La educación de los deportistas
En 'Prohibido gritar' se recogen 10 historias de otros 10 grandes deportistas cuyos ejemplos resultarán motivadores
El deporte es una fuente constante de aprendizaje. La disciplina, la constancia, la generosidad, el respeto por las normas, la empatía con los compañeros, el compromiso... son virtudes que se van adhiriendo al ADN del deportista en cada entrenamiento, en cada metro avanzado, en cada balón perdido o en cada abrazo después de un éxito. El deporte es un juego didáctico.
Para que ese aprendizaje sea provechoso es clave contar con los líderes adecuados. Prohibido gritar (Turpial) es el elocuente título de un libro en el que Maria Cabrini y Juan José Mateo, periodista de EL PAÍS, recogen 10 historias de otros 10 grandes deportistas cuyos ejemplos resultarán motivadores para cualquier deportista.
Vicente del Bosque, Edurne Pasaban, Carlos Sainz, Pepu Hernández... Ninguno de ellos acepta el grito o la bronca como opción para formar a un deportista. Todos inciden en la gran cantidad de aptitudes que aporta el ejercicio, en la importancia de la educación y de entender el deporte como juego y no como competición y en la función de referente que desempeñan, muchas veces sin ser conscientes de ello, los padres y los entrenadores. El objetivo no es formar estrellas. Es algo mucho más complicado que eso: formar a gente con valores