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Neville logra su primera victoria en Liga en el banquillo del Valencia

El cuadro local remonta al Espanyol con la pasión de Mestalla y deja contra las cuerdas a Galca

Negredo y Cheryshev celebran el segundo gol.
Negredo y Cheryshev celebran el segundo gol.Juan Carlos Cárdenas (EFE)

Con Mestalla como un jugador más, con gran aliento y ningún reproche, el Valencia remontó en un partido de pasión, tensión y nervios, vivido como una final por los aficionados che, no apto para cardiacos. Con orgullo, el conjunto de Neville levantó un partido que nuevamente se vio por debajo del marcador, víctima de su indefinición en el juego. Falto de ortodoxia, el Valencia tiró de amor propio para derrotar a un Espanyol víctima de sí mismo, falto de gol por errores propios y por el acierto del reaparecido Alves, héroe en el principio y el final de un Valencia escaso de fútbol, sobrado en cambio de casta. Respira Neville, que tras diez partidos, ha conseguido su primera victoria en la Liga para el Valencia que comienza a ver la luz, celebrada por jugadores y afición con gran alegría. El Espanyol y Galca siguen con problemas.

En el baile de decisiones de Gary Neville, la portería del Valencia la ocupó Diego Alves, de regreso a los terrenos de juego tras nueve meses inactivo, lesionado en la última jornada de Liga de la temporada pasada en Almería, con una rotura de ligamento cruzado interior y menisco externo de su rodilla derecha. La entrada de Alves dejó en la suplencia a Ryan y envío a Jaume Doménech, el mejor portero de la Liga en la primera vuelta, a la grada. A los cinco minutos de partido, Alves justificó la decisión de Neville con una mano salvadora a remate de Caicedo a bocajarro.

Necesitado de líderes en el equipo, Neville asumió el riesgo de alinear tras una larga convalecencia a Alves, recibido con honores por los seguidores che, en un partido vital para su futuro en el banquillo de Mestalla, también para el futuro inmediato del Valencia tras doce jornadas sin conocer la victoria que le han sumido en una depresión, con el descenso cada vez más cercano distante en cuatro puntos. Tres puntos más atrás se encuentra el Espanyol tras siete partidos sin conocer la victoria, con Galca salvado del despido por sus jugadores sintiéndose responsables de la mala situación del equipo perico.

Convencido de la necesidad, al calor de Mestalla, el Valencia se lanzó inicialmente al ataque, contestado con contragolpes por el Espanyol. En el primero de ellos Caicedo se encontró con una milagrosa mano de Alves. El rechazo del portero brasileño lo remató incomprensiblemente Mamadou al lateral de la red. En la portería contraria, Pau López evitó con una gran parada que la falta lanzada por Parejo encontrase la red. La tensión del partido se puso de relieve en formas de lesiones, retirados con molestias Abdennour por el Valencia y Mamadou por el Espanyol sin cumplirse el primer cuarto.

Cheryshev y Siqueira a la carrera, suponían un problema para el Espanyol, tanto como las largas conducciones de Asensio con el balón pegado a su pie izquierdo partiendo desde el costado derecho. El partido tenía más vértigo que control, perdiendo intensidad con el paso de los minutos, bien replegado el Espanyol, sin encontrar soluciones en ataque el conjunto de Neville reiterativo en los centros laterales, con mayor productividad por el costado izquierdo, sin encontrar a Alcácer, con un único remate del capitán en la primera mitad a pase de Rodrigo.

Un centro chut de Cancelo que terminó en el palo corto de la portería de Pau López, fue el primer aviso del Valencia en la segunda mitad. La contestación del Espanyol fue más efectiva. El costarricense Óscar Duarte remataba de cabeza sin oposición tras un saque de esquina, beneficiado por un exceso de confianza de Alves en un centro en apariencia sencillo para detener, quedándose clavado bajo los palos con el esférico en el aire dentro del área pequeña. Se resarció de nuevo Alves en una posterior parada con fortuna. Encontrándose en el suelo, Diop disparó a su rostro.

Sin fútbol y con el miedo en el cuerpo, el Valencia tiró de ánimo, encontrando el empate en una acción individual de Cancelo, resuelta finalmente por Negredo, presente ya en el terreno de juego acompañando a Alcácer. Cinco minutos después, Cheryshev, a centro de Feghouli, completaba la remontada de pasión para respiro del Valencia y de Neville. El Espanyol y Galca se asfixian.

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