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Bruno soluciona el gol

Victoria del Villarreal ante el Rapid de Viena con un gol del capitán que otorga el liderato del grupo al equipo de Marcelino

Bruno, tras marcar ante el Rapid de Viena.
Bruno, tras marcar ante el Rapid de Viena.Domenech Castelló (EFE)

Con esfuerzo y ánimo, a ratos con buen fútbol, el Villarreal alcanzó una victoria trabajada ante un correcto y organizado Rapid de Viena, un buen equipo sin más que cuestionó el triunfo al conjunto de Marcelino, al que le está costando sacar rendimiento a su productividad ofensiva, con más fútbol que pegada, falto de confianza en la resolución. Tras un primer periodo de discontinuo juego, el Villarreal recuperó las sensaciones en una segunda mitad que puso de relieve su mejor condición ante el conjunto austriaco, que nunca perdió la cara al partido.

Villarreal, 1 - Rapid de Viena, 0

Villarreal: Barbosa; Rukavina, Mario, Víctor Ruiz, Jaume Costa; Samu Castillejo (Nahuel, m. 83), Jonathan dos Santos (Trigueros, m. 72), Bruno, Denis Suárez; Soldado y Bakambu (Samuel García, m. 52). No utilizados: Aréola; Jokic, Pablo Íñiguez y Pina.

Rapid Viena: Novota (Strebinger, m. 61); Pavelic, Sonnietner, Dibon (M. Hoffmann, m. 6), Stangi; Petsos, Schwab; Schobesberger, Hofmann, Kainz; y Prosenik (Jelic, m. 86). No utilizados: Grahovac, Nutz, Auer y Alar.

Gol: 1-0. M. 77. Bruno.

Árbitro: Pawel Raczkowski (Polonia). Amonestó a Jaume Costa, M. Hofmann, Sonnietner, Bruno y Víctor Ruiz.

Unos 12.000 espectadores en El Madrigal.

El remedio a la falta de gol la encontró el conjunto castellonense en Bruno, su líder, autor del tanto que da al Villarreal el liderato, que tendrá que refrendar en la última jornada ante el Viktoria Plzen.

Clasificados para los dieciseisavos antes de disputarse el partido, Villarreal y Rapid Viena se disputaban en El Madrigal el primer puesto del grupo. Con tal intención, Marcelino apostó por el mejor once disponible, sin reserva alguna, con Bakambu acompañando a Soldado en el ataque, a pesar de que el delantero valenciano no podrá estar por sanción ante el Getafe y el franco-congoleño es el único punta disponible, lesionados Baptistão y Adrián. Con Bonera y Bailly en la enfermería, Mario hizo la función de central.

Desde el inicio, el Villarreal se propuso demostrar que es mejor equipo que el Rapid, que lo sucedido en Viena fue un accidente aéreo, vencido el conjunto amarillo en dos jugadas a balón parado. A ras de suelo, el grupo de Marcelino tiene más recursos técnicos que el buen equipo austriaco, líder en su campeonato, con pleno de victorias en la Liga Europa.

De presa a cazador

Tras un primer cuarto de hora lúcido del Villarreal, el Rapid comenzó a soltarse, a cuestionar el esférico a los castellonenses, a asomarse al área de Barbosa, el portero titular en Europa. El repliegue de los austriacos, con dos líneas de cinco jugadores, era intensivo, al igual que su despliegue, acumulando numerosos efectivos en ataque. Por unos instantes, el Rapid pasó de presa a cazador, incomodando al Villarreal, rebajado sin el balón en su poder, crecido el conjunto centroeuropeo con él, convencido de sus armas, con buen gusto para iniciar el juego desde su portero, con la ambición de no dejarse vencer en El Madrigal para no dejar escapar el primer puesto.

Inéditos los porteros en el primer acto, el Villarreal arrancó con firmeza en el segundo, contando Soldado con dos buenas ocasiones de gol mal resueltas por el exjugador del Tottenham, antes de que Bakambu abandonara el terreno de juego por problemas musculares. El propio Soldado, reñido con el gol, estrelló el esférico en el poste tras un saque de esquina y con Novota, el guardameta austriaco lesionado en la acción. En el contragolpe posterior, el Rapid pudo adelantarse en el marcador, evitando Barbosa con una salida desesperada el tanto austriaco.

El partido había cobrado vida, con el Villarreal intenso en la recuperación al grito de Bruno, lanzado en ataque, elaborando con dinamismo las acciones ofensivas, falto de finura en la resolución con el Rapid entregado y defendiendo su portería. Por el cálculo de probabilidades, llegó el gol amarillo, aprovechando Bruno un mal despeje austriaco a la salida de un córner a falta de menos de un cuarto de hora. No supo matar el partido el Villarreal pero sí resguardar con sufrimiento una victoria que le coloca líder.

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