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Las relaciones con Nike y el Mundial de Eugene agobian a lord Coe

El consejo de la IAAF estudiará el jueves si los escándalos que amenazan su supervivencia no se han acabado una vez liquidado Lamine Diack y continúan con su nuevo presidente

Carlos Arribas
Sebastian Coe, en agosto pasado, recién elegido presidente de la IAAF.
Sebastian Coe, en agosto pasado, recién elegido presidente de la IAAF.GREG BAKER (AFP)

Uno de quienes estuvieron  allí cuenta que la víspera de la votación, el presidente de la Federación Internacional de Atletismo, Lamine Diack, reunió en una cena a los miembros del congreso que, reunidos en Pekín durante el Mundial de agosto, debían elegir a sus sucesor y les conminó a que votaran a uno de los candidatos, el ucranio Serguéi Bubka, uno de sus vicepresidentes largos años, en perjuicio del otro, el noble inglés Sebastian Coe, también vicepresidente del organismo. Creía el vejo Diack que el pertiguista Bubka le protegería y ayudaría cuando la investigación de la Interpol sobre sus actividades presuntamente corruptas derivara en un proceso judicial penal. Ganó la votación por poco lord Coe, a quien el presidente saliente temía, y los hechos acaecidos entre octubre y noviembre –la imputación de Diack, acusado de cobrar sobornos por tapar positivos, el escándalo del dopaje de Estado en el atletismo ruso con su connivencia destapado por el informe Pound—parecen haber dado la razón al miedo.

Apenas tres meses después de su elección, sin embargo, los que apoyaron al exatleta británico pensando que sería el hombre adecuado para limpiar los vestigios de corrupción comienzan a preguntarse si el nuevo presidente y sus vínculos con Nike, empresa de la que cobra un sueldo anual de unos 120.000 euros, no supondrá un problema aún mayor que el que supuso finalmente Diack. El peso de Coe sobre la IAAF, su capacidad hipnótica para convencer a sus pares, se comprobará este jueves en la sede de Mónaco, donde se reúne el consejo de la IAAF. En él se pedirán explicaciones a Coe sobre el posible conflicto de intereses que supone su trabajo para Nike, marca de la que es embajador, y para la agencia de organización de eventos deportivos y marketing Chime Sports Marketing, (CSM), una empresa con un presupuesto de 1.000 millones de dólares que convenció a Bakú para organizar los Juegos Europeos y de la que es presidente ejecutivo. No se descarta que el consejo de la IAAF, federación que tiene un contrato de larga duración con la competencia, con Adidas, exija a su presidente renunciar a su trabajo con Nike, lo que, sin embargo, no acabará con el problema, porque en el horizonte asoma un escándalo ligado a las actividades del Coe hombre de empresa, el de la concesión sorprendente, en abril pasado, sin periodo de presentación de candidaturas, de los Mundiales de atletismo de 2021 a la ciudad de Eugene, en Oregón, territorio y filosofía Nike, que apoyó al comité de candidatura, y situada a escasos kilómetros de su sede central de Beaverton.

La BBC hizo público el martes un email de enero pasado en el que un dirigente de Nike comunicaba a los responsables de la candidatura de Eugene que había hablado con su amigo “Seb” (Coe, entonces vicepresidente de la IAAF) sobre el asunto y que este le había comentado que Diack no estaba por la labor de otorgar el Mundial a la ciudad en la reunión del consejo de abril, pero que si él salía elegido presidente lo trataría en noviembre a más tardar. Sin embargo, Diack sí que sacó el asunto a colación en abril, lo anunció a su consejo solo 24 horas de someterlo a votación y logró, en un acto excepcional, su aprobación por 23 votos contra uno y una abstención. El presidente del comité de Gotemburgo, la ciudad sueca que aspiraba también a organizar el Mundial del 21, Bjorn Eriksson, un policía que llegó a dirigir la Interpol, se quejó amargamente de las “irregularidades” de una concesión sin oposición y comenzó su propia investigación de lo que considera “un conflicto de intereses”, según dijo a la BBC. Lord Coe, por su parte, ha dicho que él no movió un dedo para que Diack eligiera a Eugene y que con sus jefes Nike solo habló para animarles a presentarse. Solo unos meses antes, la candidatura de Eugene, y también la de Barcelona, para organizar el Mundial de 2019 había sido derrotada por Qatar.

Aunque salga vivo de la reunión de su consejo, no encontrará aún alivio el agobio de Coe, a quien le espera el próximo miércoles 2 de diciembre un comité del Parlamento británico para interrogarle sobre los mismos asuntos, Nike, Eugene, CSM, y también para preguntarse por qué el Gobierno británico financió con 80.000 euros la tercera parte del presupuesto de su campaña electoral.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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