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Las aventuras y desventuras de McLaren y Honda

Mientras la hinchada se mofa del equipo de Alonso, el asturiano vive en manos de Honda y de sus anacrónicos métodos de trabajo

Oriol Puigdemont
Alonso toma el sol en Interlagos, tras quedar eliminado de la cronometrada del sábado.
Alonso toma el sol en Interlagos, tras quedar eliminado de la cronometrada del sábado. www.formula1.com (EL PAÍS)

Una vez comprobada la repercusión que ha tenido en las últimas horas la imagen de Fernando Alonso tomando el sol en los márgenes del circuito de Interlagos, inmediatamente después de que su coche volviera a quedarse frito durante la cronometrada del sábado, en McLaren se plantean qué es mejor o menos perjudicial para su credibilidad: dejar que el español transmita su cabreo y frustración de palabra, o que las redes sociales se infesten de memes del asturiano sentado en una hamaca en los escenarios más estrafalarios que uno se pueda imaginar. La etiqueta #lugaresenlosquealonsoprefeririaestar se ha hecho viral y todo el mundo se atreve a colocar al ovetense en el lugar más inverosímil, desde en el banco en el que Forrest Gump esperaba el autobús a la cubierta del Titanic y pasando por la última cena, uno de las obras más famosas de Leonardo da Vinci.

En Brasil, todo el paddock se partía de risa con la creatividad de los aficionados y hasta en McLaren preferían sumarse al cachondeo. “Ya sé que es una locura, pero ¿qué vamos a hacer?”, se resignaba Eric Boullier, su director. Cuando fichó por la estructura de Woking el año pasado procedente de Lotus, el francés no podía ni imaginarse que las pasaría tan canutas.

McLaren se encuentra en la situación más comprometida de su historia y ya acumula un total de 56 carreras sin ganar, superando en dos su peor sequía, la comprendida entre el Gran Premio de Japón de 1977 y el de Gran Bretaña de 1981. En aquel periodo su bagaje fue de cuatro podios, ninguna pole y ninguna vuelta rápida. Esta vez, entre Brasil 2012 (ganó Button) y la prueba de este domingo, que se llevó Rosberg, el equipo ha sumado solo dos podios (ambos en Australia 2014 y gracias a la descalificación de Ricciardo), y una vuelta rápida (Pérez, en Sepang 2013). Lo demás ha sido un camino de espinas que este curso, con el regreso de Honda como suministrador de motores, se ha agravado hasta convertirse en un calvario que parece no tener fin.

El constructor japonés anunciará en breve la puesta en marcha de una nueva planta adyacente a la que ya posee en Milton Keynes

A las puertas de la última parada del calendario, Button ocupa la 16ª posición de la tabla de puntos, con 16, y Alonso la 17ª, con 11. El bicampeón (2005 y 2006) solo ha puntuado dos veces, en Silverstone y en Budapest, y ha abandonado ocho veces, seis de ellas por culpa de una avería en la unidad de potencia. Su vecino ha terminado en los puestos de puntos en cuatro ocasiones y se ha retirado en cinco. Ya hace meses que en la escudería británica solo piensan en la temporada que viene, o más concretamente, en el rediseño que Honda debe llevar a cabo en su propulsor durante el invierno para salir del pozo. “Hay que hacer algo extraordinario y por esa razón fichamos por McLaren Honda”, decía Alonso este domingo tras cruzar la meta el 16º. El constructor japonés anunciará en breve la puesta en marcha de un edificio adyacente al que ya posee en Milton Keynes, en el que unas 100 personas se centrarán en el motor del bólido de F-1. Sin embargo, este año tan traumático ha provocado que el escepticismo crezca entre la tropa por culpa de los anacrónicos métodos que se han seguido.

Hay quien considera que parte de la culpa es de Ron Dennis, el patrón, por seguir empeñado en manejar el tinglado a la antigua

“En Honda dan preferencia a los ingenieros que hablan mejor inglés que a los que están más capacitados”, aseguran desde el taller de McLaren, y remachan: “Los estándares son muy bajos y se pierde mucho tiempo en nimiedades. No funcionamos como un equipo de carreras”. Por si el galimatías técnico que hay montado en el garaje no fuera suficiente, la compañía vive una guerra interna que, lógicamente, afecta a la división de F-1, su principal escaparate. Hay quien considera que parte de la culpa es de Ron Dennis, el patrón, por seguir empeñado en manejar el tinglado a la antigua, sin darse cuenta de que los tiempos han cambiado.

Dennis puede obligar a cambiar los tornillos de las fibras del coche porque no le gusta su color o la decoración del taller porque no quiere cromados

El ejecutivo lleva sin aparecer por los circuitos desde Suzuka (27 de septiembre), y se supone que por estar rastreando el mercado en busca de patrocinadores. “Sinceramente, estamos más tranquilos cuando no está. Todos sabemos cómo es Ron y las cosas que tiene”, insinuaban en São Paulo. Esas “cosas” llegan a ser cómicas, especialmente para aquellos que no trabajan para él. Un día de este 2015 se presentó en el box y obligó a cambiar la decoración de los paneles, porque no le gustaba el color cromado de las letras, y otra vez hizo lo mismo con todos los tornillos de la carrocería porque en pantalla no quedaban bien.

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