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El francés Champagne, cuarto candidato a la presidencia de la FIFA

A tres días del cierre del plazo para elegir al sucesor de Sepp Blatter, solo la candidatura aún no aprobada de Michel Platini cuenta con cierto peso

Carlos Arribas
Jerôme Champagne.
Jerôme Champagne.JOHN THYS (AFP)

Un viejo amigo de Sepp Blatter declaraba no hace mucho que el presidente suspendido de la FIFA, al que considera un Maquiavelo sin par, conseguiría que todos los que presentaran su candidatura para sucederle en las elecciones del 26 de febrero caerían de una forma u otra, víctimas de su arma de purga eficaz, el Comité de Ética del organismo, con lo que, a falta de herederos dignos, el viejo dirigente se vería obligado a agarrar de nuevo el timón. O, podría haber añadido el amigo, serían marionetas de Blatter o carecerían del peso suficiente para despertar el mínimo entusiasmo entre los 209 presidentes de federaciones nacionales que votarán. Y así parece a tres días del cierre del plazo, la medianoche del lunes 26, de presentación de candidaturas.

El viernes por la mañana, un francés llamado Jerôme Champagne, exsecretario general adjunto de la FIFA anunció que contaba con los cinco avales necesarios y que se postulaba candidato a la presidencia de la FIFA. Es el cuarto en una lista que abrió Michel Platini, al que siguieron el príncipe jordano Alí ben Hussein y el excapitán de la selección de Trinidad y Tobago David Nakhid.

La candidatura de Platini no podrá ser convalidada por la comisión electoral hasta que el presidente de la UEFA no haya cumplido su suspensión de tres meses. Y, leídas las declaraciones al Financial Times del presidente de la comisión electoral, Domenico Scala, no parece tampoco que transcurrido el tiempo en la nevera obtenga el visto bueno. Para Scala, no solo incurrió en falta Platini al aceptar un pago sin justificante de 1,8 millones de euros por parte de Blatter en 2011, sino que tanto él como el presidente suizo incurrieron en un delito de falsedad, pues el pago no figuraba en la contabilidad de la FIFA antes de ser hecho efectivo.

El príncipe Alí, hermanastro del rey Abdalá II de Jordania, fue el único candidato que en las elecciones del pasado mayo forzó a Blatter a una segunda vuelta, pero lo consiguió gracias al apoyo unánime de la UEFA, que lo convirtió en su hombre para evitar un quinto mandato del traidor suizo. No parece, sin embargo, que después de sus declaraciones criticando el pasado y la colaboración de Platini con Blatter, el jordano, quien ni siquiera fue apoyado por la confederación asiática para la vicepresidencia de la FIFA, pueda volver a contar con apoyo europeo.

Champagne, quien fue incapaz de lograr los cinco avales para las elecciones del pasado mayo, y Nakhid, son dos amigos de Blatter que carecen de notoriedad y apoyos en el complicado palacio zuriqués que acoge a la FIFA, y que espera un paso delante de los pesos pesados que aún dudan, repasan la lista de sus pecados por si Blatter puede hacer leña con ellos y miden sus apoyos antes de decidirse, el jeque de Bahréin Salman ben Ibrahim al Jalifa, sucesor de Alí en la presidencia de la confederación asiática, o el sudafricano Tokyo Sexwale, quien, cuando prisionero político, compartió celda con Nelson Mandela.

Contra Salman no han tardado en aparecer recuerdos de su pasado como miembro de la familia real de Bahréin y su papel en la represión de las manifestaciones en favor de la democracia que sacudieron el emirato en 2011. Cuando fue elegido presidente del fútbol asiático en 2013 su campaña estuvo marcada por denuncias de grupos de derechos humanos que narraron cómo, siendo presidente entonces de la federación de fútbol de su país, Salman ordenó detener, encarcelar y torturar a futbolistas por participar en las protestas.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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