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Jonás Gutiérrez y una llamada al Papa Francisco

El jugador del Deportivo denuncia al Newcastle por discriminarle al sufrir un cáncer por el que Maradona intercedió en el Vaticano

Jonás Gutiérrez en un partido con el Newcastle el pasado 4 de marzo.
Jonás Gutiérrez en un partido con el Newcastle el pasado 4 de marzo.AFP

La temporada que precedió al Mundial de Sudáfrica, Jonás Gutiérrez (Buenos Aires, 1983) jugaba en la segunda categoría del fútbol inglés, a la que había descendido con el Newcastle. Fue cuando Diego Maradona, entonces seleccionador argentino, despejó las dudas: “En mi equipo están Gutiérrez, Messi, Mascherano y ocho más”. Hace un año la vida les volvió a cruzar en un programa de la televisión argentina. El astro estaba en Dubai y Jonás en un plató en su país, pelado por las secuelas de la quimioterapia con la que trataba un cáncer testicular. “Voy a llamar al Papa que rece una oración por vos”, le dijo el Diez. Y zanjó: “Mira que hay hijos de puta en Argentina, pero esta vez el Barba [por Dios] eligió mal”.

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Jonás Gutierrez, de 32 años, volvió a jugar el pasado marzo y en mayo marcó el gol que selló la permanencia del Newcastle en la Premier League. Una semana después recibió una llamada telefónica de su entrenador, John Carver, en la que le comunicaba que tras ocho años en el club no le iban a hacer ninguna oferta para que continuase. “No fue una sorpresa, me quedé a dos partidos de lograr la renovación automática y se preocuparon de que así fuese”, asegura Jonás. Ahora, en las filas del Deportivo de A Coruña, ha presentado una demanda contra la entidad británica por estimar que fue discriminado tras serle diagnosticada su enfermedad. Algunas fuentes cifran que reclama una indemnización próxima a los tres millones de dólares.

“No fueron de frente y dejaron la puerta abierta sobre si realmente estaba recuperado”, dice el futbolista. Su odisea profesional comenzó con la personal. En mayo de 2013, le habían detectado un tumor en un testículo, se fue a operar a Argentina y al regresar a Newcastle en enero le dijeron que ya no contaban con él. “Venía de jugar todos los partidos durante cinco años y de ser indispensable paso a que me pidan que busque equipo para salir a préstamo”, relata. Encontró acomodo en el Norwich, pero se lesionó, su mentor fue destituido y para colmo unos ganglios inflamados revelaron que el cáncer no había desaparecido del todo y que necesitaba quimioterapia. Pagó el tratamiento en Argentina de su bolsillo y en noviembre de 2014 anunció que estaba recuperado y comenzó a entrenarse con Vélez Sarsfield, el club en el que creció desde que tenía nueve años. Dos días antes de Nochebuena volvió a vestirse la camiseta del Newcastle para jugar con el equipo reserva durante 87 minutos. Le quedaban apenas seis meses de contrato, pero logró volver a ser importante para ayudar a una entidad de la que asegura que nunca recibió ni un mensaje de apoyo. Rescata, al menos, el de la gente, el que volvió a sentir el pasado fin de semana cuando regresó a la ciudad inglesa para culminar una mudanza que cierra un tiempo de luces y sombras, siempre intenso.

Siempre quiso ser futbolista y no siempre fue de los mejores cuando soñaba con serlo

Ahora, desde A Coruña, Jonás Gutiérrez, de 32 años, trata de acercarse a su mejor versión por más que desde el club le hayan apuntado que todavía debe afilarse un poco más en la báscula. “Mi complexión física ha cambiado con el tiempo”, apunta. “Mi estilo es el de siempre”, aclara un tipo también conocido como El Galgo. “Me gusta encarar, llegar al fondo, buscar una pared, pero ahora conozco mejor el juego, he evolucionado por dentro o de lateral cuando el equipo lo necesitó. Aprendí cuando hay que correr o dar pausa”, relata.

Con tres años, Jonás sufrió unas convulsiones febriles que le ocasionaron una parálisis para la que el médico le recetó mucho deporte. Cuando pasados los años la vida le volvió a golpear plantó cara. “Me apoyé en la experiencia de gente que pasó por algo parecido”, dice. Con Juan Fleita, un delantero que cuando jugaba en Huracán superó un linfoma de Hodgkin, o con Carlos Roa, que también superó un cáncer. Ahora busca tiempo para leer la biografía de Lance Armstrong y volver a disfrutar del fútbol. Jonás no tiene constancia de que Maradona llamara al Papa, pero tampoco dudas: “Diego si te dice algo, siempre lo cumple”.

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