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Sudáfrica se cuelga un bronce anodino

Los ‘Springboks’ se imponen a Argentina (24 -13) en la final de consolación del Mundial de rugby tras un partido sin emoción

Sudáfrica recibe la medalla de bronce.
Sudáfrica recibe la medalla de bronce. Andrew Boyers (REUTERS)

En el partido que nadie quiere jugar, pese a que esté en juego una medalla, en un ambiente frío, Sudáfrica se colgó la presea de bronce del Mundial de Rugby a costa de Argentina (24-13), que jugó su peor partido de este torneo y se fue a casa con una derrota que no desmerece el gran torneo de los Pumas. La consistencia sudafricana y la imprecisión argentina decidieron un encuentro que no recordarán los anales.

El primer tiempo, los Pumas tuvieron la iniciativa en el juego pero los puntos se los llevaron los Springboks. El segundo lo controlaron los de verde y oro desde la defensa y aprovechando los constantes fallos de manos de los tres cuartos argentinos, que en los dos últimos partidos han perdido la mordiente ofensiva que les valió tantos elogios hasta cuartos.

Cuando los albicelestes llegaban a la zona de peligro de los sudafricanos perdían el balón por avant o un golpe de castigo. En cambio, cuando Sudáfrica pisaba campo argentino se iba con puntos en gran parte por la indisciplina de los Pumas. La consecuencia fue que los Springboks se alejaban paulatinamente en el marcador.

Pese al cartel devaluado del partido había varias razones para que pudiera recordarse y ninguna aconteció. Los sudafricanos se olvidaron un poco de su famoso juego de delantera y buscaron hacer daño a los argentinos por las bandas, en la izquierda estaba Bryan Habana que buscaba cerrar el torneo como máximo anotador histórico de ensayos. Pero, parecía que no era una noche para pasar a la historia, y tras marrar cuatro ensayos que hubiera anotado casi seguro hace ocho años, se fue en el minuto 66 empatado a 15 tries con Jonah Lomu, dejando al australiano Drew Mitchell (14) la posibilidad de superarlos a ambos mañana en la final frente a Nueva Zelanda.

Sí salvo el día Nicolás Sánchez, que capitaneaba por primera vez al equipo nacional y tenía como objetivo personal ser el segundo argentino en terminar un Mundial como máximo anotador. El apertura albiceleste solo consiguió sumar sus primeros puntos con un drop en el primer minuto del segundo tiempo. Al final sumó ocho y terminó el Mundial con 97, solo 22 puntos más que el apertura australiano Bernard Foley.

Al final el partido se quedó para despedidas y aplausos, como los que recibieron el histórico flanker argentino Juan Martín Fernández Lobbe, ovacionado en el minuto 52 cuando fue sustituido en su despedida del rugby internacional, el incombustible capitán sudafricano Victor Matfield, que 10 minutos más tarde también terminó su último concurso con la camiseta de verde y oro, y el tercera springbok Schalk Burger, que curiosamente se llevó tres ovaciones ya que volvió a saltar al campo tras la lesión temporal de un compañero.

Aunque el postrero ensayo argentino levantó a una grada apagada casi toda la noche, poco más se recordará de este partido que la afición fue dejando 10 minutos antes del final dejando casi vacío el estadio Olímpico de Londres cuando los sudafricanos recibieron la desdeñada presea, dando la razón al seleccionador sudafricano Heyneke Meyer cuando dijo que tras perder la semifinal este último partido te deja frío.

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