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Hanyu rompe el molde con más de 330 puntos en Barcelona

El patinador japonés hace historia en Barcelona y gana la final del grand prix por delante de Javier Fernández, segundo

Yuzuru Hanyu en Barcelona.
Yuzuru Hanyu en Barcelona.Alberto Estévez (EFE)

El gesto adusto, en consonancia con la canción escogida, salida del cine japonés. Su estilo es clásico y él patinaba con la seriedad que la ocasión requería. La concentración máxima, porque los errores no se permiten. Ni un fallo, ni un traspié. Ni un segundo de duda. La única concesión que Yuzuru Hanyu (21 años, Kyoto) se permitió llegó al conocer la puntuación que le concedió el jurado: 330,43 puntos, una barbaridad, récord absoluto (él mismo tenía el récord anterior, logró 322,40 en el trofeo NHK de este 2015), lo nunca visto. Y el chico rompió a llorar. El jueves le dieron un diez a la ejecución de su programa corto, este sábado rompió todos los moldes. Con 219,48 puntos al programa libre el japonés ganó la final del Grand Prix que por segundo año consecutivo se celebraba en Barcelona.

Más allá de los tres fantásticos cuádruples que incluye en su programa, Hanyu encandila por su elegancia y finura, porque uno no diría que sufre ni se fatiga con ninguna de sus piruetas de no ser porque se le vio jadear al completar su obra maestra. Complejo el objetivo (su programa técnico alcanzó los 120,9 puntos de nota) el resultado es también magnífico. Pero a nadie sorprende ya. Como no sorprende la plasticidad de su triple axel. Delicado en su estilo, maravillosa la interpretación, sin necesidad, siquiera de ofrecer una sola sonrisa. No dejó opción alguna al ídolo local, segundo, con 292,95 puntos en total.

Canalla y casi perfecto, Javier Fernández (24 años, Madrid), la alegría en persona con ese programa libre con el que se da aire de gángster y se empapa de lo mejor de las notas de Frank Sinatra en Guys and Dolls. Concedió altura y potencia a sus saltos con tanto entusiasmo que por poco no se pasa de largo con su primer cuádruple toe. Aquello, sin embargo, aunque le pudo jugar una mala pasada y atacar a sus nervios, como ocurrió hace un año, no ocurrió. Ha ganado en temple el español, campeón del mundo, que no se olvide. Y bordó un programa completísimo. Pero es difícil competir contra el que ya parece estar llamado a ser uno de los mejores patinadores de la historia.

Evgenia Medvedeva.
Evgenia Medvedeva.ALBERT GEA (REUTERS)

Eugenia Medvedeva, la novata

Maravillosa la expresividad de su mirada, es la imagen de la inocencia. Eugenia Medvedeva (16 años, Moscú) encandila, porque ella no patina, se desliza por la pista. Sus largas y afiladas piernas dibujan figuras con tanta gracia que apenas se percata uno de cuándo empieza a encadenar saltos: un triple, otro triple, una combinación de dobles, un triple salchow, su preferido, y los enchufa uno tras otro como si estuviera vendiendo el pan en el horno de la esquina. Y así cierra un programa magnífico, el de mayor complejidad técnica de la tarde, con música de Korzenowski y Aubry y una coreografía que le permitió lucirse como a la que más.

Hace un año ganó el Grand Prix, pero jugaba con los juniors. Esta vez, con su insultante juventud, todavía, la novata ha vuelto a ganar, pero a lo grande y a las mayores. Se llevó la mejor nota en el programa corto (74,58) y también en el libre este sábado (147,96). Además de una ovación mayúscula. No era para menos. Sólo hubo otra jovencita capaz de levantar al público de sus asientos. Se llama Satoko Miyahara (17 años, Kyoto), es menuda y patina con un desparpajo fantástico: la colocación perfecta, los saltos clavados, tiene la velocidad y la altura. Es la subcampeona del mundo y también de esta final del Grand Prix.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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