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Manda Neymar

En ausencia de Messi, el delantero brasileño asume el liderazgo en el cuadro azulgrana

Juan I. Irigoyen
Neymar pelea el balón frente a tres jugadores del Bate Borisov.
Neymar pelea el balón frente a tres jugadores del Bate Borisov. VASILY FEDOSENKO (REUTERS)

Dice Tostão, campeón del mundo con Brasil en México 70, que el fútbol brasileño no se puede levantar de una de sus peores pesadillas: su hasta ahora inagotable cantera de talentos anda con modorra. Entiende que en Brasil se están produciendo jugadores con mucha habilidad, pero poca técnica; futbolistas con mucha velocidad, pero poca lucidez. Sin embargo, según el excompañero de Pelé, hay un chico dispuesto a devolverle la samba a la Canarinha. “Brasil genera dos o tres jugadores muy buenos por posición, el problema es que no crea futbolistas excepcionales. Hay uno que sí lo es Neymar. Él es la excepción y en el Barcelona está aprendiendo a jugar un fútbol asociativo”, sentencia Tostão. Y mientras Neymar quiere devolverle la alegría a Brasil, hace reír al Barcelona.

Cuando la rodilla de Messi crujió en el partido frente a Las Palmas, todo el barcelonismo miró a Neymar. Y eso que Luis Enrique se cansó de repetir que no quería sumarle presión a su delantero. “Intentamos trabajar como bloque. Tenemos a nuestro líder Leo Messi y no buscamos líderes constantemente”, aseguró el técnico del Barcelona. Pero el 11 azulgrana sabía que era su turno para dar un paso al frente y liderar al Barcelona, así como lo hace en su selección. Y, aunque su nombre todavía aparece por algún despacho (la semana pasada el Santos pidió su suspensión a la FIFA y sumó un capítulo más a su controvertido fichaje por el Barça) el ruido de Neymar ahora (también) está en el césped.

En ausencia de Messi, manda Neymar. El sábado pasado, con su póker de goles frente al Rayo, se catapultó a lo más alto de la tabla de goleadores en la Liga (suma ocho tantos) y este martes ante el Bate Borisov se sacó el traje de goleador y se puso el de asistente. Intercambió roles con Rakitic y el paulista le cedió los dos pases de gol para que el croata sellara el triunfo azulgrana en Borisov. “Que Ney que siga así. Lo mejor es no hablar, que hable en el campo. Lo necesitamos siempre”, convino Rakitic.

En su primera campaña como azulgrana, la 2013-2014, Neymar sumó 15 goles y 13 asistencias. Números que se potenciaron el curso pasado: marcó 39 tantos y cedió siete pases de gol. Sin embargo, su participación en el juego era discontinúa: tocaba la pelota un promedio 64 veces por partido y probaba en 1,31 ocasiones a portería. Esta temporada, el brasileño busca dar un paso al frente, sobre todo, desde que el 10 se rompió el ligamento. Sin Messi, el brasileño se recibe 82 balones por encuentro y remata al arco 2,2 veces. El 11 se acerca a sus estadísticas con la Canarinha, donde, por ejemplo, en la última Copa América sus compañeros los buscaron un promedio de 84 veces por partido. Neymar se adueña del juego y, en tiempos de angustia en Can Barça (Messi anda con muletas), le dibuja una sonrisa al Barcelona. Con goles y triunfos, las penas se digieren mejor.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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