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“Así no vamos a ningún lado”

Los jugadores piden perdón a la afición y el Consejo de Administración delibera hoy

Juan I. Irigoyen
Galca, durante el Espanyol-Real Sociedad.
Galca, durante el Espanyol-Real Sociedad.ALEJANDRO GARCÍA (EFE)

Giedrius Arlauskis jugó 135 minutos con la camiseta del Espanyol. Recibió nueve disparos entre los tres palos. Le marcaron ocho goles. El portero lituano, de 27 años, llegó este invierno al cuadro blanquiazul, así lo deseaba Constantin Galca, porque, según cuentan en la ciudad deportiva Dani Jarque, “no le gustaba Pau”. El entrenador aprovechó el vacío de poder en el área deportiva, tras el adiós de Óscar Perarnau, y convenció a Ramon Robert, consejero delegado del club, de fichar al guardameta, viejo conocido suyo de su etapa en el Steaua de Bucarest. Con sólo dos entrenamientos lo hizo debutar ante el Real Madrid, le cayeron seis goles.

“Jugó Arla porque confío en él”, resumió el rumano tras la derrota en Chamartín. Frente a la Real, insistió en esa confianza en Arlauskis; sin embargo, en el segundo tiempo, Pau recuperó su lugar bajo el larguero. Pero no paró la sangría: el Espanyol encajó tres tantos más. Lleva un saldo 11 goles recibidos en los últimos dos partidos, 20 desde que Galca se sentó en el banquillo, en reemplazo de Sergio González, en la jornada 16.

El Espanyol lleva un saldo 11 goles recibidos en los últimos dos partidos, 20 desde que Galca relevó a Sergio González en el  banquillo

“Arla es un portero que tiene experiencia y se la trasmite al equipo. Además, tiene un buen golpeo de balón”, justificó Galca su elección. “El cambio de portero en el segundo tiempo fue porque Arla estaba lesionado”, completó. “Sufre un problema muscular en el aductor derecho”, rezó el comunicado del club. La afición, en cualquier caso, tomó partido. Indultó a Pau, que en el comienzo de la Liga estuvo bajo los focos por sus actuaciones, y lo gritó por él. Sin embargo, de los mimos a Pau la hinchada blanquiazul pasó a la bronca contra su equipo. “Queremos jugadores que sientan los colores”, “Equipo faltan cojones”, “Esta camiseta no la merecéis”, coreó la Curva. “Tenemos buenos jugadores, pero cuando los resultados no salen todo se vuelve muy complicado. Ahora debemos estar todos unidos”, pidió Joan Jordán.

Galca fue escueto, pero contundente. “Con el apoyo de la afición vamos a sacar esto adelante”, aseguró el técnico rumano, que se aferra al banquillo a pesar de acumular cinco de los 24 puntos posibles desde que relevó a Sergio González. “No hacemos ninguna lectura positiva del partido. Entiendo el dolor de la gente y le pedimos disculpas. Intentamos defender el escudo lo mejor posible. El equipo está con Galca, trabajamos toda la semana, confiamos en él”, volvió Jordán.

No se salva nadie

“No estuvimos a la altura”, sumó Javi López. “Trabajamos bien durante la semana, pero de forma inexplicable no hemos dado la talla. No se salva nadie. Debemos afrontar esto más unidos y con más fuerza que nunca”, terció Burgui. “Estamos con el mister a muerte. Somos 25 en la plantilla y tenemos que cambiar la actitud, el juego y muchas cosas. Así no vamos a ningún lado”, completó el 9. Mientras los jugadores apoyan al entrenador públicamente, en los despachos comienzan a pensar su posible sustituto. “En el fútbol todo es posible”, concluyó Galca. El Consejo de Administración deliberará hoy. Chen Yanhseng, su presidente, lo hará a través de una videoconferencia, ya que se encuentra en China.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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