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Roger Federer... ¿Alguien dijo viejo?

Camino de los 35 años, el suizo disfruta en la veteranía y resiste a su reloj biológico

Alejandro Ciriza
Federer celebra un punto contra Djokovic.
Federer celebra un punto contra Djokovic.Suzanne Plunkett (REUTERS)

Es cierto. Esa barba trendy de tres días que ha lucido en la última gran cita del año le hace parecer un poco mayor, pero ya quisieran muchos jovenzuelos del circuito moverse como lo hace él, camino de los 35 años. No pudo hacerlo Federer, a las puertas de su séptimo título como maestro, en su décima final en este torneo. No pudo el suizo con la maquinaria pesada de Nole y se fue sin la corona de Londres, pero en la Copa de Maestros ha vuelto a demostrar, más allá del ránking, de dos, el tres o el cuatro, él es, en su veteranía deportiva, la alternativa más verosímil al monopolio actual del tenista serbio.

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Ha mejorado Andy Murray, más completo, ya un adversario multisuperficie; está regresando poco a poco Rafael Nadal, rehecho progesivamente; hubo un fogonazo de Stanislas Wawrinka en París y meses atrás, antes de la dictadura del serbio, hubo algún que otro flash. Sin embargo, si existe alguien que haya podido plantarle cara a Djokovic este año ha sido Federer, el nuevo Federer. Un hombre que no pierde el apetito de victorias, que aún tiene la adrenalina de los campeones y una persona que todavía saca punta a las pequeñas grandes cosas que depara su profesión, como poder darse un paseo por el Bósforo o visitar un nuevo museo.

Todo el mundo conoce su juego, exquisito. Su derecha, ese saque y ese revés tan estético. Pero si algo tiene aún Federer es la virtud de sorprender, de introducir nuevos matices en su juego; el repertorio no está agotado, ni mucho menos; ahí queda la huella si no de su desconcertante resto a mitad de pista, que puso en práctica desde agosto.

¿Jugar hasta los 40? No es mi objetivo. Disfruto jugando y viajando con toda mi familia"

Al final, Federer cerrará su temporada con seis títulos: Brisbane, Dubái, Estambul, Halle, Cincinnati y Basilea. Algunos de ellos menores, de acuerdo, pero con una cifra superior a la de cualquier otro top-10, exceptuando al rey Djokovic. De las seis derrotas que solo ha sufrido este último, tres llevan el sello del suizo —en Dubái, Cincinnati y la del primer día en la Copa de Maestros—. Además, el de Basilea alcanzó las finales de Wimbledon, US Open, Indian Wells y Roma.

Durante el torneo le preguntaron a Federer si se planteaba emular a Jimmy Connors y seguir hasta los 40. “Se puede, si selecciono el calendario, podría. Juegas cinco torneos y mantienes el ranking. Si quieres puedes hacerlo”, dijo. “Pero ese no es mi objetivo ahora. Disfruto jugando y viajando con toda mi familia, así que ya veremos más adelante si esto se hace realidad o no. De momento tengo muchas ganas de que comience el próximo año”, zanjó.

El Federer hedonista disfruta y delita a los 34. ¿Alguien dijo viejo?

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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