_
_
_
_
_

“Pensé que nunca llegaría”

Albert Sàbat debuta como base del Joventut en la Liga Endesa a los 30 años tras cuatro ascensos frustrados a la máxima categoría y rescindir un contrato

Robert Álvarez
Albert Sàbat, en el pabellón de Badalona.
Albert Sàbat, en el pabellón de Badalona. JUAN BARBOSA

Albert Sàbat cuenta sus peripecias con naturalidad, sonriente. “¡Pensé que no iba a llegar nunca!”, resopla. El base de Llagostera (Girona) se ganó el ascenso a la Liga Endesa cuatro veces seguidas con tres equipos distintos, el Canarias, el Alicante y dos veces el Burgos. Pero nunca pudo disfrutar de la recompensa, las tres últimas ocasiones porque ni el Alicante ni el Burgos consiguieron cumplir con los requisitos que exige la ACB, principalmente económicos; la primera, en 2012, porque el Canarias, a última hora, lo descartó en la plantilla con la que afrontó su retorno a la máxima categoría.

Esta temporada iba a jugar de nuevo en la LEB con el Melilla, pero rescindió su contrato cuando el Joventut se interesó por él

El pasado verano, tras su cuarto desengaño con el Burgos y coincidiendo con su 30 aniversario, Sàbat fichó por el Melilla, otro aspirante al ascenso. Días después, a la salida del entrenamiento del pabellón de Llagostera en el que se entrenaba para afrontar su décima temporada en la Liga LEB Oro, la segunda división del baloncesto, su representante le llamó para comunicarle que el Fiatc Joventut quería ficharle. “Me ilusionó esa posibilidad. Pero el Melilla no quería dejarme ir”, cuenta. “Decidí recurrir el decreto 1.006 y hace unos días llegamos a un acuerdo. Yo ya estaba convencido, pero Salva Maldonado (entrenador del Joventut) me llamó, me comentó como serían las cosas y lo acepté de primeras. Me explicó por qué me querían fichar, que querían un jugador rápido para un equipo que tira bastante desde fuera, y que yo podía encajar bien”.

Al fin, después de 10 temporadas en la LEB, Sàbat ha hecho realidad su sueño. Hoy, debutará como base del Fiatc Joventut en una competición en la que apenas disputó unos minutos, casi testimoniales, cuando, con solo 17 años y en las filas del Valvi Girona, apuntaba muy alto. Poco después, en 2003, disputó el Europeo Sub-20 con la selección española junto a Marc Gasol y Sergio Rodríguez, entre otros. “Las circunstancias son bastante diferentes”, puntualiza. “Ahora vengo al Joventut de segundo base. Creo que estoy más preparado, y tendré más responsabilidad. Pero la cuestión no es haber llegado aquí, sino trabajar a fondo y que el equipo juegue bien”.

Atrás queda el rosario de frustraciones, esos cuatro últimos años ganando cuatro ascensos seguidos, todos ellos finalmente anulados en los despachos. “Los primeros días en que se producía la decepción de no poder ascender la decepción era muy grande”, recapitula. “Y al final sí piensas que ya no te llegará nunca. Pero me rehacía y empezaba la siguiente temporada con ilusión porque me gusta el baloncesto y es mi trabajo. Yo creía que podía jugar en la Liga Endesa pero hasta que no estás en ella y los demuestras tampoco se sabe. Espero responder a esta oportunidad”.

Yo creía que podía jugar en la Liga Endesa pero hasta que no estás en ella y lo demuestras tampoco se sabe. Espero responder a esta oportunidad” Albert Sàbat

Sàbat mide 1,82. Fue su hermano mayor, Oriol, el que le instigó para jugar al baloncesto en el equipo en Llagostera. Hasta que un día no eran suficientes jugadores y decidió irse al Sant Josep de Girona. Ahora, con 30 años, afronta el mayor desafío de su carrera. “La Liga Endesa es diferente, los jugadores son más físicos, más rápidos, el ritmo más rápido también, contra muchos había jugado ya y espero competir bien”, analiza. Entre sus rivales estará el que más admira, Sergio Rodríguez. “Me gusta mucho su forma de jugar. Coincidí con él en la Sub 20. Y también aprendo mucho de Mallet (el base estadounidense de 37 años, titular en el Joventut). Es muy talentoso y tiene mucha experiencia. Podré aprender mucho de él”.

Sàbat estará de nuevo cerca de casa, aunque ha tenido que alquilar un piso en Badalona. “Tengo una hora hasta Llagostera y como entrenamos dos veces al día sería demasiado viaje. Aquí, vivo al lado del pabellón. Pero es como si estuviera en casa después de salir de Girona y pasar por Alicante, Tenerife, Lleida, Vic, Vigo, Burgos…”. Sàbat, después de seguir los preceptos de superación en el deporte —“Un boxeador no pierde la pelea por caerse, la pierde por no levantarse”—, cumplirá al fin su sueño de competir en la Liga Endesa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_