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El Barça sobrevive a su frenesí

Tomic, Satoransky y Oleson abanderan la remontada ante el Lokomotiv Kuban en un duelo repleto de altibajos (72-68)

Robert Álvarez
Tomic, ante Singleton.
Tomic, ante Singleton.Alejandro García (EFE)

Este Barcelona es ya tan líder como desconcertante. Tan pronto se embala como se gripa. Tan pronto maravilla como decepciona. Acabó saliéndose con la suya ante el Lokomotiv Kuban (72-68) tras un final delirante, acorde con los sube y baja anteriores. Picos de siete, ocho, nueve puntos de ventaja, combinados con una vulnerabilidad sorprendente. Draper, Delaney, el que pasara por allí, abollaban la defensa azulgrana en rachas tormentosas. Descargaban los puntos de sopetón sobre el aro del Barcelona. Se desesperaba Satoransky, por sus pérdidas, pero también porque más de una vez lo torearon sin que ninguno de sus compañeros llegara a ayudarle en defensa. El Barcelona reincidió con pases en largo y en diagonal. Con la defensa del equipo ruso bien plantada, se sucedieron las pérdidas del Barcelona.

BARCELONA, 72; LOKOMOTIV KUBAN, 68

Barcelona Lassa: Satoransky (10), Navarro (2), Perperoglou (0), Doellman (5), Tomic (16) –equipo inicial-; Pau Ribas (7), Lawal (3), Abrines (9), Samuels (8), Oleson (8) y Carlos Arroyo (4).

Lokomotiv Kuban: Delaney (18), Broekhoff (1), Voronov (4), Claver (6), Singleton (9) –equipo inicial-; Draper (20), Bykov (2), Zozulin (0), Zubkov (4) y Fesenko (4).

Parciales: 18-16, 19-15, 11-18 y 24-19.

Árbitros: Belosevic (Serbia), Koromilas (Grecia) y Bissang (Francia). Señalaron una falta técnica a Pau Ribas.

Palau Blaugrana. 4.867 espectadores. 5ª jornada de la Euroliga. El Barcelona es líder del Grupo C con cuatro victorias, las mismas que el Lokomotiv Kuban.

El partido se le atragantó definitivamente al Barcelona en el tercer cuarto, cuando todo parecía irle sobre ruedas. Se había puesto nueve puntos por delante (42-33), había buscado bien en la cueva del Lokomotiv y había anotado 17 de los 19 tiros libres que forzó. Parecía que el trabajo, muchas veces intangible de Pau Ribas y Abrines, había hecho mella en los exteriores del Lokomotiv, sobre todo en el australiano Broekhoff, desacertado en el tiro, y tan desajustado en defensa que sumó su cuarta falta ya en el minuto 22.

Se desmoronó de repente el Barcelona. Se quedó seco en ataque. Lawal y Samuels no encontraban hueco en la zona y Tomic había perdido la chispa que le permitió ser el dominador absoluto en el arranque con 10 de los 15 puntos con los que el Barcelona marcó el paso (15-8). Navarro no acababa de destaparse. El Barça perdía balones y rebotes. Defendía mal, atacaba peor. El resultado fue que solo pudo alimentar su cuenta con solo seis puntos en 10 minutos. Y el Lokomotiv lo aprovechó para establecer diferencias: 48-57. Además, Singleton y Delaney empezaron a anotar triples.

La reacción del Barça en los últimos seis minutos llegó de la mano de la agresividad en ataque de Satoransky, Abrines y Oleson y las asistencias y la intimidación de Tomic. El Barcelona entró en los últimos minutos de nuevo por delante en el marcador. Incluso parecía tenerlo todo bajo control cuando Samuels aprovechó otra de las siete asistencias de Tomic para abrir una brecha de seis puntos, 70-64.

Faltaba menos de un minuto. Pero durante ese lapso hubo de todo: un triple de Delaney, una absurda falta de Oleson sobre el base estadounidense del equipo ruso, que solo anotó un tiro libre, un rebote que no supo controlar el Barça. Tras un último tiempo muerto, cuando faltaban solo siete segundos y con 70-68 en el marcador, Draper sacó de banda, pero no hizo otra cosa que darle el balón a Satoransky. Y asunto zanjado.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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