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Benítez pierde el escudo protector

La derrota en El Madrigal empuja a la directiva del Madrid a proyectar soluciones de emergencia sin descartar la destitución del entrenador

Diego Torres
Rafa Benítez da indicaciones a sus jugadores desde la banda de El Madrigal.
Rafa Benítez da indicaciones a sus jugadores desde la banda de El Madrigal.Juan Carlos Cardenas (EFE)

La derrota del Madrid en Villarreal (0-1) desencadenó un consejo de crisis improvisado en la directiva del club que preside Florentino Pérez. Según dos responsables de la institución, en el cruce de llamadas que se produjeron tras el partido, al filo de la medianoche del domingo al lunes, los miembros de la cúpula coincidieron por primera vez en que hay que evaluar la posibilidad de prescindir del entrenador Rafa Benítez si el equipo mantiene su actual deriva. No ya pensando en la Liga, sino en previsión de llegar al partido de ida de los octavos de la Champions, contra la Roma el 17 de febrero, con garantías de competir al mejor nivel posible. Algo que no ha sucedido hasta ahora en los encuentros más importantes que ha disputado el Madrid desde el verano, con la excepción de la visita al Parque de los Príncipes, partido en el que, paradójicamente, las lesiones obligaron a alinear a un equipo plagado de suplentes.

El Madrid calcula que existen tres condiciones para hacer un relevo en el banquillo, a tenor de fuentes próximas a la directiva. Primero, que el equipo no reaccione en las próximas tres semanas, con especial atención a la visita a Mestalla el 3 de enero. Segundo, que el club encuentre a un entrenador con el perfil adecuado, tarea que todos los implicados coinciden en calificar de difícil, y para la que, hasta ahora, no han considerado seriamente otra figura que Zidane. Tercero, que la sustitución se haga con al menos un mes de antelación al partido con la Roma, para darle al técnico entrante tiempo para trabajar. La dificultad de hacer coincidir estas tres circunstancias no solo convierte a Benítez en un entrenador con escaso crédito; también le brinda muchas probabilidades de seguir en su puesto hasta junio.

“Benítez es la solución”, proclamó Florentino Pérez hace tres semanas. Desde entonces, los dirigentes han asistido a una pitada contra el técnico en el Bernabéu —el día del Getafe— y a la pérdida de una oportunidad extraordinaria de redención. Los dos empates sucesivos del Barcelona en Liga y el precario estado físico del Villarreal abrieron una ventana de reinserción a la lucha por el título en El Madrigal. Porque en la plantilla todos sabían que el Villarreal, exhausto tras un accidentado viaje a Pilsen que le permitió entrenar únicamente el sábado, haría pocos cambios respecto al equipo de la Liga Europa. Marcelino solo refrescó a tres futbolistas. “Es verdad que llegamos cansados pero no es excusa de nada”, se envalentonó Musacchio.

Si el Madrid mejoró en la segunda mitad, también fue porque el Villarreal se quedó sin oxígeno, aunque ni Benítez, ni Marcelo, ni Modric, ni Sergio Ramos quisieron o supieron argumentar las causas del contraste entre el juego antes y después del descanso. “Es difícil de explicar lo que pasó”, declaró un conturbado Benítez. “Habrá que analizar con calma qué es lo que pasó”, dijo Marcelo. “No sé por qué salimos tan flojos”, avisó Modric, tocado con una caperuza en los pasillos de El Madrigal. “Hemos salido a verlas venir”, lamentó Ramos, en un ejercicio que fue lo más parecido a una confesión.

Aprovecharse de la BBC

Recuperado de la perplejidad, y aprovechando el bajón fisiológico del adversario, el Madrid llevó el partido a terreno del Villarreal en los últimos 45 minutos. Pero el resultado no invita a pensar en una demostración de claridad. Entre Cristiano, Bale, Benzema, Ramos, Isco, Modric y Marcelo solo fueron capaces de lograr un remate entre los tres palos.

“Hicimos lo que nos dijo el míster”, explicó Denis Suárez, cosa de simplificar lo que parecía tan complejo. Cuando le pidieron que contara cómo él y sus compinches desmontaron al Madrid, el lánguido atacante gallego admitió que Marcelino se aprovechó de la insolidaridad de Bale, Benzema y Cristiano . “El míster”, prosiguió, “nos dijo que cuando tuviésemos la pelota a un lado cambiásemos al otro, y que los extremos nos metiésemos por dentro porque ahí encontraríamos espacios entre líneas; porque los tres delanteros del Madrid tardarían en hacer las ayudas”.

Denis también lo sabe. La BBC, el trío estratégico por excelencia del Madrid, puede ser una espada de doble filo.

La peor estadística goleadora desde la temporada 2006-2007

A este ritmo, el Madrid acabará la temporada de Liga dejándose 38 puntos. Uno por jornada. Fácil de cuantificar en un juego en el que lo esencial es inefable. En el fútbol las estadísticas solo tienen carácter indiciario. Insinúan realidades que se sienten más que se cuentan. El entrenador madridista, Rafa Benítez, lleva cuatro meses amparándose en aritméticas felices pero su equipo expresa melancolía, repeticiones rutinarias que no hacen gracia a los socios del Bernabéu. Los pitos lo denuncian. Y también los números. Los números que se vuelven contra el técnico que más fama cultivó de científico. Esta temporada refleja números de épocas de conflicto o de subsistencia.

Este 2015-2016 recuerda a los campeonatos de 2006-2007 y de 2008-2009. El primero, señalado por el Madrid de Capello, que metió 26 goles a estas alturas de la Liga. Los 32 goles que suma el equipo de Benítez son la cifra anotadora más baja desde aquellos 26 tantos logrados con el sudor de Raúl y Van Nistelrooy. Lo mismo que los 30 puntos sumados en estas primeras 15 jornadas son la cosecha más ligera desde la temporada 2008-2009, cuando Calderón destituyó a Schuster en medio del huracán que propició el regreso de Florentino Pérez.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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