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Javi Guerra fulmina al Granada

El delantero firma su segundo doblete de la temporada y propicia la victoria del Rayo (2-1) ante un equipo andaluz muy endeble a pesar de jugar 70 minutos con uno más

Los jugadores del Rayo celebran el primer gol al Granada.
Los jugadores del Rayo celebran el primer gol al Granada.MARISCAL (EFE)

El gol es la esencia del fútbol. Sin perforar las mallas, por muy bonito que se juegue, nada vale. Y este es el hábitat de Javi Guerra, el delantero indiscutible del Rayo. El ariete le endosó un doblete al Granada en poco más de siete minutos y desencajó por completo al conjunto andaluz.

RAYO, 2; GRANADA, 1

Rayo: Toño (Juan Carlos, m. 79); Tito, Llorente, Zé Castro, Rat; Baena, Trashorras; Pablo Hernández (Ebert, m. 74), Embarba, Bebé (Dorado, m. 29); Javi Guerra. No utilizados: Nacho, Manucho, Lass y Jozabed.

Granada: Andrés; Miguel, Babin, Lombán, Biraghi (Edgar, m. 68); Rubén Pérez, Khrin; Rober (Thievy, m. 46), Javi Márquez (Rochina, m. 46), Piti; El-Arabi. No utilizados: Kelava, Rico, Doria y Foulquier.

Goles: 1-0. M. 2. Javi Guerra. 2-0. M. 9. Javi Guerra. 2-1. M. 52. Babin.

Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Piti, Khrin, Rubén Pérez, Tito. Expulsó a Zé Castro por doble amarilla en el minuto 19.

Estadio de Vallecas. 10.142 espectadores.

Los dos goles fueron de cazador, de killer de área. Apenas señalaba el reloj el minuto dos cuando Guerra marcó el primer tanto. Un fallo garrafal de Biraghi en la salida de balón dejó el esférico en las botas de Tito en el pico del área, que centró a la frontal, donde remató Pablo Hernández, y luego el delantero del Rayo remachó desviando el cuero en el punto de penalti. El segundo lo transformó desde la parcela chica, ahí donde se mueve como ninguno, tras un excelente centro raso de Bebé desde la derecha.

El Granada parecía un pelele en manos de los vallecanos. Sin ideas, con el faro apagado, nervioso en defensa. Los de Sandoval carecían de un plan y no tenían una brújula que les guiara hacia la portería de Toño. Todo esto pese a que los franjirrojos se empeñaron en ponerle un poco de picante al partido. Más en concreto Zé Castro, que en el minuto 19 decidió expulsarse él solo al ver la segunda amarilla tras una entrada con la plancha —la primera la vio por no dejar sacar una falta—.

Sin noticias de los visitantes, el Rayo puso el partido en formol. Adormeció al Granada con el control del balón, aunque en la segunda parte cambió un poco la idiosincrasia del encuentro. Babin apretó el partido al marcar de cabeza tras un saque de esquina y el equipo se estiró un poco con el gobierno en el mediocampo de Khrin y Rubén Pérez, inédito en los primeros 45 minutos.

El Rayo no llegó a sufrir en exceso, aunque terminó parapetado en su área cuando el duelo moría. El accidente de Zé Castro, que dejó al equipo con 10 desde muy temprano, fue una anécdota en comparación con lo de Toño. El portero, uno de los buques insignias de los vallecanos, se marchó antes de tiempo a la caseta retirado en una camilla. Un encontronazo con El Arabi dejó al meta tendido en el suelo y llevándose las manos a la rodilla izquierda. Mala suerte para él, aunque toda la afición le brindó una ovación sonora y unánime.

Paco Jémez comentó antes del partido que les costaría encontrar jugadas de gol, pero dos nada más arrancar le valió para sellar los tres puntos. Una victoria accidentada, impensable sin Javi Guerra, que lleva ocho tantos en 11 partidos. Ayudó, y mucho, el Granada. No compareció. Parecía un convidado de piedra totalmente expuesto a que el ariete local lo fulminara como a él le gusta, en el área.

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