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El Rayo ahonda en las miserias del Valencia

El orgullo che rescata un punto al final que deja en poco el buen juego del conjunto de Jémez

Alcácer, a la derecha, tras empatar al Rayo a dos minutos del final.
Alcácer, a la derecha, tras empatar al Rayo a dos minutos del final.Kai Försterling (EFE)

El orgullo del Valencia le dio para empatar al final un partido mejor jugado por el Rayo, como acostumbra siempre. Le faltó al conjunto de Paco Jémez maldad en las áreas para llevarse un triunfo de Mestalla, que buscó con buen fútbol ante un Valencia indefinido, sin argumento alguno, que logró salvar el honor y un punto con pasión, que porfió en el tramo final por una victoria que no conoce en la Liga con Neville en la dirección, con cuatro empates y dos derrotas en los seis partidos que lleva dirigidos el inglés. El empate final no satisfizo al Valencia, en tierra de nadie, tampoco al Rayo que no sale del pozo.

Valencia, 2; Rayo, 2

Valencia: Ryan; Barragán (Bakkali, m. 81), Mustafi, Santos, Cancelo; Danilo, Parejo, André Gomes; Rodrigo, Negredo (Alcácer, m. 64) y Santi Mina (Piatti, m. 61). No utilizados: Doménech; Vezo, Zahibo y De Paul.

Rayo Vallecano: Juan Carlos; Quini, Tito, Zé Castro, Nacho; Llorente, Trashorras; Embarba (Lass, m. 33) Jozabed (Baena, m. 84), Pablo Hernández; y Miku (Manucho, m. 68). No utilizados: Álex Campos; Dorado, Jonathan y Bebé.

Goles: 0-1. M. 15. Jozabed. 1-1. M. 55. Negredo. 1-2.M. 68. Llorente.

2-2. M. 88. Alcácer.

Árbitro: Prieto Iglesias. Amonestó a Llorente, Quini, Lass y Alcácer.

Unos 45.000 espectadores en Mestalla.

La bronca de Mestalla al descanso tenía razón de ser. ¿A quién iba dirigida? Al club en general se supone y a Lim en particular, por dar potestad a Mendes en la confección de una plantilla sobrevalorada, por confiar el equipo a Gary Neville, sin experiencia en los banquillos. Y a los protagonistas, los jugadores, la mayoría por debajo del nivel mínimo que se les presupone, bloqueados mentalmente sin saber qué hacer, no encontrando soluciones desde la banda, incapaz Neville de comunicar sus ideas.

No resultó una sorpresa que, de inicio, el Rayo monopolizara el esférico y alcanzara el área de Ryan a base de largas combinaciones. En una de estas, en el minuto cuatro, un centro de Embarba, fue rematado de cabeza por Miku, encontrándose desatendido de la marca de los centrales, Mustafi y Santos. El balón, tras picar en el suelo, se marchó al larguero, con Ryan batido.

La titularidad del meta australiano, en detrimento de Doménech, junto a la suplencia de Alcácer dando una nueva oportunidad a Negredo, fue lo más significativo del once de Neville, que recuperó a André Gomes.

La soleada mañana en la capital del Turia, a pesar del frío, invitaba a un ejercicio lúdico, con Mestalla con una gran entrada como siempre. Al Rayo, cualquier escenario le resulta idóneo para disfrutar del juego. Ni su situación en la clasificación, en posición de descenso, le altera los planes. Al cuarto de hora encontró ventaja en su propuesta, tras marcar de primeras Jozabed en una acción que inició y culminó él mismo a centro de Embarba desde el costado derecho.

El gol de Embarba inquietó a la grada valencianista por la desventaja y ante lo que acontecía, en una película vista demasiadas veces en lo que va de temporada, sin dominar el juego su equipo, a expensas del contrario. Ni las tantas veces aplaudidas largas conducciones de André Gomes, hacían gracia esta vez ante los vallecanos, con mejor pie y organización, con Trashorras como director de orquesta, con Pablo Hernández, de regreso a la que fue su casa, Jozabed y Embarba, este último en la media hora que estuvo en el terreno de juego, poniendo picante al ataque vallecano. Todo lo contrario que un Valencia descoordinado, sin alma, más individual que coral.

Unidos en un corro, los jugadores del Valencia se conjuraron tras el descanso para revertir la situación. Con más ánimo que fútbol, el conjunto che aumentó las revoluciones e incrementó la presencia en el área de Juan Carlos. Fue ,sin embargo, Ryan, en una doble parada a Trashorras y Jozabed, quien sostuvo al Valencia. En la acción siguiente, Negredo, se inventó un gol de la nada, al bajar el esférico, ver la posición adelantada de Juan Carlos y batirle desde una distancia de 45 metros. Un soberbió gol que abría el panorama al Valencia que se volvió a ensombrecer con un tanto de Llorente a la salida de un córner, aprovechando un nuevo desajuste defensivo de la zaga che.

Para entonces ya estaba en el terreno de juego Alcácer, sustituyendo a Negredo. Al delantero internacional le fue anulado un gol a falta de cinco minutos por un fuera de juego inexistente. Tres minutos después, a dos del final y tras un error en el despeje de Zé Castro, Alcácer aprovechaba la asistencia de Bakkali para empatar un partido que no aclara el futuro del Valencia y Rayo.

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