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Roma queda atrapado en el barro y tarda 45 minutos en sacar su Mini

El piloto español, que perdió toda opción al título en la jornada inicial de 2015, trató de evitar el impacto contra un fotógrafo

GORKA PÉREZ
Nani Roma y su copiloto Alex Haro intentan sacar el Mini del barro
Nani Roma y su copiloto Alex Haro intentan sacar el Mini del barroFELIPE TRUEBA (EFE)

Hace poco más de un año las esperanzas de Nani Roma en el Dakar duraron un suspiro. En el kilómetro tres de la primera etapa una avería en su Mini le hizo perder más de dos horas, un mundo. Ayer, en la segunda etapa, la primera en la que se pudo competir tras la cancelación del prólogo tras un accidente y de la primera jornada por el mal tiempo, al piloto de Folgueroles volvió a ocurrirle algo parecido.

Alex me ha avisado de que había un fotógrafo y he tenido el acto reflejo de girar el volante y volver al carril central"

Esta vez nada tuvo que ver la mecánica. Cuando se encontraba a punto de superar el kilómetro 117 de la especial observó un lugar por el que bordear una especie de piscina de barro en la que se había quedado atrapado Xavi Pons, que salió muy delante de él. Al acercarse a una zona de maleza por la que parecía seguro rodear el enorme charco, Alex Haro, su nuevo copiloto tras la retirada de Michel Périn, le avisó gritando de que se encontraban varias personas en la zona, entre ellas un fotógrafo. Roma giró el volante de su vehículo para evitar el impacto con tan mala fortuna que quedó atrapado en el lodazal. No le dio tiempo a accionar el diferencial de su coche lo que le hubiera permitido bloquear el giro de las ruedas.

“Es una situación que puedes decir que es de carrera pero nosotros nos basamos en la información que viene en el roadbook y pensamos que ahí es donde tiene que venir todo”, cuestionó Nani. “He visto el coche de Xavi atrapado y me he tirado hacia la derecha porque pensaba que sería terreno duro pero al estar con algo de fango y vegetación muy alta no veíamos demasiado hasta que Alex me ha avisado de que había un fotógrafo y he tenido el acto reflejo de girar el volante y volver al carril central. El problema es que el coche ha empezado a patinar, he perdido velocidad y me he quedado atrapado en el barro”, describió Roma.

Nani Roma observa su Mini atrapado en el barro
Nani Roma observa su Mini atrapado en el barroDean Mouhtaropoulos (Getty Images)

La estampa volvía a ser dramática. Hasta las cejas de tierra mojada, tanto él como su copiloto trataron de liberar el vehículo primero con unas planchas delante de los neumáticos para facilitar su rodaje pero nada. La salvación llegó de rebote cuando su compañero de equipo, el argentino Orlando Terranova, también quedo atrapado. “Nos hemos agarrado a su coche para intentar salir y entre los dos lo hemos conseguido pero ya era muy tarde”, continuó Roma. “Ettiene Lavigne –el director del Dakar- había estado controlando el paso de las motos por esa zona y quizás debiera haberlo hecho también con los coches”, lanzó el piloto español.

Lo anormal de la situación provocó que el equipo Mini elevara una queja a dirección de carrera amparándose primero en que esa piscina de barro no estaba señalizada en roadbook y en que distintas imágenes demuestran que había público en la zona afectada y por ese motivo le había resultado imposible evitar caer en el fango. Al cierre de esta edición los abogados de la escudería alemana se encontraban completando la reclamación.

En salir del barro Roma y Haro gastaron más de tres cuartos de hora. Una vez liberados ambos trataron de llegar a la meta lo antes posible para evitar perder el menor tiempo posible. No lo lograron. Marcaron el 44º mejor tiempo, a 46 minutos de distancia del ganador de la general, el francés Sébastien Loeb, que se llevó la etapa en su debut en el Dakar.

La escudería alemana elevó una queja a dirección de carrera por la no señalización de la zona afectada 

“Aunque queda mucha carrera, 46 minutos es mucho tiempo teniendo en cuenta en lo que se ha convertido esta prueba”, aseguró Carlos Sainz, quien sí consiguió sortear el barro a través de la vegetación que rodeaba la zona. Sin embargo, el piloto madrileño vivió su particular episodio de tensión cuando el motor de su Peugeot se paró sin motivo aparente. “No sé qué ha pasado, pero de repente nos hemos quedado parados. No sabíamos que hacer porque no había ninguna luz de emergencia encendida”, confesó a su llegada al campamento. Al quinto intento su coche arrancó y completó sin ningún problema el resto de la etapa.

Si lo vivido el año pasado quedó grabado en la memoria de Roma como uno de sus peores recuerdos deportivos, el de este año se aloja en la misma estantería. Será complicado que recorte diferencias con sus adversarios. Con Peterhansel, Loeb, Sainz, Al Attiyah, De Villiers y compañía en carrera sólo una catástrofe combinada podría salvarle.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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