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El Betis conquista al Espanyol en Cornellà

Con goles de Ruben Castró, Pezzella y Vargas, el equipo andaluz derrota a un Espanyol con poca artillería y endeble en defensa

Juan I. Irigoyen
Caicedo pelea por la pelota entre tres jugadores béticos, N'Diaye, Bruno Gonzalez y Pezzella.
Caicedo pelea por la pelota entre tres jugadores béticos, N'Diaye, Bruno Gonzalez y Pezzella.David Ramos (Getty Images)

Hay futbolistas que tienen pinta de convertirse en universales, esos jugadores con proyección internacional de los que los niños de todo el mundo quedan prendados a sus gambetas por Youtube. Otros, en cambio, los que crecen en equipos más pequeños y con menos medios, conquistan solo a sus aficiones. Pero cómo las encandilan. Así son los regates de Musondo y los goles de Rubén Castro. Entre las fintas del joven belga y la interminable amistad con el gol del ariete canario, el Betis desfiguró al Espanyol. En un partido entretenido, con movimiento en las porterías, el cuadro andaluz conquistó el RCDE Stadium, logró despegarse de la zona de descenso, y dejó tocado al Espanyol.

Con la resaca del brote de gastroenteritis que sufrió la plantilla blanquiazul, Galca perdió a uno de sus jugadores fetiche, Burgui; también a Abraham, que junto con Víctor Sánchez y Diop habían formulado un trivote de éxito, expresado en las últimas dos victorias consecutivas del Espanyol. El técnico cambió el dibujo, recuperó el 4-4-2, y el nuevo sistema mermó el músculo en la medular. Sin artillería en el medio, la zaga blanquiazul, siempre endeble (acumula 53 goles), quedó con la guardia baja. Sobre todo en las bandas Javi López y Victor Álvarez quedaron a merced de los extremos del Betis. Demasiado hándicap cuando tu huésped cuenta con el toque de Dani Ceballos, el vértigo de Musonda y el olfato de gol de Rubén Castro.

En cualquier caso, tampoco es que el Betis sea un equipo que se harte de marcar goles. El cuadro andaluz es el menos goleador de la liga española (junto con el Málaga) y su poder en la red empieza y termina en el inoxidable olfato de Rubén Castro. Pero con la defensa del Espanyol en oferta, Musonda se adueñó de las bandas. El belga compareció, a su gusto, tanto por el ala derecha como por la izquierda, siempre con la misma efectividad.

El primero del cuadro verdiblanco cayó tras una distracción del Espanyol en la zona que custodiaban Víctor Álvarez y Hernán Pérez. Vargas mandó un centro a la olla y Rubén Castro, pillo como los hay pocos en el área, firmó su 13 gol en la Liga (el 54% de los tantos del Betis llevan su marca).

El gol despertó al Espanyol, que asomó por el rectángulo de Adán. Pero, con el conjunto blanquiazul desatado en ataque, la velocidad de Musonda resultó incontenible para los muchachos de Galca. El 8 burló (literalmente) a Javi López y su centro envenenado lo pescó Pezzella (0-2). El rumano se desesperó en el banquillo y agitó, de nuevo, la pizarra. Reemplazó a sus dos laterales y dio vuelo a Burgui y a Roco, por mucho que tuviera que, para ello, plantar una defensa de tres.

El ataque del Espanyol era tan ambicioso como desordenado y el Betis cerró la contienda con un bombazo tremendo de Vargas tras una falta indirecta. Y así el 0-3 dejó, otra vez, al Espanyol con un ojo en la zona de descenso.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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