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Siempre robando
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Iñaki, selección

Manuel Jabois
Williams salta ante Víctor Álvarez.
Williams salta ante Víctor Álvarez.Luis Tejido (EFE)

Cuando Galeano apreciaba a la persona a la que le firmaba el libro, dibujaba un cerdo. Eso hizo cuando un aficionado del Athletic le extendió una obra suya para que se la dedicase a Bielsa. El libro llegó a casa del técnico, y él localizó al aficionado. Cuando lo tuvo al teléfono le dio las gracias y le preguntó:

—¿Por qué me ha dibujado un chancho?

—Es lo que suele hacer Galeano.

—Le estoy preguntando por qué me ha pintado un chancho.

La conversación acabó con algún grito. Bielsa pidió que el aficionado telefonease a Galeano para que le explicase por qué había firmado con un cerdo. Bielsa quería llegar al fondo de las cosas, desestructurarlas para estudiar su composición y encontrar la lógica: la lógica de sus clubes, la del universo, la que fuese.

Con esa misma lógica la nueva estrella del Athletic es Iñaki Williams, el lehendakari negro que aventuró Airbag. Los padres de Williams, él ghanés, ella liberiana, se conocieron en un campo de la ONU tras huir de la guerra civil de Liberia. Allí empezó una historia que sigue 20 años después en el País Vasco, un club de vascos y navarros, el Athletic, aferrado a una anacronía que le convierte en caso único. Williams es el primer negro que marca un gol en un club de 117 años de historia.

La historia me la cuenta el escritor J.M. Isasi en San Mamés mientras vemos a Williams. Nos invita el Athletic, con Jorge Carrión y Jenn Díaz, a hablar de fútbol y literatura. El Athletic-Partizan es después de la charla, así que la historia de Williams sirve como lección práctica. Los iñakis son los negros del Casco Viejo que venden relojes y deuvedés en mantas. Williams recordó en La Vanguardia que los subsaharianos dicen hoy que son amigos de Iñaki, o primos de Iñaki, o el mismo Iñaki Williams.

Iñaki mete los dos primeros goles. El locutor del campo corea su nombre vasco: "Iñaki, Iñaaaaaki, Iñaaaaaaaki....". Y San Mamés termina con su alma africana: "¡Williams!". Iñaki nació en Bilbao. De Bilbao de toda la vida, escribió Rodrigálvarez. Isasi celebra que Williams golee, pero por otro lado cabecea: está negociando su renovación y lo persigue media Europa. Es el jugador más rápido de la Liga, la temporada pasada masacró al Madrid por su banda. "Hay que ser más discretos", dice con una sonrisa.

El domingo, contra el Espanyol, Iñaki Williams recogió un pelotazo con la espuela, con ella le hizo un sombrero a su marcador y recogió el balón con el empeine para agarrar un escuadrazo. Fue un gol de chancho de Galeano, un tiro de cuento de Dickens. Más literatura que fútbol. Eurosport no se anduvo con chiquitas: "Iñaki Williams, selección". Discreción a un negro del Athletic.

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.

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