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El Celta se lanza a por Europa

Un golazo de Iago Aspas resuelve el partido ante una Real Sociedad muy contenida, que apenas reaccionó en los últimos minutos

Aspas se escapa de Yuri.
Aspas se escapa de Yuri.Salvador Sas (EFE)

En su porfía por volver a ser europeo el Celta parece haber descartado a uno de los rivales que aspiraban a subir un escalón y equipararse en ese lucha. La Real Sociedad queda ahora diez puntos tras el equipo de Berizzo, que celebró la victoria con una piña y una visible arenga a su gente. Tras una temporada de esfuerzos en el que el depósito de gasolina empieza a escasear en una plantilla justa de efectivos, el Celta empieza a mostrar que además de jugar al fútbol también sabe sufrir.

Le bastó un gol al Celta, una belleza. Si Nolito y Aspas jugasen al baloncesto se podría decir que hicieron una “puerta atrás”. El primero caracoleó en la medular con una maniobra de distracción que terminó con un pase cruzado a la espalda de Yuri Berchiche, que se comió el amago de Aspas y le cedió demasiado terreno ante Rulli. Lo que hizo luego del delantero de Moaña retrata a un talentoso porque bajó el balón con la zurda y casi en la misma maniobra colocó una sutil vaselina sobre el meta.

Un golazo en un partido que había comenzado tibio, como la tarde, amodorrada con el solete vigués y un cierto estupor en el ambiente porque el celtismo no entiende, como tantas aficiones, que acceder a un estadio suponga pasar por el trance de un riguroso cacheo que incluye la confiscación de bufandas o prendas que contienen lemas o símbolos pretendidamente ofensivos.

Pero Aspas, que se tuvo que ir antes de tiempo con problemas musculares, fue de los primeros en llegar al partido y si no hay guardia que le impida el acceso allá por donde va arrampla con su categoría. Marcó y se movió por todo el frente del ataque para activar a sus compañeros y desnortar a una Real demasiado blanda, que solo se dejó ver en las acciones a balón parado que conseguía llevar al área celtiña. En una de ellas pidió penalti Oyarzabal y pareció que, en efecto, Hugo Mallo le agarró en el área para impedirle el remate.

No mostró mucho más el visitante hasta que tras casi una hora de partido encontró los tres palos, prisionero de un esfuerzo carente de profundidad, sin conexión con su delantero Jonathas. El marcador en contra le obligó a dar un paso adelante y apenas lo hizo tras el descanso cuando se despojó de la timidez porque Eusebio retiró a un lateral, Zaldúa, para dar paso a un delantero, Carlos Vela, y rehacer líneas con Reyes en la zaga. Desmontó el improductivo trivote que conformaba con Illarra y Rubén Pardo e incomodó al Celta porque logró quitarle el balón y hacerle correr. Y anda justo como para hacer demasiados esfuerzos el equipo de Berizzo.

Se le hizo largo el partido al Celta, que padeció más por sensaciones que por ocasiones. Las tuvieron Vela y Bruma, que le dieron una marcha más a la Real Sociedad, tampoco nada exagerado. Apretó Illarra en un par de ocasiones con disparos lejanos que encontraron firme a Sergio Álvarez. Pareció demasiada contenido durante bastantes minutos el equipo de Eusebio ante un Celta de bajo perfil y cuando por fin se desató para ir a por el partido sonaron tres pitidos y el árbitro mostró el camino de los vestuarios.

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