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Iniesta se hace clásico

El medio del Barça, que ya ha jugado 31 partidos contra el Madrid, comparece en el Bernabéu como capitán por primera vez

Iniesta celebra su único gol en el Bernabéu, en la temporada 2013-2014.
Iniesta celebra su único gol en el Bernabéu, en la temporada 2013-2014. Paul Hanna (Reuters)

“¿Tantos?”, se pregunta Andrés Iniesta cuando, en la concentración con España en Las Rozas previa al partido contra Inglaterra en Alicante, descubre que lleva jugados 31 partidos contra el Madrid. Y al repasar la lista de los 10 encuentros de Liga en el Bernabéu, sonríe. “¡Me hago mayor!”. Ha ganado cinco partidos y ha perdido cuatro, pero le sorprende que en esas visitas el Barcelona acumule 23 goles a favor por 18 en contra. Y bromea: “Cómo se nota que teníamos a Valdés”. Pero el clásico de mañana tiene algo diferente y no lo puede negar: será el primero en el Bernabéu en el que comparezca como capitán. “Es especial, claro, un honor, una responsabilidad. No todos los días eres capitán del Barça en un partido como en el que todos soñamos jugar de niños”, expresa.

“Cuanto más esté Leo en el campo, mejor”

Con Messi a punto de tener el alta, Iniesta sabe que su participación en el clásico sería clave. “Lo he visto poco [llega de estar convocado con España], pero las sensaciones parece que son buenas. Ojalá pueda estar en condiciones de jugar porque es fundamental para nosotros”, convino. “Y si entra en la lista es porque puede participar de inicio. Con Leo de titular las posibilidades aumentan para nuestro equipo porque cuanto más tiempo esté en el campo, mejor”. Aunque tampoco es pesimista si el 10 no está sobre el césped. “Si no llega, tenemos jugadores y plantilla para competir”.

Lo mismo piensa su excompañero Xavi, que ahora juega en el Al Sadd catarí. “Ambos equipos son de un nivel similar si Messi no juega. El Madrid tiene lesiones, pero sus lesiones no son tan importantes como la de Leo. Es difícil ganar en el Bernabéu, muy, muy difícil sin él, pero creo que el Barça está en un buen momento para hacer cosas buenas”, señaló el futbolista en una entrevista a ESPN. Y añadió: “Leo se destaca como el mejor en el mejor momento en la historia del fútbol. Pero no sería tan bueno sin Ronaldo y no habría ganado todos esos Balones de Oro”, apuntó; “y no creo que Ronaldo hubiera ganado todos esos también. Ellos se impulsan el uno al otro”.

Un duelo, también, que por muchas veces que juegue “siempre es diferente. Cualquier visita al Madrid remite a encuentros irrepetibles e imprevisibles, son partidos en los que puede pasar de todo”. Y prosigue. “A veces parece que estás mejor y pierdes; en otras, estás peor y ganas... Pero son enfrentamientos que todo el mundo quiere jugar”, asume, dándole a su manera la razón a Gerard Piqué, que dijo aquello de que “los derbis me ponen cachondo”. Incluso ayer, en la rueda de prensa, Iniesta amplió: “Me encantan estos partidos por lo que son y transmiten, y ojalá en el futuro me sigan encantando y poniendo como una moto”.

Entiende, además, que lo peor “es perdértelos” porque deja la sensación de vacío. Y él, desde que llegó al primer equipo, se ha perdido pocos, pero los suficientes como para saber que “no mola”. Algunas veces, comenzó desde el banquillo, como el día que pasó a la historia por la exhibición de Ronaldinho en la temporada 2005-06. “Cuando Ronie marcó el tercero ya estaba en el campo, había salido poco antes por Messi”, cuenta. Y desde ahí asistió a la ovación del Bernabéu. “Sobre el césped escuché poco los aplausos”, reconoce. Ayer abundó: ‘El aficionado aprecia lo que ve. Y lo que vio le gustó mucho a pesar de que su equipo lo sufría”.

Sus experiencias incluyen situaciones no tan felices, como la lesión que padeció en la visita del año pasado, en un partido que terminó en derrota. Porque en sus 10 encuentros en la Castellana “he vivido de todo. No puede ser de otra manera contra un equipo como el Madrid”. En la memoria asegura tener guardados “recuerdos negativos y recuerdos muy positivos”, y habla de victorias que se mezclan, en Liga y en la Copa, porque la última (0-2) en las semifinales de la Champions no la jugó. “Estaba lesionado, bueno, salía de una lesión, y preferimos reservar para la vuelta”, revela.

De todas las victorias en Chamartín, tiene muy claro que hay una especial: “El día del 2-6 salimos de ahí sabiendo que habíamos vivido algo único, algo irrepetible”. Pero cree que ganar al Madrid en su campo “siempre es una alegría”, así que valora tanto aquella exhibición el año del triplete con Guardiola que el 3-4 con el Tata Martino, el día que marcó su único gol en un clásico en feudo blanco. “Me equivoqué, era un pase”, bromea al rememorar aquel zapatazo que se coló por la escuadra y abrió el camino de la victoria, en un partido “con muchos penaltis, tres o cuatro [fueron tres]”, dice de memoria. También guarda un sabor muy especial de la tarde de diciembre de 2011, cuando antes de viajar a Japón para el Mundial de Clubes que le ganaron al Santos en la final, arrasaron al Madrid. “Fue el día que Tito volvió a sentarse en el banquillo, un día especial para nosotros”, rememora.

Un partido casi perfecto

Disputa el Barça el clásico con un cojín de tres puntos. “Pero más que esa distancia”, dijo ayer el capitán; “lo que nos da tranquilidad y seguridad es la regularidad que hemos demostrado en los últimos partidos”. Algo, en cualquier caso, que sabe que no será fácil ante un equipo como el Madrid. “En su campo es muy complicado; para ganar tendremos que hacer prácticamente todas las cosas bien porque así nos lo exigirán”. ¿Es el Madrid más débil de los últimos tiempos?, le cuestionaron. “Decir eso sería muy atrevido y no es el pensamiento que tenemos”.

Puestos a pensar en el mejor Madrid con el que se ha enfrentado, le cuesta dar con uno —“el Madrid siempre tiene un equipazo”, dice— casi tanto como acordarse de su primer encuentro. “Lo que sé es que perdimos, eso seguro”, afirma. Y aunque insiste en que “el Bernabéu te impresiona”, admite que una vez empieza el partido “todo se vuelve normal”. Aunque en esta ocasión será algo distinto porque llevará el brazalete.

“Aunque al final eso no signifique demasiado, siempre quedará para la memoria de los clásicos”. Y de esos acumula más que ningún otro de los que pisen el Bernabéu mañana. “Ya solo por el simple hecho de que pase el tiempo y pueda seguir disputando estos partidos, de una forma natural y titular, esa experiencia me hace muy feliz”. Palabra del capitán, palabra de un clásico.

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