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Parte de guerra de un derbi adrenalínico

El Cruz Azul arranca un agónico empate (3-3) del Estadio Azteca ante un América diezmado por las bajas y las expulsiones

Diego Mancera
Aldo Leao y William en la disputa del balón.
Aldo Leao y William en la disputa del balón.A. Cruz (EFE)

El marcador terminó en 3-3 en el clásico de la Ciudad de México. Pero el América perdió en casa algo más que dos puntos contra Cruz Azul. En un encuentro frenético, las Águilas sufrieron hasta cuatro bajas de jugadores esenciales: el guardameta Moisés Muñoz y el delantero Darío Benedetto, lesionados; Oribe Peralta y Darwin Quintero, expulsados por exceso de violencia. El parte de guerra pesó demasiado en la escuadra azulcrema y la máquina cementera, que llegó a tener dos goles en contra, arrancó un valioso empate al borde del final.

Moisés Muñoz, el líder simbólico del equipo pese a no contar con el brazalete de capitán, inició el encuentro recibiendo un gol al primer minuto de juego. 10 minutos después, el portero de la selección mexicana buscó un balón por alto en un tiro libre y se encontró con las manos extendidas del celeste Joffre Guerrón que lastimaron su córnea derecha. Moisés tuvo que ir al hospital. “No veía bien”, aseguró en la rueda prensa su director técnico, Ignacio Ambriz. A pesar del golpe, podría jugar la próxima jornada.

Antes de la media hora, Darío Benedetto se tocó la pierna y pidió con un gesto el cambio a su entrenador. Una nueva magulladura y el América aún perdía uno a cero. Darwin Quintero sustituyó al delantero argentino. El cuerpo técnico de las Águilas dictaminó que “se rompió los isquiotibiales”, un grupo muscular entre la pelvis y la tibia.

Con la escuadra al completo, el América logró dar la vuelta al marcador. Martínez y Aguilar percutieron la meta de Corona en apenas dos minutos. Los azulcrema se iban a descanso con una victoria temporal.

 El timonel de Cruz Azul  celebró  el empate con efusividad. Los golpes al aire dirigidos a la banca del América le costaron la expulsión

Oribe Peralta anotó el 3-1 y en el ambiente flotaba la posibilidad de una goleada local. Pero llegaron las expulsiones. El propio Peralta, en la búsqueda de un balón por alto, saltó y su codo se encontró con su compañero en la selección, Javier Maza Rodríguez. El árbitro (Alfredo Peñaloza) le enseñó la tarjeta roja. A diez minutos para el final y ya con 3-2 en el marcador, Quintero lanzó los tacos de su bota derecha como como si fueran flechas sobre la pierna del juvenil Omar Mendoza. Segunda expulsión. 

Cuando Joao Rojas anotó el definitivo 3-3, en los minutos de descuento, el timonel de Cruz Azul, Tomás Boy, lo celebró con efusividad. Con el traje arrugado, los golpes al aire dirigidos a la banca de los americanistas le costaron la tarjeta roja. Boy y Benedetto se gritaron, sin importar el gol ni la lesión.

La siguiente semana, el América, con un plantel herido viajará Nuevo León para jugar ante el vigente campeón del fútbol mexicano, los Tigres. Cruz Azul jugará, sin su comandante, ante Monterrey.

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas web de la edición América en EL PAÍS. También se encarga de informar de historias deportivas de México. Empezó a trabajar en la edición mexicana desde 2016. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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