El Granada toma oxígeno

Triunfo de oro del Granada de José González, el segundo consecutivo del nuevo entrenador del conjunto andaluz. Tres puntos fundamentales logrados después de un partido de muchos nervios, marcado por dos acciones fundamentales. La primera, el gol anulado al Sporting con el cero a cero. Un tanto de Sanabria que debió subir al marcador, aunque la acción es muy complicada para el juez de línea. El delantero remata en línea con el último defensor del Granada después de un excepcional remate de Mascarell al larguero. Luego, David Barral, con pasado en el Sporting y fichado en el pasado mercado invernal, se internó en el área para ser derribado por Mascarell. Fue penalti, bien buscado por el delantero, listo como el hambre, como los jugadores que tienen que buscarse la vida ante defensas complicadas. El Sporting (seis partidos sin ganar) se derrumbó después de la buena definición de El Arabi. Llegaron los nervios, con la expulsión de Aberlardo y luego de Sergio Álvarez. Entregado, el Sporting claudicó hasta llegar el segundo tanto de Success. Tiene mucho mérito el conjunto asturiano, peleando con un puñado de chavales por la permanencia ante rivales de mucho más poderío económico y deportivo. Respira el Granada, alimentado por el aire fresco que le ha traído José González.

Había mucho en juego en Los Cármenes. El equipo que ganara el partido tenía el premio de salir del descenso. De paso, respirar un poco ante tanta tensión, ante tanta angustia que atenaza a equipos como Granada y Sporting, que, simplemente, luchan por la supervivencia. El Granada, de la mano de José González, se plantó con mucha valentía en el campo, con una alineación plagada de jugadores con vocación ofensiva. El Sporting también jugó con dos puntas, con el veloz Jony por la izquierda, aunque Abelardo blindó su banda derecha ante las carreras de Success. Las intenciones atacantes se diluyeron al inicio, tan pronto como el Granada, con las líneas muy separadas, se mostraba incapaz de controlar el balón. El Sporting tampoco apareció demasiado, contento con el empate después de una racha de cinco partidos sin ganar.

Con los dos equipos atenazados, sin fútbol, los remates llegaron a cargo del Granada, con disparos desde fuera del área que fueron mal resueltos por Cuéllar. Un encontronazo del portero con Ricardo Costa lo dejó tocado, hasta el punto que sus acciones ante disparos de Miguel Lopes, Fran Rico y Rochina dejaron que desear.

Si alguien mereció el gol fue el Granada, más por esos disparos desde lejos que por claras ocasiones de gol. En el Sporting no había noticias de Castro, en buena racha en los últimos partidos, así como Sanabria, bien tapado por Costa.

En el segundo tiempo llegaron los goles y las jugadas decisivas. El Sporting lamentaba el gol anulado a Sanabria cuando Barral enfiló su área. Mascarell, pasado de rosca, no supo frenarse. Picó como un colegial ante la acción de Barral, que le pudo dar media permanencia a su equipo con una jugada de delantero veterano e inteligente. Marcó El Arabi. Llegó el derrumbe asturiano, que se sintió muy perjudicado por el árbitro. El Granada actuó con inteligencia ante un Sporting al que no pudo revitalizar Halilovic, remedio de urgencia de Abelardo. Triunfo de oro para los andaluces, que, además, le ganan el coeficiente particular de goles al Sporting en caso de empate a puntos final.