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HISTORIAS DE UN TÍO ALTO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un premio de campeonato

El final anticipado de esta Liga obedece a una única razón: el dinero. Los equipos se han dado cuenta de que no es necesario ganarla para tener beneficios

Wall, LeBron James y Kobe Bryant.
Wall, LeBron James y Kobe Bryant.Mark Blinch (AP)

La semana pasada, antes del cierre de mercado, hubo bastante especulación sobre el futuro de algunos de los grandes nombres. ¿Cambiarían de camiseta los Love, Howard o Gasol? Finalmente el mercado cerró sin sobresaltos y toca centrarse en la fase decisiva de la temporada, en los partidos que decidirán quién se jugará el títu…

Perdón. Se me va la cabeza. A estas alturas la temporada ya está bastante decidida y el sombrero seleccionador de Hogwarts ha hablado. Por un lado tenemos a los Golden State Warriors y por otro al resto. Y, salvo que las lesiones lo impidan, el equipo de Oakland parece lanzado a por su segundo anillo consecutivo.

¿Cómo incentivar a los equipos? Muy fácil, pongamos una enorme bolsa de dinero para el campeón. ¿Qué tal 100 millones de dólares?

Sin duda la peor noticia que podríamos tener. Vale, juegan un baloncesto muy atractivo y parecen divertirse en la cancha, pero no puedo evitar sentirme estafado si en febrero ya sé el nombre del campeón y no queda nada de emoción.

El final anticipado de esta Liga obedece a una única razón: el dinero. Los equipos se han dado cuenta de que no es necesario ganar la Liga para tener beneficios y, para la mayoría de las franquicias, alcanzar la primera ronda de los playoffs es más que suficiente para dar la impresión de que al menos lo intentan. Tampoco está tan mal si pensamos en esas otras franquicias que han convertido su temporada regular en una gira de despedida de su antigua superestrella. En otro grupo (de un único representante) están esos equipos (ese equipo) cuya rentabilidad está garantizada por su ubicación en la ciudad más grande de EE. UU. No hay urgencias que justifiquen darlo todo, no vaya a ser que hipotequemos el futuro por pelear ahora por el título.

¿Cómo incentivar a los equipos? Muy fácil, pongamos una enorme bolsa de dinero para el campeón. ¿Qué tal 100 millones de dólares? ¿Insostenible pagar semejante cantidad? Pensemos que el valor de los equipos supera los 37.500 millones de dólares, así que 100 millones son exactamente un 0,3% del total.

¿Qué cambiaría algo así? Actualmente clasificarse para los playoffs supone un ingreso extra de unos pocos millones de dólares pero, ¿y si en la meta esperasen 100 millones? La recompensa estimularía a los equipos a pelear con más ahínco y transformaría la NBA en una alocada competición de todos contra todos, azuzando a sus avariciosos y narcisistas propietarios a pelear entre ellos. Y todo a beneficio del público, un público que contribuiría a sufragar esa cantidad con el aumento de venta de entradas y de los ingresos derivados de la publicidad.

La tensión se mantendría más allá de los cierres de mercado y los fichajes de última hora. Todos atentos a los movimientos del verano, de la pretemporada, de la temporada porque los equipos harían todo tipo de apuestas para romper la banca y llevarse el gran premio.

Adiós a la racanería. Adiós a las palmaditas complacientes. Adiós a los finales prematuros de la temporada.

Porque, como decimos en América, el dinero manda. Incluso aunque seas multimillonario. Mejor dicho: especialmente si eres multimillonario.

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