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Keylor, Marcelo y Cristiano, decisivos en tres minutos

El portero, el lateral y el goleador del Madrid rescatan a su equipo de la irrelevancia entre el minuto 25 y el 28 de la primera parte ante un rival atrevido

Diego Torres
Ronaldo celebra el gol contra el Levante.
Ronaldo celebra el gol contra el Levante.JUAN MEDINA (REUTERS)

Keylor, Marcelo y Cristiano iluminaron a un Madrid sin juego, gris como la tarde encapotada sobre el Bernabéu. El Levante se presentó en la fiesta con espíritu alborotador, exponiéndose con tres centrales que no conseguían cerrar las bandas, elevando las líneas hasta invadir el campo contrario, atacando hacia el sur. El Madrid vivió los primeros 25 minutos buscando una salida del atolladero.

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El público en la grada baja contemplaba la pradera en un silencio cargado de suspicacias. Keylor acababa de atrapar un balón rebotado y comenzaban los rumores cuando Marcelo se anticipó a Morales y avanzó rápido como un zorro. Tiró la diagonal y cuando los volantes le achicaron el espacio tocó para Cristiano, que hábilmente se movió hacia afuera. Cristiano devolvió la pared, Marcelo se metió en el área, recibió, resistió la marca de Jose Mari, y enganchó el zurdazo sin apenas ángulo. La pelota pasó junto al primer palo de Rubén Martínez. El portero se volvió a mirar. La red tembló. Estaba adentro.

El 1-0 señaló el final de la siesta madridista y el momento que definió la jornada en Chamartín. Persiguiendo la respuesta, el Levante se desplegó con rabia. Hubo un centro de Morales desde la derecha y Roger cabeceó desatado. El sentido y la potencia del tiro anunciaban el 1-1. Iba picado, fuerte, angulado. A la izquierda de Keylor, que replicó flexionando las rodillas y lanzándose hacia abajo en uno de los gestos más antinaturales y difíciles que puede hacer un portero para tapar un disparo. Puso el guante pegado a la hierba y la pelota se frenó en la raya. El desconcierto del público fue equiparable al desconcierto de los futbolistas del Levante.

La gente del fondo sur se arrancó a aplaudir a Keylor presa de un arrebato de agradecimiento frenético. El portero se estaba girando para saludar a sus admiradores cuando en el otro extremo del campo, Feddal, el líbero, se equivocó iniciando la jugada. Tal vez era presa del abatimiento: en dos minutos su equipo había sufrido un gol y una parada que le privaba del empate. Segundos después encajaría el 2-0.

Feddal le entregó el balón a Kroos. Y el alemán, mal adversario en los tres cuatrtos, se vio solo en el medio campo contra dos defensas rivales que se replegaban desesperados para frenar a Cristiano y Bale. El Levante había cometido otro error que propiciaba otro contragolpe. Bale corrió hacia el punto de penalti; Cristiano, astuto, esperó y ganó dos metros. Kroos le dio la pelota y el goleador soltó un cañonazo desde fuera del área. Fue el 2-0. Su gol 324 con el Madrid. Oficialmente, ya se puede decir que es el máximo goleador de la historia del club.

Tres minutos después del tanto que abrió el marcador, el Madrid cerró un partido que pudo volverse espeso como el cemento. No fue así porque lo impidieron Keylor, Marcelo y Cristiano en un rato, tres o cuatro acciones que completaron el expediente de la Liga antes de una semana de Champions que se anuncia emocionante.

En la segunda parte el Levante puso las ocasiones y los blancos el gol. Los valencianos tuvieron en sus botas las opciones de recortar el resultado, pero Keylor Navas —antiguo guardameta de los granotas— repelió todo lo que le llegó. Grandes paradas de un portero que solo ha encajado dos goles en ocho encuentros de Liga. A falta de 10 minutos para el final, Jesé marcó el tercero tras una gran acción individual, con bicicleta incluida, dentro del área.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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