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Madrid estrena una pista cubierta de 11 años de edad

Vuelve el gran atletismo a la capital en la misma superficie que se usó en los Europeos de 2005

Carlos Arribas
Beitia, tras saltar 1,99m en los Europeos de Madrid en 2005.
Beitia, tras saltar 1,99m en los Europeos de Madrid en 2005.Reuters

En la pista que mañana, viernes, a partir de las 18.00 (Teledeporte), se disputa el mitin Villa de Madrid, Arturo Casado, entonces un chavalín de 22 años, se reveló como heredero de la tradición española del 1.500 metros, de Reyes Estévez y Juan Carlos Higuero, que entonces mandaban. Sobre la misma superficie, que, entonces, en 2005, se estrenaba en el reconstruido Palacio de los Deportes, Ruth Beitia, a los 25 años, ya en el inicio de su longeva madurez atlética, terminó segunda en salto de altura, la primera de las 11 medallas que en competiciones internacionales ha conseguido la cántabra.

Terminados los Europeos, la pista sintética (una Mondo magnífica y muy costosa de 12 milímetros de espesor, 200m de cuerda y seis calles, más ocho calles interiores de 70m, dos pasillos de saltos horizontales, dos de pértiga, un área de peso y otra de altura) se almacenó con la promesa de una pronta instalación en otro pabellón madrileño.

La corta espera ha durado 11 años, pero finalmente ha terminado: Madrid, finalmente, estrenará su instalación permanente de atletismo en pista cubierta en el pabellón de la calle de Gallur, en el barrio de Carabanchel (metro Laguna), con aforo para 2.840 espectadores.

Pasado el tiempo, Casado, que no renuncia a volver a ser grande, tan grande como el Europeo al aire libre que ganó en 2010, regresa a la pista como entrenador de dos atletas de 1.500m a los que entrena en Tarancón: el asturiano Carlos Alonso y el andaluz de origen cubano Maury Castillo. Beitia también regresa, pero aún saltadora en activo, en la recta final de su preparación para el Mundial en pista cubierta de Portland (Oregón), a mediados de marzo, donde aspira a su 12ª medalla.

El objetivo de la cántabra, la gran estrella de la reunión, será fijar el primer récord de la instalación, para lo que deberá derrotar a la italiana Alessia Trost, joven medallista en los Europeos de Praga de 2015, y, ya puesta, podría hasta intentar batir la marca de la mayor altura superada en la capital, los 2,01m con los que la rusa Anna Chicherova la derrotó en la final de 2005. Esta no podrá defender su marca ya que, como a todos sus compatriotas, la federación internacional (IAAF), le ha prohibido participar en competiciones internacionales hasta que la federación rusa y su agencia antidopaje no logren limpiar la corrupción que les invade.

En la reunión, previa y ensayo de los campeonatos de España que se celebrarán el próximo fin de semana en la misma instalación, participarán los mejores atletas españoles y algunas figuras internacionales, como el pertiguista brasileño Thiago Braz (5,93m esta temporada, a tres centímetros de los 5,96m, el récord madrileño logrado por el ruso Rodion Gataulin en el Cagigal de 1993, el gran mitin que iluminaba los inviernos atléticos españoles), el lanzador de peso canadiense Tim Nedow (21,33m este invierno) y la triplista venezolana Yulimar Rojas, de 1995, la generación de Ana Peleteiro, quien también saltará, y que ya ha llegado hasta 14,69m esta temporada.

La prueba de más nivel español será los 800m (19.42), con los veteranos Manuel Olmedo, Luis Alberto Marcos y David Bustos, y el joven salmantino Álvaro de Arriba, el mejor español del año tras Kevin López (que correrá el 1.500m), con 1m 46,63s.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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