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Neymar se escuda en su padre

El delantero del Barça, imputado por estafa y corrupción entre particulares, declara en la Audiencia Nacional y dice que sus contratos son cosa de su progenitor

Fernando J. Pérez

Neymar, una de esas personalidades planetarias que no necesitan apellidos para andar por la vida, se sentó ayer a las cinco de la tarde delante del juez José de la Mata, imputado por estafa y corrupción entre particulares, delitos derivados de su fichaje por el FC Barcelona, consumado en junio de 2013 por un coste real de 94,8 millones de euros y un valor declarado de 57,1 millones.

El magistrado, ajeno a los 21 goles que ha marcado el delantero este año y a los 39 de la campaña pasada; ajeno a su palmarés internacional, ajeno al séquito que le asiste, y ajeno al brillo de su aura —que le acompañó desde el avión privado en que llegó a Madrid hasta la misma puerta de la sala de declaraciones, en el subsótano de la Audiencia Nacional— le llamó por su nombre completo: Neymar da Silva Santos Júnior. Y a continuación, una vez debidamente identificado, le explicó los derechos que le asisten como investigado, el eufemismo que sustituye al tradicional “imputado”: básicamente, el de no declarar contra sí mismo, lo que implica la posibilidad de no contestar las preguntas que se le hicieran o incluso mentir si entiende que eso le favorece.

Neymar dio explicaciones durante hora y media sobre los detalles de su traspaso al Barcelona, procedente del Santos de São Paulo. O al menos ofreció las explicaciones que pudo, ya que dijo no saber nada de sus contratos y se escudó en que los pormenores de estas gestiones siempre han sido cosa de su padre, que corroboró esta afirmación en su declaración, que se produjo tras la de Neymar. El jugador, asistido por el abogado Jesús Santos, antiguo fiscal de la Audiencia Nacional, respondió a las preguntas de su defensa, de la Fiscalía de la Audiencia Nacional y de los letrados del Barça, imputado en la causa como persona jurídica.

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El padre se mostró "muy molesto" por el hecho de que él y su hijo tuvieran que acudir a declarar ante el juez, según fuentes jurídicas. "Mi hijo tiene mucho que hacer y no nos merecemos esto". El padre y representante de Neymar afirmó que Neymar "está tranquilo" y "feliz en el Barça", el club en el que siempre quiso militar, según abogados presentes en las declaraciones. A la salida de la comparecencia, el padre ha manifestado que la renovación del jugador con el Barça está pendiente de la finalización de esta situación judicial.

El delantero rechazó, eso sí, contestar a las cuestiones de los representantes legales de Dis, el fondo de inversión que poseía el 40% de sus derechos federativos en su época del Santos y que se querelló contra él al conocerse las irregularidades en el fichaje. Dis se querelló contra Neymar, el Barça y el Santos al considerarse perjudicado económicamente por la maraña de 13 contratos de naturaleza variopinta que sirvió al club catalán para amarrar los servicios del jugador.

El jugador paga su defensa

Se trata de la primera vez que Neymar declara como imputado en alguna de las causas penales derivadas de su fichaje. En el otro procedimiento, en el que se investigan delitos fiscales por el fichaje, el delantero no está encausado. Neymar se paga su propia defensa, y no el Barça, según fuentes del club.

El jugador y su padre llegaron sobre las 16.50 a la Audiencia Nacional, donde les esperaban unos 100 periodistas, una expectación mediática pocas veces vista en la Audiencia Nacional. Antes de entrar en la sede judicial, Neymar —chaqueta negra, camisa blanca y cresta mohicana teñida— tuvo tiempo de firmar la camiseta de una joven aficionada. En los accesos a la Audiencia, tomados por agentes de la Policía Nacional de uniforme y también de paisano, un veterano de las protestas contra la corrupción, que acude a todas las comparecencias de imputados en los juzgados, portaba una pancarta con el siguiente lema: “Aquí, hasta en el fútbol, ganan los más corruptos”.

El Santos, club de origen del jugador, y también imputado en la causa, se declaró, al igual que Dis, “engañado” por el fichaje de Neymar. La representante legal del equipo brasileño, Fatima Bonassa, declaró el lunes ante el juez De la Mata. En su interrogatorio, Bonassa recordó que el Santos presentó una demanda arbitral ante la FIFA ante las sospechas de que se había producido un sobrecoste oculto y de que no se le había abonado la cantidad real que le correspondía por su 60% de los derechos del jugador.

Bonassa concretó, además, que el Santos recibió ofertas más sustanciosas por Neymar y se vio obligado a traspasarlo al Barça por expreso deseo del delantero, que quería jugar en el equipo azulgrana. La denominada Ley Pelé obliga a los clubes brasileños a tener la autorización del afectado para cerrar su traslado.

El Barça trató ayer de conjurar el efecto deportivo de este embrollo. En la antesala de la Copa, ante el Valencia, el entrenador culé, Luis Enrique, aseguró ayer que al brasileño su situación judicial “le afecta en un 0,00001%”.

13 contratos para un fichaje

Dis, la sociedad que poseía el 40% de los derechos federativos del delantero brasileño cuando jugaba en el Santos de São Paulo, se querelló contra el jugador, sus padres y los directivos del Barça y el Santos, después de conocer que en 2011 el Barça pagó 40 millones de euros a Neymar para amarrar su fichaje antes de 2014 (de hecho llegó en junio de 2013), cuando fuera agente libre. El acuerdo entre Neymar y el Barça, de junio de 2011, implicaba que el delantero rechazaría todas las ofertas que le llegaran mientras jugara en el Santos.

Además, en la maraña de contratos que sirvieron para el fichaje del jugador, el traspaso entre el Barça y el Santos se fijó como importe de la cesión de los derechos federativos —el traspaso propiamente dicho— la cantidad de 17,1 millones de euros a espaldas de Dis. Y existen dos contratos adicionales, por valor conjunto de 12,4 millones, que los querellantes —y el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata— consideran que formaban parte del traspaso y por los que el fondo de inversión Dis nunca llegó a cobrar el 40% que le correspondía.

El acuerdo por el que el Barça pagó 40 millones a Neymar, cuando todavía militaba en el Santos para asegurarse la contratación, supuso un perjuicio económico para Dis. El juez De la Mata comparte esa opinión: el grupo poseedor de parte de los derechos económicos de Neymar “se vio privado de la posibilidad de que el jugador entrase en el mercado conforme a las reglas de la libre competencia y pudiera obtener una mayor cantidad económica por el traspaso”, según escribió el juez el pasado junio, al aceptar la querella de Dis. Este pacto entre el club catalán y la estrella brasileña supone un posible delito de corrupción entre particulares.

El segundo delito que se imputa a los directivos del Barça, a Neymar, a sus padres, y a los responsables del Santos, es el de estafa. Los clubes, además del contrato de transmisión de los derechos federativos firmaron otros dos contratos. El primero, por valor de 7,9 millones de euros, corresponde a un supuesto derecho de preferencia del club catalán sobre tres jugadores del Santos: Victor Andrade, Givanildo Pulgas y Gabriel Barbosa. El segundo contrato, por 4,5 millones, es un acuerdo para disputar un amistoso entre ambos clubes.

Ni el Barça ha llegado a ejercer el derecho de hacerse con los servicios de los tres jugadores ni el encuentro amistoso se ha llegado a disputar. El juez considera que estos dos contratos, rubricados “prácticamente en la misma fecha” que el de cesión de los derechos de Neymar, son “contratos simulados” que buscan esconder pagos por el traspaso del finalista del Balón de Oro de la FIFA.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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