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“Tengo noticias de Schumacher y no son buenas”

Montezemolo, ex presidente de Ferrari, insinúa que la salud de Michael Schumacher, con una lesión cerebral desde hace dos años, ha empeorado

Schumacher en una foto de archivoFoto: reuters_live | Vídeo: EFE
Oriol Puigdemont

Hacía ya tiempo que no había ninguna actualización relativa al estado de salud de Michael Schumacher, hasta que Luca Cordero De Montezemolo, el expresidente de Ferrari que lo convenció para que dejara Benetton en 1996 y se uniera a la escudería italiana, hizo que saltaran todas las alarmas aventurando el peor desenlace. “Tengo noticias acerca de él y lamentablemente no son buenas”, dijo ayer el ejecutivo en Milán a un grupo de periodistas que le preguntaron por el heptacampeón del mundo. “Michael fue un gran piloto, y ambos compartimos mucho tanto en el plano profesional como en el personal. Pero la vida es muy extraña”, añadió Montezemolo. “Es quien más éxitos ha conseguido con Ferrari, y en toda su carrera solo tuvo un percance serio, en 1999. Desgraciadamente, una caída esquiando ha tenido consecuencias horribles”, zanjó el italiano sin querer dar más detalles. Tanto la familia, como Sabine Khem, su portavoz, no quisieron entrar a valorar estas declaraciones.

El 29 de diciembre se cumplieron dos años del accidente que Schumacher sufrió en la estación alpina de Méribel (Francia). Aquel domingo, Schumi salió de su chalet alrededor de las 11 de la mañana acompañado por Mick, su hijo. Se metió por un fuera pista y en un momento dado perdió el control de sus esquís, precipitándose de cabeza contra una roca. Un helicóptero de rescate le llevó al hospital de Moutiers, aunque después fue trasladado al de Grenoble, donde ya llegó en coma. Los doctores le sometieron a dos operaciones cerebrales para estabilizarle y reducirle los edemas y la presión intracraneal, pero la violencia del golpe le dejó lesiones irreversibles. A principios de febrero se le comenzó a retirar la sedación, y en abril se informó de que comenzaba a reaccionar a según qué estímulos externos.

Medio año después del incidente, el equipo médico decidió volver a moverlo y Schumacher ingresó en una clínica de Lausana, donde estuvo tres meses antes de volver a casa (septiembre de 2014). Allí, en Gland (Suiza), Corinna, su mujer, acondicionó un ala de la granja con toda la maquinaria necesaria para que el alemán recibiera todos los cuidados que requiere su delicado estado físico. A ello colabora asiduamente Kai Schnapka, el entrenador personal del piloto en su última etapa en Mercedes (2010-2012). Una fuente del entorno del Kaiser aseguraba hace unos meses que este se pasaba gran parte del tiempo sentado en una silla de ruedas adaptada a su limitación, puesto que no puede ni hablar ni tampoco moverse y difícilmente podrá volver a hacerlo. Al margen de su esposa y sus dos hijos, el acceso a la finca está totalmente restringido.

Hermetismo y desmentidos

El hermetismo de los más allegados al corredor es total, y las pocas veces que se ha comunicado algo ha sido por boca de Khem, y siempre para desmentir rumores. Una de las últimas manifestaciones públicas de la familia se produjo en noviembre de 2014, cuando reactivó la página web de Schumacher para conmemorar las dos décadas de su primer Mundial, logrado en el circuito de Adelaida en 1994.

“Seguimos recibiendo a diario mensajes deseando la pronta recuperación de Michael y seguimos quedándonos sin palabras por la cantidad de muestras de afecto que recibimos. Solo podemos dar gracias por estar a nuestro lado y al suyo en esta lucha”, escribieron en el portal.

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