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El Levante destituye a Lucas Alcaraz

El técnico granadino, con sus planteamientos conservadores, nunca conectó con la grada del Ciutat de València

Lucas Alcaraz, en el duelo ante la Real.
Lucas Alcaraz, en el duelo ante la Real.Manuel Bruque (EFE)

Un año ha sido el tiempo que ha permanecido Lucas Alcaraz como entrenador del Levante. Llegó el 21 de octubre del 2014 al banquillo del Ciutat de València en sustitución de José Luis Mendilibar, cuya estancia en Valencia apenas duró ocho jornadas ganando un partido, empatando dos y perdiendo cinco. Alcaraz ha dispuesto en este curso de una estación más y sus registros han sido similares a los que logró el técnico vizcaíno en su corta estancia en Orriols. Cinco derrotas, tres empates y una victoria, con seis goles a favor y 19 en contra en nueve partidos ha sido el balance de Alcaraz en el presente curso.

La barata salvación conseguida no se consideró un éxito para la afición granota

El triunfo logrado dos semanas atrás ante el Villarreal postergó una destitución cantada de la que pocos aficionados granota objetarán. Precisamente Mendilibar y Alcaraz han sido los dos entrenadores despedidos por Quico Catalán en su séptima temporada como presidente del Levante. Alcaraz es el segundo técnico destituido en la Liga tras la de Paco Herrera en Las Palmas en la jornada anterior.

La humillante derrota ante la Real (0-4), fue la esquela final. El “¡Lucas vete ya!” del Ciutat de València legitimaba el despido. El director deportivo, Manolo Salvador, dictó sentencia en la tarde de ayer refrendado por el Consejo levantinista. El anunció de la destitución de Alcaraz tardó en anunciarse ya que el técnico granadino no atendía a las llamadas del club. La notificación definitiva llegó vía mail y finalmente por boca de Quico Catalán.

Alcaraz, durante el partido ante el Madrid.
Alcaraz, durante el partido ante el Madrid.Ballesteros (EFE)

Alcaraz nunca conectó con los seguidores levantinistas. Su carácter austero se prolongaba en el juego del equipo. El Levante logró la temporada pasada conservar la categoría con 37 puntos. De ellos 32 fueron alcanzados con Alcaraz en el banquillo, que en 30 partidos en la dirección azulgrana logró ocho victorias, los mismos empates y 14 derrotas. La barata salvación conseguida no se consideró un éxito para la afición granota. Se sobrevivió sin más.

La destitución tardó en anunciarse ya que el técnico no atendía a las llamadas del club

El Ciutat de València no disfrutó de la quinta temporada consecutiva en Primera. Para todo el mundo Lucas Alcaraz, el entrenador, con sus planteamientos conservadores, era el responsable de la tristeza que trasmitía el equipo y que no enganchaba a la grada. A pesar de lograrse el objetivo de permanecer en la máxima categoría, pocos en el club de Orriols apostaban por la continuidad de Alcaraz en el banquillo.

Entendían en la entidad que preside Quico Catalán que tenían cierto compromiso moral con el entrenador granadino por cumplir con el cometido marcado. Se barajó, sin embargo, la posibilidad de rescindir el contrato del técnico abonando la exigua indemnización de 200.000 euros estipulada. Tal decisión podría considerarse arriesgada. La humildad del Levante sería susceptible de interpretarse como orgullo. Lo que cuenta en primer lugar en un club modesto son los resultados, más que las formas. Pero la afición granota dijo basta y Quico Catalán hizo caso a la soberanía popular.

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