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Tablas entre el Eibar y el Sevilla

Los de Emery apretaron en la segunda parte, pero Riesgo evitó que los andaluces sacaran los tres puntos de Ipurua

Juncà y Reyes luchan por el balón durante el partido.
Juncà y Reyes luchan por el balón durante el partido.J.Etxezarreta (EFE)

Recuerda el uniforme del Sevilla al equipo de los viejos tiempos. El de ahora, el de este sábado en Ipurua, hace oídos sordos al de la pasada temporada. Ni en la presión ni en la organización ni en la definición este Sevilla de Emery se parece al Sevilla de Emery, como si de una temporada a otra se hubiera interpuesto un desierto desconocido. En el Eibar, han cambiado los nómadas, pero el espíritu es el mismo: trabaja y se sorprende de lo que gana por igual. Al Sevilla le faltan ideas y al Eibar, gasolina. El empate premiaba por eso la igualdad de condiciones.

Porque el Eibar se plantó en el campo con el desparpajo del equipo feliz, del equipo con la autoestima por las nubes: organizado en defensa, impulsado por la energía de Escalante, templado por Adrián y resuelto por Borja Bastón, un buscagoles y un cazagoles al mismo tiempo. Con el Sevilla desubicado, despistado, todo caía a los pies o la cabeza de Bastón. Y a los ocho minutos, un libre indirecto efectuado por Saúl Berjón lo enganchó Bastón aprovechando la entrada de Escalante que desorientó a la defensa.

Era un Eibar voluptuoso frente a un Sevilla que se miraba hacia adentro y no encontraba respuestas. El centro del campo padecía la lentitud de Krychowiak y el juego plano de N'Zonzi. Por eso, todo era del Eibar provocando la sensación de que hay más jugadores de un equipo que del otro. Una vez disparó a puerta en toda la primera mitad, por medio de Reyes. La jugada anunció lo que estaba por venir a cargo de Riesgo.

Porque la segunda mitad se disputó con dos equipos con la misma indumentaria que en la primera. Pero eran otros. La voluntad del Eibar se convirtió en supervivencia mal entendida. Y la endeblez del Sevilla se trastocó en la furia del condenado. Se jugó el partido en el terreno del Eibar. No es que el equipo de Emery acorralase al de Mendilibar, es que el Eibar salió voluntariamente acorralado, quizás escaldado de tantas veces que se quedó sin gasolina en mitad de la autopista.

Eibar,1 - Sevilla,1

Eibar: Riesgo; Capa, Dos Santos, Ramis (Pantic, m. 58), Juncà; Berjón, Escalante, D. García, Adrián (Enrich, m. 83); Borja (Keko, m. 70) e Inui. No utilizados: Irureta, Verdi, Arruabarrena y Ekiza.

Sevilla: S. Rico; Coke, Rami, Kolodziejczak, Tremoulinas; Krychowiak, N'Zonzi (Banega, m. 68); Reyes (Konoplyanka, m. 56), Iborra, Vitolo; y Gameiro (Immobile, m. 85). No utilizados: Soria, Cristóforo, Andreolli y Ferreira.

Goles: 1-0. M. 8. Borja Bastón, de cabeza. 1-1.M. 71. Gameiro, a centro de Iborra.

Árbitro: Martínez Munuera. Amonestó a N´Zonzi, Juncà, Dani García, Coke e Immobile.

5.568 espectadores en Ipurua.

El tercer grado sevillista lo impulsaron entre todos, pero especialmente la entrada de Konoplyanka, en lugar de un Reyes intrascendente, que activó el juego sevillista y permitió que Coke buscara la línea de fondo, algo que le había taponado el capitán sevillista. Fue un bombardeo contra Asier Riesgo, que demostró tres cuestiones importantes en un portero: colocación, reflejos y suerte en un ramillete de remates que sacó con las manos y los pies en pleno acoso a su portería. Si ni la cabeza de Iborra o los pies de Gameiro valían para igualar el encuentro, bien le vino al francés el bajo vientre para empujar un buen centro de Iborra que Dos Santos se tragó y Riesgo no calculó.

Quedaba mucho partido, casi media hora, lo que anunciaba un sufrimiento total para los azulgrana, que habían perdido al jefe de su área, Ramis, y su delantera ya se habìa mudado en stajanovistas de la destrucción. Ahora era el Sevilla del viejo uniforme, pero de la cara reciente. Disparó Gameiro, Konoplyanka, Gameiro, otra vez, remató Iborra, y venga y dale... pero siempre Riesgo hasta que el colegiado dijo basta tras cuatro minutos de prolongación. El axioma funcionó: un tiempo para equipo equivale a un empate justo, aunque el del Sevilla fue más pródigo en remates que el del Eibar. Le falta al equipo de Emery velocidad de crucero y al Eibar, gasolina. Por eso llegaron juntos a la línea de meta.

"No quiero que nos quiten"

Unai Emery, entrenador del Sevilla, se mostró bastante descontento con la labor arbitral de Martínez Munuera, que no señaló un claro penalti de Ramis a Konoplyanka con el 1-0 en el marcador. "No estamos teniendo suerte con los árbitros. Hemos tenido cuatro jugadas de penalti y seguro que algunas lo ha sido. Sé que los árbitros no lo tienen fácil. Hace dos años, Munuera nos pitó un penalti de Fazio en una acción similar que ahora no ha señalado. El criterio ahora ha sido distinto. Yo no quiero que me regalen nada, pero tampoco que me quiten. Sentimos indignación en el vestuario", comentó el entrenador del equipo andaluz. "Estoy orgulloso con la actuación del equipo. Nos sobrepusimos a un primer tiempo donde no nos salieron las cosas y merecimos el triunfo", indicó el preparador del Sevilla, que discutió en más de una ocasión en la banda con José Luis Mendilibar, entrenador del Eibar. "El partido ha sido nuestro hasta el minuto 60, pero enfrente teníamos a un equipo que juega la Liga de Campeones", argumentó Mendilibar.

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