La abuela Pepi y la Real
Una de las mejores cosas que le han sucedido en los últimos años a la literatura deportiva en español es la aparición de la colección Hooligans Ilustrados, de la editorial Libros del KO. "El alimento espiritual de fajadores y tuercebotas. La crónica sentimental de un escritor a través de los colores de su equipo de fútbol. Recuerdos de infancia, amores adolescentes y ajustes de cuentas. Escaramuzas de patio de colegio y goles milagrosos desde el medio del campo. No vale alta ni chupón". Así define la editorial esta línea de libros en la que escritores y periodistas unen su historia a la del club de sus amores.
Como Ander Izagirre, al que no le gusta el fútbol pero sí la Real Sociedad. Y cuando tiene dudas recurre a una foto de 1982, en el huerto de sus abuelos, vestido con el uniforme donostiarra. Mi abuela y diez más es el título de un libro que arranca con aquel balón que fue de Górriz a Zamora, de Zamora al interior de la portería y de ahí a las vitrinas del equipo: su primera Liga.
Muchos aficionados se verán representados en la herencia familiar de los colores o en las barbaridades que pueden llegar a pasar por la mente cuando te empatan un partido que ganabas, por ejemplo, o los que, afortunados, tuvieron (o tienen) una abuela que sabía (o sabe) más del fútbol y de la vida que todos juntos.