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'Goliat' Dorsey regresa al Palau

El rocoso pívot que jugaba al fútbol americano, vuelve a vestir de azulgrana ante el Olympiacos, del que fue despedido en 2012

Robert Álvarez
Joey Dorsey.
Joey Dorsey.JUAN BARBOSA

Joey cree que sucedió cuando tenía 16 o 17 años. Ese día la bronca de su madre Charlene subió de tono, harta de los moratones y arañazos con los que regresaba tras haber jugado al fútbol americano, el deporte rey en Baltimore, sede de los Ravens (Cuervos), equipo de la NFL. Aquel episodio animó a Richard Elmer, Joey, Dorsey a probar aquel día con el baloncesto. Destacó en la Universidad de Memphis. Destacó con los Tigers, a las órdenes del prestigioso John Calipari. Su mejor temporada fue en 2008, cuando coincidió con Derrick Rose. Llegaron a la final de la Liga Universitaria (NCAA), pero perdieron contra Kansas, el equipo de Mario Chalmers, Brandon Rush y Darrell Arthur. Rose fue elegido número uno del draft por los Bulls; Dorsey en el número 33 por Portland, que lo traspasó a Houston a cambio de Batum. Fueron sus primeros escarceos con una NBA en la que no ha conseguido echar raíces. Se ha desenvuelto mayormente en el baloncesto europeo. Este jueves, casi dos años después, volverá a vestir la camiseta del Barcelona. Y lo hará frente al Olympiacos (20.45, Movistar + y E3) un equipo que abandonó por la puerta de atrás, en noviembre de 2012.

El talento de Dorsey dejó cierta huella en la NCAA, pero también el episodio que protagonizó poco antes de su duelo con la estrella universitaria de la época, Greg Oden, luego número uno del draft en 2007. En la previa, Dorsey afirmó que Oden era un jugador sobrevalorado. “Será como si jugara David contra Goliat”. Ohio State ganó a Memphis por 92-76. Oden sumó 17 puntos y nueve rebotes y Dorsey no anotó y acabó con más faltas, cuatro, que rebotes, tres. “Greg sabía lo que yo traté de hacer: intenté mantenernos tensionados para el partido”, se justificó Goliat.

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Houston, Sacramento y Toronto fueron las primeras paradas de la carrera de Dorsey en la NBA. Apenas jugó. El Baskonia le echó el lazo. Dusko Ivanovic apenas le dio oportunidades. Mediada la temporada fichó por el Olympiacos. En el equipo griego coincidió con Papanikolaou. Eliminaron al Barcelona en la semifinal y ganaron la final, tras una remontada fulgurante ante el CSKA. Pero en noviembre de 2012, Dorsey criticó al equipo y al club y el Olympiacos lo despidió. Dorsey pidió perdón a sus compañeros y entrenadores y recaló en elr Royal Ali Gaziantep de Turquía. Fue entonces cuando, avalado por su juego físico y su capacidad defensiva y a pesar de sus nefastos porcentajes en los tiros libres, fichó por el Barcelona, con el que ganó la Liga. Pero decidió no ejecutar el año opcional de renovación que tenía con el Barcelona y fichó de nuevo por Houston. Una lesión de Dwight Howard le dio algo más de presencia en la cancha en su segunda etapa con los Rockets. En julio lo traspasaron a Denver, donde fue cortado en agosto.

Firmó por el Galatasaray. En enero y, a través de su cuenta de Instagram, acusó al club turco de obligarle a entrenarse a pesar de que sufría la gripe porcina. “No dan vacunas por aquí. Perdí varios kilos. Casi me desmayo en la cancha antes de que me llevaran al hospital”, escribió Dorsey.

El 12 de febrero, el nigeriano Lawal se rompió el menisco en el partido entre el Barcelona y el Zalgiris. El Barcelona pensó de inmediato en Dorsey. “Hablé con Oleson antes de que se cerrara todo. Con Pau Ribas jugué en el Baskonia. Estoy emocionado de volver a casa. No siento presión y creo que puedo aportar mi pasión por ganar”, dice. Dorsey, 2,03 metros y 125 kilos de pura fibra y poder de intimidación, a sus 32 años dispone de una segunda oportunidad en el Barcelona. “Me arrepiento de haberme ido la primera vez”, confiesa. También lamenta haber posado con una camiseta del Real Madrid difundida a través de las redes sociales, tras haber perdido una apuesta con una amigo en Miami .Para empezar, en su regreso, un compromiso de máxima exigencia, dado el rival, el Olympiacos que tan bien conoce, y dada la delicada situación en la clasificación del Barcelona en el Top 16 de la Euroliga.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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