_
_
_
_
_

La corrupción del suelo en el fútbol español

Transparencia Internacional denuncia que los clubes profesionales españoles han ingresado más de 1.000 millones de euros desde los 90 solo con la recalificación del suelo

Vista aérea del estadio Nueva Condomina en Murcia.
Vista aérea del estadio Nueva Condomina en Murcia.Pepe Valero

La ONG Transparencia internacional ha publicado este miércoles el Informe Global sobre la Corrupción en el Deporte, en el que asegura que, desde que España aprobara la ley del Deporte en el año 1990, los clubes de fútbol profesional han ingresado “más de 1.000 millones de euros solo con la recalificación de terrenos urbanísticos, muchas veces con la participación de instituciones gubernamentales”.

Los casos de Murcia, Valencia y la RFEF

Entre los casos más flagrantes se encuentra el de Murcia. Para el traslado del Real Murcia, presidido por Jesús Samper, desde el centro a las afueras de la ciudad, de La Condomina a la Nueva Condomina, el Ayuntamiento recalificó un millón de metros cuadrados, que había comprado a 3 euros el metro, y que posteriormente vendió a 600, con un beneficio del 20.000 %.

En Valencia, se le permitió al Valencia CF, gracias a una recalificación del ayuntamiento, demoler el estadio de Mestalla, vender el suelo y construir un nuevo estadio en una parcela pública que se privatizó. Aunque niguna de estas acciones se ha llevado a cabo.

En el caso de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el Tribunal Superior de Justicia de Madrid confirmó la ilegalidad de la cesión de 120.000 metros cuadrados de suelo público por parte del Ayuntamiento de Las Rozas a la federación, donde se construyó la Ciudad del Fútbol.

Según el informe, elaborado en su parte dedicada a España por la abogada especialista en derecho deportivo Nefer Ruiz, se han producido de manera continuada actuaciones ilegales entre las directivas de los clubes y los organismos públicos con competencias urbanísticas. “Mediante la recalificación de terrenos rústicos como urbanizables, a través de modificaciones puntuales (sin revisión del Plan General de Ordenación y así, sin supervisión de otro órgano superior), se construían grandes espacios donde se ubicaban instalaciones deportivas de un club y a la vez se construían complejos comerciales a sus alrededores, vendidos a un precio muy superior al del valor del suelo antes de su recalificación”, explica. De esta manera, tanto los clubes como los ayuntamientos se enriquecieron.

El estudio denuncia una tendencia en la construcción de “la mayoría de estadios de fútbol a partir de los años 90”, por la que se ubica el nuevo estadio en las afueras de la ciudad, en terrenos “de escaso valor hasta que son recalificados por los ayuntamientos”, provocando un rápido beneficio con su venta a actores atraídos por la nueva ubicación de un elemento social como un estadio de fútbol.

El endeudamiento de los clubes de fútbol en el año 90 era insostenible, por eso se impulsó una nueva ley del deporte que obligó a los clubes que no tuvieran sus cuentas saneadas (todos menos Real Madrid, FC Barcelona, Athletic Club de Bilbao y Club Atlético Osasuna) a convertirse en Sociedad Anónima Deportiva. Así llegó al fútbol la emisión de acciones y así llegaron a los puestos directivos de los clubes un gran número de empresarios, muchos vinculados al negocio de la construcción, que encontraron en la especulación urbanística la solución a los problemas de liquidez de las sociedades anónimas deportivas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_