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¿Por qué el Celta va tan bien como Madrid y Barcelona?

El Celta empata con los grandes al frente de la tabla y se jugará el liderato el sábado en Balaídos contra los de Benítez en un duelo de invictos

Nolito celebra un gol al Villarreal.
Nolito celebra un gol al Villarreal.JOSE JORDAN (AFP)

El Celta recibe el próximo sábado (16 horas) en Balaídos al Real Madrid en un duelo en la cumbre, primero contra segundo, los dos únicos equipos del campeonato que no conocen la derrota, una nueva puesta en escena para la sensación de la Liga que reconcilia al espectador con una idea futbolistica sostenible desde el punto de vista de las finanzas: solo seis planteles pagan menos salario del que destina el Celta a sus futbolistas y sus rivales por el liderato gastan veinte veces más en sueldos.

Un estilo irrenunciable

“Ni siquiera cambiamos cuando estuvimos diez jornadas sin ganar”, advierte Eduardo Berizzo. Hoy es uno de los técnicos más valorados del fútbol español pese a su voluntaria reclusión de los focos, refractario como es a las entrevistas o a mostrarse en los medios, detalle que convierte a un entrenador casi en invisible cuando dirige a 600 kilómetros de Madrid y a 1.200 de Barcelona. Berizzo, un hombre forjado junto a Marcelo Bielsa, recogió la bandera de una revolución no muy publicitada que ha llevado al Celta del fútbol racial al combinativo. Hubo un pionero que fue Víctor Fernández, que entre 1998 y 2002 mostró un camino. No fue la única fuente de la que bebió Berizzo, pero con él pasó dos años en los que la relación entre entrenador y jugador trascendió de lo cotidiano. “Siempre preguntaba, hablábamos mucho de fútbol”, deslizó el entrenador aragonés, hoy responsable de la cantera del Real Madrid, cuando por fin se cruzaron en los banquillos. “Me siento muy cercano a Víctor porque defiende una línea de juego ofensivo y ha sido coherente con ella a lo largo de su carrera”, resume Berizzo.

Un camino marcado

Aquella pauta que conoció Berizzo cuando hace quince años llegó a Vigo acabó en un cajón, sepultada por la indefinición en las decisiones, por el ir y venir de entrenadores y los desmanes económicos. En marzo de 2009 llegó Eusebio Sacristán al club para suplir a Pepe Murcia, lo que ya indica que era tiempo de volantazos. En poco más de un año puso los cimientos del lustroso edificio actual y promocionó a canteranos, unos dejaron una inyección económica al club, otros futbolística. Algunos, como Iago Aspas, ambas. “Luego con Paco Herrera profundizamos en la idea de Eusebio, le dio un poso”, ilustra el presidente Carlos Mouriño. Herrera llevó al equipo a una promoción perdida en una tanda de penaltis en Granada y un año después comandó el regreso a Primera División. Su destitución aún pesa en Balaídos donde su pedagógica visión de club sigue siendo referencial. Llegó Abel Resino en febrero de 2013 para salvar al equipo en un final agónico y ganarse una continuidad pactada, pero el club decidió resolver el contrato. No era lo que querían. Luis Enrique y Berizzo, sí.

Marcajes “en zona al hombre”

El barniz de Berizzo es perfectamente reconocible en el Celta, pero también las aportaciones de sus predecesores. De Eusebio heredó el equipo el gusto por el toque y un dominio del juego de posición al que ahora no es ajeno la aportación de incorporaciones procedentes del Barcelona como Fontàs, Planas, Sergi Gómez o Nolito. Herrera proyectó a canteranos y cambió el rol de Iago Aspas, que pasó de bullidor mediapunta a delantero letal, indetectable por su movilidad y desmarques. Con Luis Enrique el equipo, que ya volaba al contragolpe con Herrera, adquirió concreción, aprendió a resolver las acciones de ataque sin retórica. Y el equipo creyó en lo que hacía, seducido por la didáctica del equipo comandado por el técnico asturiano. Berizzo ha aportado una vuelta de tuerca en la presión tras pérdida y ha implantado unos marcajes que al principio no todos entendieron en Vigo y que explicó en su día en una didáctica rueda de prensa: “Marcamos en la zona al hombre, pero no de una manera persecutoria en cualquier lugar del campo. Si eso ocurre, si el lateral derecho aparece en el izquierdo, es porque hacemos las cosas mal”. La clave está en los cambios de marca, algo similar a lo que se emplea en el baloncesto. “Quiero que los atacantes rivales tengan una marca preestablecida y carezcan de libertad para generar acciones, para eso de necesita cercanía y agresividad en el uno contra uno”.

Futbolistas en progresión, recambios acertados

El Celta enamora cuando ataca, pero en ocasiones palidece cuando defiende. Andreu Fontàs era uno de los hombres fuertes de la zaga sobre todo para dar claridad y criterio a la salida del balón, pero lesionado no juega desde la tercera jornada y su reemplazo, Sergi Gómez, le ha dado a la línea el punto de agresividad que le faltaba. Cabral está en su mejor momento, fiable como nunca y sobre los laterales no hay duda: son de lo mejor del campeonato, con el añadido de que Jonny, con apenas 21 años, es un diestro que juega en la izquierda, en las categorías inferiores de la selección española se ha alineado incluso de central y cumple su cuarta temporada en Primera. Una joya.

En mediocampo el equipo ha resuelto dos marchas que se preveían traumáticas, la de Borja Oubiña y la de Krohn-Dehli. El último tramo de su carrera de baja y la posterior retirada del capitán sirvió para alumbrar a un gran mediocentro, Augusto Fernández, otrora centelleante extremo, hoy metrónomo por delante de la defensa. Y hay alternativa con el joven serbio Radoja. La sobre abundancia tapa la progresión de Borja Fernández, uno de los canteranos en los que están puestas más esperanzas, un mediocentro modelado en el espejo de Oubiña. A Krohn-Dehli se renunció para no disparar el coste de la plantilla y tener que recortar en otras zonas. Y se buscó un sustituto tan similar que hasta se clonó nacionalidad y fisonomía con Daniel Wass.

Imaginación indetectable

Se hacen fotos juntos y las comparten en las redes sociales tras los partidos como los amigos que disfrutan de una pachanga. Pocos mezclan como Orellana, Nolito y Iago Aspas mezclan. El recuperado delantero de Moaña ya había sido clave en su día para la integración del chileno, futbolista de carácter apocado fuera del campo y que no encontró su hábitat en otros destinos. En Vigo siempre se sintió como en casa y peleó por regresar tras recuperarlo el Granada después de una primera cesión. De allí llegó también Nolito, que este domingo le dio el triunfo al equipo en Villarreal con su sexto gol de la temporada. Integrar a Pablo Hernández en ese circuito es un reto pendiente para Berizzo, que se lo trajo de Chile tras salir ambos campeones con O’Higgins. El club trató de reforzar esa posición repatriando a Denis Suárez, al que en su día vendió por un millón de euros al Manchester City cuando tenía 17 años. Pero el Villarreal puso más dinero. La pasada jornada le marcó al equipo de su corazón un gol que no festejó. Denis hubiera sido la guinda, pero aún sin ella, el Celta ataca en oleadas y con múltiples recursos. Lleva 17 goles a favor, solo uno menos que el Madrid y los mismos que el Barcelona y ha propiciado cuatro expulsiones de rivales en ocho partidos, ninguna puede catalogarse de injusta. En 720 minutos jugados esta Liga, el Celta ha evolucionado en superioridad numérica en 291, el 40% del total.

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