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El Madrid goza en casa

Los de Zidane logran otra gran goleada en Chamartín, esta vez ante un Espanyol sin chicha. Triplete de Cristiano y buena actuación de James

Celebración del tercer gol del Madrid.Foto: atlas | Vídeo: J. C. H. (EFE) / ATLAS
José Sámano

De vuelta del chasco del Villamarín, todo fueron excelentes noticias para el Madrid, que se dio un fiestón ante el Espanyol, que fue la misma ganga que en la primera vuelta. No lo pasó por alto el equipo de Zidane, que se ensañó con los pericos desde el primer instante. Momificado, el cuadro catalán no se había quitado el chándal y ya perdía 3-0 al cuarto de hora. Un chorreo de goles, y todos hijos de la estupenda puesta en escena de los blancos, situación terminal para los chicos de Galca cuando aún les quedaba cruzar un océano. Una gozada para el madridismo, y no solo por la eficacia y el buen juego, dinámico, articulado, coral, con pausa y con vértigo. Al deleite se sumaron los jugadores más esperados, James e Isco, y hasta Cristiano, esta vez en plenitud, marcó un gol de la gran Era Cristiano. Pese al fiasco ante el Betis, en este Madrid hay diversión. Y nadie quiere perderse el convite. Al menos mientras dure. Frente a los periquitos, un tiempo, suficiente para brindar por la victoria y el buen gusto. Luego, bajó algo la marcha.

Un minuto, el primero de la noche, retrató al Madrid. Tuya-mía, tuya-mía hasta un remate esquinado de Marcelo sin que un adversario olfateara la pelota. Con Zidane, el balón es un tesoro y de ese romance partió un Real supremo. Un equipo panorámico, expansivo, en el que todos, del primero al último, se sintieron protagonistas. Con Zizou, el mensaje es otro. El medio campo ya no es un apeadero de segunda, allí mandan Kroos y Modric y ahí hay papel para Isco y James, gente proclive a jugar al pie. Tampoco tienen ya grilletes los laterales, y Carvajal y Marcelo vuelan como extremos, ensanchan el campo para dar vía interior a los volantes. Y llegados al perímetro del área, el asunto es cosa de Benzema, de este Benzema sublime de estos meses. Suyo fue el primer tanto, un cabezazo tan matemático como preciso fue el centro de James, que ajustó el pase con precisión de cirujano.

Por lujosa que sea la plantilla, James no es un jugador a desdeñar. Gripado desde el inicio del curso, el Madrid, como le sucedería a cualquier equipo, necesita al colombiano, futbolista de variadas soluciones ofensivas, con una zurda con chistera y un golpeo contundente, con repertorio en espacios reducidos y muy capaz de enfilar a los suyos en el juego a puerta abierta. En el primer tramo, por fin emergió un James activo, escoltado de maravilla por Carvajal, que no admite comparación con el extraviado Danilo. Y también se enchufó Isco, otro a repescar. Demasiado para el Espanyol, penalizado tanto por un Madrid huracanado como por sus seis bajas. Una losa para un club que lleva casi un siglo de garrafón en Chamartín. Desde su presentación en junio de 1929, solo ha puntuado en 18 de sus 81 visitas en Liga.

Sergio Ramos comenta el partido ante los periodistas.Foto: atlas | Vídeo: ATLAS

Encapotado el Espanyol, de nuevo James hizo de interruptor. Se citó con Benzema en el balcón del área y el delicado toque del francés llegó a Cristiano, arrollado por Roco. El portugués embocó el penalti. Al lituano Arla, debutante con el Espanyol en detrimento de Pau, estigma periquito, se le venía el Benabéu encima. Le volvieron a caer cascotes con el tercer tanto local, un gol con doble fortuna para el Madrid. James recibió la pelota en fuera de juego y su zurdazo lo desvió Diop. De los visitantes, ni migas, sometidos por un rival abrumador

Por lujosa que sea la plantilla, James no es un jugador a desdeñar

Para desgracia de los de Galca, en su primera aproximación a Keylor Navas concedió la cuarta diana. Salva Sevilla no pudo superar al meta costarricense con un toque sutil y a la contra, James quiso enlazar con un compañero por el costado izquierdo, pero la pelota derivó hacia la otra orilla tras un rechace blanquiazul. Por allí andaba Cristiano, y arrancó como un búfalo el Cristiano de antes, el superlativo. En carrera, sacó la cadena a dos zagueros y reventó la pelota en la red con un izquierdazo fulminante. Por entonces, CR contabilizaba siete goles en dos envites con el Espanyol, tras los cinco de la primera vuelta en Cornellà. El conjunto catalán incentiva al luso, así que se largó otro tanto más, el octavo ante los catalanes, el 19º en Liga.

El segundo acto fue un trámite durante muchos minutos. Hasta que Jesé, uno de los animadores salidos desde el banquillo junto a Casemiro –el más damnificado en la era Zidane-, asistió como un ángel a CR, un pase de palanca, con el empeine interior. El luso cabeceó en los morros del pobre Arla, tan frustrado en su estreno como Óscar Duarte, otro de los refuerzos invernales y autor del sexto gol blanco. Doce se ha llevado en el Espanyol ante el Madrid, con los de verano y los de invierno. Chamartín se ha convertido en un calvario visitante. Dan fe el Deportivo, el Sporting y el Espanyol. Da fe este Madrid desbocado en casa. Pero llegarán aventuras de mayor calado y habrá que ver si continúa el jolgorio. La propuesta merece un subrayado. Por ahora, en su parroquia divierte y se divierte. De momento, este Madrid de Zidane es otro. Engancha a la gente y al vestuario. Y eso ya es mucho.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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