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Última oportunidad para Neville

El técnico inglés del Valencia se la juega ante el Athletic en la vuelta de octavos de la Europa League

Neville en el banquillo de San Mamés.
Neville en el banquillo de San Mamés. V. WEST (REUTERS)

Europa es el único camino que le queda al Valencia para adecentar su deprimente temporada. Salvar la eliminatoria ante el Athletic (19.00, beIN Sports), vencedor en la ida en San Mamés por 1-0, y plantarse en cuartos de final de la segunda competición continental a nivel de clubes rebajaría momentáneamente la tensión que rodea al valencianismo, que desconfía ya del proyecto de Peter Lim, el dueño no presente de la entidad de la capital del Turia.

Ante el conjunto vasco, Gary Neville se encuentra ante la última oportunidad de aliviar al entorno che que demandará, en caso de caer eliminados por el conjunto vasco, la cabeza del técnico inglés. Neville ha logrado en tres meses convertir en mediocre al Valencia, ya de por sí lúgubre por culpa de la mala planificación deportiva que Lim encomendó a Jorge Mendes, fiado a una supuesta amistad entre el magnate de Singapur y el representante portugués cuya motivación para nada ha resultado altruista. “La Europa League es lo que nos queda para estar vivos en un torneo. Es nuestra última oportunidad”, reconoce Neville, que sin embargo piensa que, suceda lo que suceda, “la temporada no se ha acabado, hay que luchar cada partido”.

Nadie en Valencia cree en la aptitud de Neville como entrenador, sustentado en el banquillo de Mestalla por su apego a Lim, cuya reconocida inversión en la entidad che de 194 millones de euros peligra por la devaluación deportiva de una plantilla ya de por sí sobrevalorada. La personalidad y supuesto liderazgo del exjugador del Manchester United quedó en entredicho en el último partido de Liga disputado en Mestalla ante el Atlético de Madrid y en el cual Neville cedió a la petición soberana para que entrara al terreno de juego Negredo en lugar de Abdennour, como en primera instancia pretendía el preparador inglés a pesar de ir por debajo del marcador. El indolente partido del Valencia ante el Levante no ha hecho más que amplificar la desconexión entre los jugadores, que no entienden las órdenes del inglés.

En caso de caer ante el Athletic, la mayoría del valencianismo opina que Lim debería despedir a su amigo-socio al que regaló sin méritos previos el entrenar a un histórico. “Entiendo el enfado del aficionado, tienen derecho a estar cabreados y hay que aceptar cualquier crítica”, acepta Neville, que sigue confiando en su trabajo. “Creo en mí mismo ciegamente, lo he dicho siempre. Voy a luchar cada día todo lo que pueda para ganar todos los partidos y mi compromiso no va a variar un ápice”, se reafirma el hasta ahora entrenador del Valencia.

Situación inversa en Bilbao

En Bilbao, la vida es de otro color. Ernesto Valverde, renovado ya para la próxima temporada, que será la cuarta consecutiva y la sexta en sus dos etapas, se ha convertido en la pieza más indiscutible del Athletic, un equipo que ha fidelizado sus señas de identidad: compromiso, presión y vértigo en el juego. Su trayectoria en la temporada le avala y especialmente en Europa, donde solo ha perdido un partido (ante el Zilina eslovaco) de los 13 disputados y donde solo se ha ido sin marcar en uno de los 13 partidos disputados: ante el Inter Baku, en la fase previa (0-0).

Pero nadie en el Athletic se agarra a las estadísticas tras el 1-0 ante el Valencia, en aquel San Mamés convertido ese día en arrozal. En las señas de identidad del equipo no figura la capacidad para la especulación. “Nos va bien cuando vamos a por el rival, no cuando especulamos con el resultado”, afirmaba Mikel San José resumiendo la opinión generalizada del club al que acompañarán un millar de aficionados en Mestalla. La Liga Europa es el gran objetivo rojiblanco y Valverde no escatima esfuerzos para conseguirlo.

El Athletic, que ya se encuentra en Valencia, ha viajado con los 21 disponibles. Solo los lesionados Williams e Ibai Gómez se han quedado en Bilbao. Un dato que revela la trascendencia social que el club bilbaíno le da al choque. Nada se reservará en Mestalla para el objetivo, menos ahora que futbolistas como Sabin Merino o Raúl García aligeran la obligación goleadora de Aduriz.

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