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Rayo y Eibar se reparten los puntos y los fallos

Ambos conjuntos se muestran imprecisos tanto en defensa con en ataque en un partido muy nivelado

Alejandro Prado
Enrich y Miku disputan un balón.
Enrich y Miku disputan un balón.Paco Campos (EFE)

Se enfrentaban dos equipos en mala racha, pero en muy distintas situaciones. El Eibar campa a mitad de tabla, con el descenso bien lejos; el Rayo lo ve de cerca, con lo que cada partido es un agobio. Ambos se quedaron con un punto que sabe mejor a los visitantes y a muy poco a los locales. Más allá de sensaciones, el reparto es justo tras un partido igualado en todo.

La idea de Mendilibar era armar con cemento el centro del campo. Hasta cuatro mediocentros se alinearon en el once eibarrés. Ante tal acumulación en el medio, la idea del Rayo fue explotar las bandas, cosa que intentó hacer durante todo el partido con mejor o peor fortuna. En eso el mejor fue Bebé, punzante e hiperactivo desde la izquierda. Las arrancadas en diagonal generaron peligro, pero casi siempre le faltó un poco de tacto en el toque final, ya fuese en el centro o en el chut.

La intensa salida del Rayo dio sus frutos a los seis minutos. Córner rematado por Zé Castro, prácticamente solo a un metro del área pequeña. Fallo imperdonable de la defensa del Eibar, que vive de que las pequeñas cosas del fútbol no les pasen factura. Para el Rayo era encontrarse de primeras con la carretera cuesta abajo, algo impagable cuando se vive con el agua al cuello.

Sin embargo, las dudas afloraron y los de Jémez no supieron si seguir con su naturaleza –atacar y atacar- o gestionar el tesoro que tenían de forma más conservadora. Se quedaron a medias los franjirrojos, que a veces daban un paso atrás y otras se lanzaban al ataque. En esa indefinición se encontró mejor el Eibar y se hizo con el partido. Una llegada de Escalante casi acaba con un remate de cabeza en la portería de Yoel. Fue un aviso, poco después se repitió la jugada y el mediocentro argentino irrumpió en el área de nuevo para cabecear a gol. Buen remate, pero demasiado solo.

Dos fallos y dos goles, ese fue el resumen de la primera parte, aunque a punto estuvo de haber un tercero cuando Zé Castro cedió a su portero sin percatarse que Borja Bastón estaba al acecho. No pasó nada, pero el susto no debió sentar bien a Paco justo cuando acababa la primera parte. Y el cabreo lo pagaron Nacho y Özbiliz, que se quedaron en el banco tras la reanudación. Uno de los nuevos en liza, Embarba, puso más mordiente en la banda derecha local y el ataque rayista ya no era solo Bebé.

El Eibar no se descompuso, ni mucho menos. Serio y bien plantado, mitigaba las embestidas del rival. El mayor riesgo lo corrió cuando Embarba percutió por la derecha y puso un centro que Miku no atinó a rematar bien en boca de gol. Como el partido era nivelado en todo, el cuadro vasco tuvo una parecida cuando Ander Capa enfiló por la derecha con fuerza pero con poca precisión, por lo que su pretendido pase de la muerta a Bastón se quedó lejos de los pies del delantero. La postrera expulsión de Radosevic volcó el partido hacia la meta eibarresa en los últimos minutos. El Rayo tuvo la victoria en el último segundo, de nuevo en un córner, pero el remate fue bien atajado por Riesgo para que se finalizase con unas tablas más que justas.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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