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La sonrisa de Thiago

El cuerpo técnico de la selección espera que el centrocampista del Bayern, que regresa tras un año y medio ausente por las lesiones, pueda tomar ya el relevo de Xavi

Ladislao J. Moñino
Thiago controla el balón en un entrenamiento de España.
Thiago controla el balón en un entrenamiento de España.Alberto Martin (EFE)

"Está feliz, lo ha pasado muy mal con las lesiones”, le cuchicheaba Mazinho, el padre de Thiago Alcántara, a Alfonso Morata, el progenitor del delantero de la Juventus, bajo las pérgolas de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Ambos se felicitaban por ver de nuevo a sus hijos juntos, después de haber sido señalados como dos piezas clave en la renovación de la selección tras conquistar el Europeo sub-21 de Israel en 2013. Morata tuvo que abandonar el Real Madrid para alcanzar la internacionalidad absoluta y Thiago pasar por tres roturas de ligamentos con el Bayern de Múnich antes de regresar a la selección. La casualidad puede hacer que reaparezca este viernes con la selección en Las Gaunas, el mismo estadio en el que debutó el 6 de septiembre de 2011 ante Liechtenstein.

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Mientras los dos padres charlaban de sus vástagos, Thiago, de 24 años, acababa de concluir su primer entrenamiento con la selección 585 días después de su última convocatoria para un amistoso contra Italia preparatorio para el Mundial de Brasil. Hasta él se acercó Javier Miñano, el preparador físico de la selección, durante ese primer entrenamiento para preguntarle cómo estaban y se encontró con un “estoy bien”. Miñano sabe por Lorenzo Buenaventura, su homónimo en el Bayern, que Thiago lo ha pasado mal, que las tres lesiones de ligamentos le han hecho sufrir mucho. “A ver si ahora entra ya en la dinámica de ser un fijo. Las lesiones se lo han impedido hasta ahora. Fue una pena que se perdiera ya el Mundial, pero le hemos visto bien. Siempre juega con una sonrisa, representa el fútbol con alegría”, admite Toni Grande, el segundo de Vicente del Bosque.

Sentido del juego

Durante esa primera práctica, en un partido de porterías pequeñas, Thiago protagonizó varias acciones con la pelota que le señalan como un futbolista diferente. Un taconazo, una pared y un regate en un espacio reducido fueron agradecidos por el público que asistió al entrenamiento. Thiago pertenece a esa clase de futbolistas a los que solo el balón les hace feliz. El fútbol moderno no ha parido un futbolista como él. No hay un mediocentro o un volante que haga jugar al resto mezclando tanto repertorio virguero con un sentido del juego tan claro.

“Le gusta estar en contacto con los compañeros, tiene pase final, es sacrificado, se puede adaptar a varios puestos, ser más defensivo, más creativo, hace todo… Alguna vez hace algún arabesco, pero forma parte de su manera de jugar. Hay esperanzas con él”, le analizaba hace poco en este periódico el seleccionador. Si hay un futbolista sobre el que Vicente del Bosque tenía pensado vertebrar la renovación de la selección ese es Thiago.

En el Barça no pudo ser el relevo de Xavi porque prefirió marcharse al Bayern junto a Pep Guardiola, pero en la selección Del Bosque nunca ha escondido que era su recambio y el eslabón más fuerte para perpetuar el estilo. No lo convocó para los partidos de septiembre para no cargar sus piernas con tanto esfuerzo continuado tras una larga inactividad. Del Bosque, como Grande, espera que este sea ya el arranque definitivo de la era Thiago. “No se puede decir lo de que la selección le ha echado de menos porque no ha estado”, advierte Sergio González, el entrenador del Espanyol, presente en el curso de reciclaje de entrenadores que se celebra en Las Rozas. “Evidentemente, es el relevo natural de Xavi siendo diferente a él”, abunda el técnico; “Para mí es una debilidad, lo tiene todo para ocupar el puesto Xavi, tiene personalidad, talento y visión de juego para jugar en corto y si hace falta en largo”, añade Gerard López, exjugador del Barcelona y de la selección y criado futbolísticamente en el mismo estilo de juego.

Es precisamente en el estilo donde Thiago se ha encontrado con un Bayern un tanto diferente en esta su última reaparición. La dominante presencia de Douglas Costa desde su velocidad y su desborde ha desembocado en un equipo que combina el juego en largo desde los desplazamientos de Xabi Alonso y Boateng con el corto. El Bayern ahora no está tan supeditado al juego de toque y Thiago se ha tenido que adaptar a ser decisivo unos metros más arriba. Desde esa posición ha asistido y ha contribuido a la explosión goleadora de Lewandowski.

El club bávaro tiene confianza plena en que volverá a ser un jugador muy importante. Tuvo el gesto de ampliarle el contrato que finalizaba en el 2017 hasta 2019. “Estamos contentos de que Thiago haya decidido quedarse a largo plazo en el Bayern. Es joven y un jugador importante para el futuro del club”, admite su presidente Rummenigge.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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