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El Madrid se lo pasa en grande y arrolla al Malmoe

El equipo de Benítez destroza al cuadro sueco con cuatro goles de Cristiano Ronaldo, tres de Benzema y uno de Kovacic (8-0)

José Sámano
Cristiano marca el sexto del Madrid.
Cristiano marca el sexto del Madrid.Kiko Huesca (EFE)

La Copa de Europa también sirvió de terapia para el Madrid, que se dio un empacho goleador ante un equipo de plastilina como el Malmoe, al que un torneo así le supone un viaje lunar. Se lo hizo ver un Madrid con saña, un conjunto que se tomó en serio el entrenamiento. Y esta vez, no como ante el Getafe, de principio a fin. La alfombra extendida por el grupo sueco invitaba a ello. Cómo resistirse ante un contrario invisible, pura mantequilla. Goloso para los de Rafa Benítez, que se lo pasaron en grande ante los cadetes del Malmoe. Cuatro de CR, tres de Benzema, uno de Kovacic… Y pudieron ser otros ocho. O vaya usted a saber cuántos más. Es lo que tiene cuando se puede jugar a portería abierta, sin mayor embrollo por delante que muñecos de trapo. Y un guiño de Benítez: la goleada al Malmoe iguala la mayor lograda hasta la fecha en la Champions, otro 8-0, del Liverpool ante el Besiktas. En el banquillo de Anfield estaba el mismo técnico que hoy conduce a los blancos, y a su lado Arbeloa en las dos tundas.

REAL MADRID 8; MALMOE, 0

Real Madrid: Casilla; Danilo, Pepe (Marcelo, m. 52), Nacho, Arbeloa; Kovacic (Cheryshev, m. 76), Casemiro; James (Jesé, m. 65), Isco, Cristiano; y Benzema. No utilizados: Yañez; Llorente, Lucas Vázquez y Kroos.

Malmoe: Wiland; Tinnerholm, Arnason, Carvalho, Yotun; Rakip, Lewicki, Adu, Sana (Mehmeti, m. 64); Berget y Djurdjic (Rodic, m. 46). No utilizados: Brorsson; Konate, Kroon, Eikrem y Andersson.

Goles:1-0. M. 12. Benzema. 2-0. M. 24. Benzema. 3-0. M. 39. Cristiano. 4-0. M. 47. Cristiano. 5-0. M. 49. Cristiano. 6-0. M. 59. Cristiano. 7-0. M. 70. Kovacic. 8-0. M. 74. Benzema.

Árbitro: Daniele Orsato (Italia).

Santiago Bernabéu: 65.000 espectadores.

No hubo demora en el Bernabéu, que no tardó en constatar lo que ha mutado Benzema, que no solo anota como nunca, sino que ahora es un madrugador del gol. Dos tantos en un parpadeo al Getafe el pasado sábado y otros dos en un suspiro al Malmoe. El fútbol, no hay mejor alivio para este francés que encuentra en el campo el sosiego que se niega fuera de él. Dos maneras de vivir, con aire espiritual en el césped, a toda pastilla cuando está fuera del juego. Con botas, Benzema ya lleva 46 goles en 77 partidos de Copa de Europa, cifra a la que con menos jornadas solo llegaron Van Nistelrooy y Messi. Casi nada, como tampoco es nimio que ya sea el quinto mejor artillero madridista en la historia de su torneo fetiche.

Con el galo como sacacorchos, el Madrid se dio un festín ante un adversario que apenas cumple con el papel de telonero. Un grupo de parvularios ideal para que los blancos se lucieran a su antojo, un recreo para todo el madridismo. Idóneo para que Cristiano sellara un registro: con 11 goles es el máximo anotador en una liguilla de la Liga de Campeones.

Pepe, imperial

La mejor faena de aliño posible para el kilometraje de Kovacic, Isco y James, para que se probara unos minutos Marcelo, para que se alistara Casilla, al que el exilio de la Copa le restará carrete, para que Pepe acentuara su papel imperial de este mes. Un cartel con chollos para todos, hasta para Danilo, en su mejor versión. Incluso para Cheryshev, de vuelta tras el esperpento de Cádiz, y con el que sus compañeros hicieron piña tras el cuarto gol. Un partido a la carta para el Madrid.

Solo hubo un partido en Chamartín, el que le dio la gana al grupo de Benítez. El Malmoe, ya débil de por sí, aún pagó más el hecho de haber concluido el curso doméstico el pasado 31 de octubre. Hoy, en plena Copa de Europa, está en una inusual pretemporada. Su estampa fue la de una excursión de monaguillos, un equipo sin pies, de aquellos contemplativos que asisten pasivos al dictado de su rival. Vista la ganga, el Madrid aceptó el convite, que ya llegarán los días crudos. Al baile inicial de Benzema se sumó Cristiano. Si primero fue asistente del francés en los dos tantos, y con pases desde orillas diferentes, luego se desató.

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Tras fallar un par de goles que solo podían ser goles, CR se enchufó por la vía más inesperada. Puede parecer lo contrario, pero, pese a su machaconería, no es un consumado lanzador de faltas. Explora la vía una y otra vez, sin otro resultado que tres emboques en los últimos 97 lanzamientos. Ante el conjunto sueco, ejecutó desde el costado izquierdo, la pelota salió con gas y patinó sobre la hierba. El resto lo puso Wiland, el meta visitante. El portero, a la vista del chaparrón, se quitó la chichonera tras el descanso. Ese no era el problema, en el segundo acto le cayeron cascotes por todos los lados.

Al Malmoe se le vino encima Cristiano, que encadenó tres tantos consecutivos, de todos los colores. Mal asunto cuando el portugués entra en combustión. Y peor aún si Benzema, autor del octavo, aún tiene apetito. Y más lastre todavía si antes también brinda Kovacic, de los mejores de la noche, activo, ordenado, con diente. Un futbolista por definir, de trazo corto en ocasiones, de arrancada en otras secuencias. A sus 21 años, tiene un mundo por delante para ordenar sus virtudes, que las tiene.

En definitiva, un día estupendo en la oficina, genial para pasárselo pipa. Eso hizo el Madrid.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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