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Nadal espanta a Kuznetsov

El número cinco alcanza las semifinales de Doha, ante el ucraniano Marchenko, tras un partido muy exigente contra el ruso: 6-3, 5-7 y 6-4, después de dos horas y siete minutos

Alejandro Ciriza
Nadal, durante los cuartos ante Kuznetsov.
Nadal, durante los cuartos ante Kuznetsov.KARIM JAAFAR (AFP)

Resulta que este jueves, en la pista central del Khalifa International Tennis & Squash Complex de Doha, hacia la media tarde, hora local, a Rafael Nadal no dejó de revolotearle la típica mosca traviesa que se posa en un lado y otro, en la frente, la mejilla o cerca de una oreja, agudizando ese desagradable zumbido que genera el temor a que el insecto pueda acabar introduciéndose en el oído. Le tocó a Nadal lidiar con esa pequeña inclemencia, pero también con otra de mayores dimensiones: Andrey Kuznetsov. Al final, el número cinco logró espantar a los dos; al primero, más fácil, a base de manotazos, y al segundo, mucho más costoso, con mucho sudor y sangre fría, la que le exigió el ruso hasta desembocar en el definitivo 6-3, 5-7 y 6-4, después de dos horas y siete minutos.

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Se cita ahora el balear en las semifinales (14.30, Eurosport) con el ucraniano Illya Marchenko (6-3 y 7-6 a Jeremy Chardy), 94º del mundo y que hace tres días ya eliminó contra todo pronóstico a David Ferrer, campeón el año pasado en Qatar (250). Pero, para llegar hasta ahí, un pequeño mundo frente a Kuznetsov, que si en el único careo previo contra Nadal (Roland Garros 2015) no dio problemas, esta vez vendió carísima su derrota en un partido que no hace mucho, tal vez seis o siete meses atrás, probablemente hubiese determinado el adiós del español.

No en esta ocasión. No porque Nadal ya no es ese Nadal achicado que intentaba minimizar daños. Ahora, hoy, el ganador de 14 grandes va recobrando esa fortaleza mental que, haga lo que haga el adversario, termina descomponiéndolo. Lo padeció Kuznetsov, con cara de chico bueno, un jugador que después de ceder su primer servicio de la tarde y de no ofrecer excesiva resistencia en el primer parcial (36 minutos) parecía condenado, pero que en la segunda manga sacudió de lo lindo a la pelota e hizo esprintar de un lado a otro a Nadal.

Kuznetsov sirve durante el partido contra Nadal.
Kuznetsov sirve durante el partido contra Nadal.EFE

El de Tula, 24 años, empezó a mandar desde la línea de fondo. Pegó como los ángeles (40 ganadores, por los 22 del de Manacor), con tiros planos y angulados, de derecha y revés, pero el mismo riesgo con el que jugó le hizo incurrir en nada más y nada menos que en 38 errores no forzados, por los 22 de su rival. Logró, pese a todo, embarrar el duelo e imponer un punto de descontrol, que sin embargo no arrastró al español, cuya confianza crece y crece desde que consiguiera olvidarse de las ansiedades y se centrase exclusivamente en el juego.

El ruso embarró el duelo e impuso un punto de descontrol, pero no consiguió arrastrar al balear

Estuvo más fino Kuznetsov en los vaivenes del segundo set, 3-1 a su favor primero, 4-3 para Nadal después y resuelto en la recta final por la profundidad del ruso (cuatro de cuatro en opciones de quiebre), pero no así en el tercero. La dinámica fue la misma, con paridad inicial y luego el enredo, break aquí y allá, arriba y abajo, hasta que Nadal dijo basta y firmó una rotura -la segunda en esa manga a su favor- para fijar el 5-4 y sentenciar acto seguido el partido, su segunda remontada en el presente torneo (la primera fue en el estreno, ante Pablo Carreño).

"La parte mental ha sido la más importante, especialmente después de perder el segundo set", apuntó el vencedor, acompañado en el banquillo de Doha por el binomio Toni Nadal-Francis Roig. Es imposible desentrañar qué ocurrirá dentro de unos días (Doha), semanas (Australia) ni mucho menos meses (Roland Garros, Wimbledon, Nueva York...), pero jornada a jornada, partido a partido que se dice en términos futboleros-cholistas, Rafael Nadal conduce hacia una certeza: poco a poco empieza a ser él mismo.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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