou.

No consigue el Barça cerrar su portería, Ter Stegen ha encajado ya los mismos goles que la temporada pasada (16) y se repiten las victorias mínimas, con y sin Messi. Aunque el fútbol del equipo ya era escaso con el 10, jugar sin el argentino puede ser una hazaña para el Barça. La noticia de su lesión, conocida cuando el partido ya se apagaba, dejó conmocionado al estadio, convencido de que Leo jugaba siempre porque no se lesionaba nunca, hasta que dobló la rodilla ante la UD Las Palmas.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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