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Nolito y Orellana encumbran al Celta

Los delanteros vigueses llevan a la victoria al conjunto de Berizzo ante un Villarreal diezmado por la expulsión de Bailly

Nolito celebra con sus compañeros el segundo gol del Celta.
Nolito celebra con sus compañeros el segundo gol del Celta.JOSE JORDAN (AFP)

Villarreal y Celta ennoblecen a la Liga. Con estilos similares, los partidos que disputan ambos equipos resultan interesantes, atractivos, lúdicos, bellos de presenciar. No cabía pues el aburrimiento, el tacticismo ni la especulación. Ganó el conjunto de Berizzo en el último minuto del encuentro que disputó en superioridad numérica todo el segundo acto. El orgullo del Villarreal le dio para equilibrar el marcador y aguantar hasta el instante final. Orellana y Nolito, dos futbolistas mayúsculos, fabricaron una victoria con púrpura ante un Villarreal diezmado con la expulsión de Bailly. El conjunto de Marcelino pierde el liderato al que apunta el Celta con su victoria en El Madrigal.

Villarreal, 1; Celta, 2

Villarreal: Aréola; Mario, Bailly, Víctor Ruiz, Jaume Costa; Samuel García (Rukavina, m. 51), Pina, Trigueros, Nahuel (Denis Suárez, m. 51); Soldado y Baptistao (Bakambu, m. 59). No utilizados: Barbosa; Bonera, Jonathan dos Santos, Samu Castillejo.

Celta: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Sergi Gómez, Jonny; Wass (Radoja, m. 86), Augusto Fernández, Pablo Hernández (Bongonda, m. 73); Orellana, Sergio Aspas (Giudetti, m. 80) y Nolito. No utilizados: Néstor; Madinda, Planas y Señe.

Goles: 0-1. M. 41. Orellana.

1-1. M. 67. Denis Suárez.

1-2. M. 89. Nolito

Árbitro: González González. Expulsó a Bailly por doble cartulina amarilla (m. 46). Amonestó Augusto Fernández, Sergi Gómez, Was y Soldado.

Unos 20.000 espectadores en El Madrigal.

El comienzo del partido fue el esperado. Dos conjuntos dinámicos, alegres, ofensivos, con excelentes futbolistas de ataque en sus filas. Pretendía el esférico el Celta y se lo impedía el Villarreal, capaz de gestionar el juego con o sin balón. La velocidad a la que circula el esférico determina la calidad de los equipos. Y el grupo de Marcelino imprime rapidez y precisión en sus acciones de ataque, lo que le hace temible. En su primera aproximación al área de Sergio Álvarez, Baptistão remató en plancha y de cabeza un centro desde el costado derecho de Soldado. El delantero valenciano se mueve con esmoquin por todo el ataque amarillo, asociándose con todo el mundo, dejándose caer a las bandas y procurándose zonas de remate.

Capitalizado el esférico por el Villarreal, intenso como acostumbra, las prestaciones del Celta quedaban rebajadas. El centro del campo tenía color amarillo. Testimoniales resultaban las apariciones de Orellana, Iago Aspas y Nolito en ataque. El duelo entre los internacionales Nolito-Mario prometía. El delantero vigués, en un principio perseguía las asiduas arrancadas del lateral alicantino. En una de ellas a punto estuvo de marcar tras un disparo de zurda que Sergio Álvarez desvío con apuros. Los papeles se intercambiaron entre ambos a lo largo del partido.

Fluía el fútbol en El Madrigal entre dos grandes equipos de ilimitados recursos. Llegaba una y otra vez el Villarreal al área de Sergio Álvarez acumulando numerosos efectivos. La sensación de peligro era permanente. Con Orellana orquestando la ofensiva celeste, asomaba residualmente el Celta a los albores de Aréola. Temible resultaba el juego entre líneas de Nolito y Orellana dejándose caer por las zonas centrales de ataque. En una de estas, Orellana, sin ningún defensor amarillo que le encimara, lanzó un disparo combado al que Aréola no pudo llegar. Faltaban cuatro minutos para el descanso y el Celta pudo matar el partido. Primero en un precioso pase interior de Nolito a Pablo Hernández y posteriormente en un disparo de derecha desde el costado izquierdo clásico del propio Nolito que acabó en el poste izquierdo del portero francés. En diez minutos de pasión y técnica, el Celta tenía el partido a su favor.

El inicio del segundo acto amplificó las posibilidades del Celta. Al primer minuto Bailly fue expulsado por tocar inocentemente el balón con la mano teniendo ya una amarilla. El Villarreal quedó partido. El conjunto de Berizzo se adueñó del esférico. Pudo matar el partido el Celta en una gran acción de Nolito para Orellana cuya asistencia a Aspas fue fallada incomprensiblemente por el delantero vigués. Erró también Aspas en un mano a mano con Aréola. Sin apenas aliento el Villarreal, Denis Suárez le dio aire al grupo de Marcelino anotando el empate ayudado por el rebote en un defensor. En el último instante apareció Orellana para enviar un disparo al travesaño que recogió Nolito para encumbrar al Celta.

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