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El dulce estreno en el podio

Muguruza arranca con un triunfo ante Safarova (6-3 y 7-6) en Singapur y desbanca a Sharapova como número tres: "Si he llegado ahí es por una razón: me lo he ganado"

Alejandro Ciriza
Muguruza se hace un selfie tras batir a Safarova.
Muguruza se hace un selfie tras batir a Safarova.Clive Brunskill (Getty)

Garbiñe Muguruza, esa chica que no es supersticiosa ni mira los números, pero que mantiene las liturgias si la cosa funciona y de vez en cuando mira de refilón los números —de refilón, porque a ella no le importan, dice, claro—, lo admitía entre balbuceos. “Garbiñe, al despertarte hoy, ¿has mirado el ránking? ¿Sabes que ya eres la número tres del mundo?”, le preguntaron los periodistas españoles desplazados hasta Singapur, ya en petit comité, después de que la hispano-venezolana batiera a la checa Lucie Safarova (6-3 y 7-6) en su puesta de largo en la Copa de Maestras.

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“Lo he pensado, pero… ¡Bueno, sí, lo he hecho...! Lo he mirado en la aplicación de la WTA, pero nada, un momento, vaya...; lo he mirado y he dicho: vale, es cierto; pero bueno, siguiente. Sí, lo he comprobado, porque en realidad pensaba que era la semana pasada…”, trataba de disimular, entre risas, la nueva integrante del podio femenino. Porque ayer, por mucho que tratase de mantener la compostura y el discuro maduro, Garbiñe cumplió un sueño de adolescencia.

Todavía no ha dado caza a su gran referencia, su icono, Serena Williams, pero a los 22 años, solo tres después de acceder al profesionalismo, ya ha rebasado en la lista mundial a la gran Maria Sharapova, el espejo en el que se miraba cuando era una amateur por sus parámetros similares de juego, por la garra, la fiereza y la mollera dura con la que compite la rusa Masha.

Garbiñe es muy joven, una fantástica jugadora. Tiene un gran potencial" Lucie Safarova

“Garbiñe, ¿y si alcanzases el número uno o el dos, sería diferente?”, le habían inquirido antes, en la atención completa a los medios, en una sala que conforme escala posiciones y adquiere cuota de pantalla gana cada vez más adeptos. “Pues no lo sé, no tengo ni idea porque nunca lo he sido, pero pienso que, si soy la número tres, es por una razón: porque me lo he ganado”, respondió ella, ansiosa desde hace días por su estreno individual en la pista del Singapore Indoor Stadium, de una superficie engañosa que ralentiza la pelota más de la cuenta. “Sí, es rarita”, constató Garbiñe; “es una pista que favorece a la que tiene fuerza, porque es muy lenta. La que más fuerza tenga es la que más daño puede hacer aquí”, matizó la caraqueña, quien firmó un debut de lo más convincente en las WTA Finals, con un triunfo consistente frente a un hueso duro de roer como lo es la académica Safarova, también novel en el torneo, pero seis años mayor que ella.

Muguruza devuelve la bola contra Safarova.
Muguruza devuelve la bola contra Safarova.WALLACE WOON (EFE)

“La verdad es que estaba terriblemente nerviosa. Buf, Safarova, ya perdí contra ella este año en París… Aquella derrota en Roland Garros me dolió bastante, así que verdaderamente quería ganarle… Quería ganarle y meterme más en el torneo”, expuso después de ofrecer una hoja de servicios muy meritoria, con 10 aces, 26 winners y una fiabilidad creciente en los intercambios. “¿Dónde ha estado la diferencia? En la confianza. Ella tuvo más confianza en sí misma en los momentos clave. Me presionó mucho en los segundos servicios”, precisó la de Brno, rendida también al fenómeno Muguruza que agita actualmente el tenis femenino; “Garbiñe es muy joven, una fantástica jugadora. Tiene un potencial grandísimo y si sigue así puede progresar más, no hay duda”.

Creo que ahora elijo mejor. Espero a la bola perfecta para atacar" Garbiñe Muguruza

El de ayer no fue un día más en la oficina para la hispano-venezolana, que poco a poco va adquiriendo un estatus privilegiado en el circuito. Un cambio que se palpa en los pequeños detalles y en la atención mediática que concentra. “No es solo una cara bonita”, advierte el diario local The Straits Times, a través de una portada que destaca en el tablón de anuncios de la sala de prensa del recinto de Singapur, donde Garbiñe aspira a hacer historia. “Creo que ahora elijo mejor. Espero a la bola perfecta para atacar, porque puedes ser muy agresiva, pero enviar la bola tres metros fuera. Sencillamente, creo que ahora escojo la mejor opción”, zanjó la protagonista, que desde ayer mira por el retrovisor a Sharapova.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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