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El futuro de Míchel en entredicho al frente del Marsella

El técnico madrileño sigue sin convencer a la directiva del histórico club francés que estudia despedirle a final de temporada

Michel durante un partido del Olympique de Marsella.
Michel durante un partido del Olympique de Marsella.PASCAL POCHARD-CASABIANCA (AFP)

José Miguel González, Míchel, tiene los días contados en el Marsella. El técnico español, de 53 años, sigue sin convencer a la directiva del histórico club francés que estudia quitarle el puesto a final de temporada. En la noche de este martes, Margarita Louis-Dreyfus, la dueña del club, aseguró a través de un comunicado que mantenía la confianza al madrileño para que continúe haciéndose cargo del primer equipo hasta finales de curso. El Olympique atraviesa una grave crisis deportiva que le ha llevado a pelear por no bajar a Segunda. Lleva seis meses sin ganar en su propio estadio y está a seis puntos del descenso a seis jornadas del final de la liga francesa.

La situación se complicó el pasado domingo después de que el Marsella perdiera con estrépito en casa del Bastia. Fue la novena derrota de la temporada, el octavo partido consecutivo sin ganar. El mal resultado fue la gota que colmó el vaso para la directiva del club. En vez de volver a Marsella en el autobús del equipo junto a sus jugadores, Míchel fue exfiltrado del estadio de Furiani, escoltado por Vincent Labrune, el presidente, y Luc Laboz, el director general adjunto. Los tres hombres se subieron en una furgoneta de color negro que les llevó al aeropuerto de la ciudad de Córcega. La imagen del cortejo fúnebre salió en todos los telediarios de Francia, que anunciaron el inminente despido del técnico español.

Pero no hubo despido. Míchel fue convocado este lunes en Zúrich por Margarita Louis-Dreyfus, la viuda de Robert Louis-Dreyfus, el exdueño de Adidas y del Marsella. En la reunión, que duró hasta cuatro horas según el diario L’Équipe, el técnico español aseguró ante la directiva del club y varios asesores jurídicos que no contemplaba para nada entregar su dimisión y que quería cumplir su contrato, que acaba la temporada que viene. La dueña del Olympique tomó nota de su voluntad de proseguir su labor al frente del primer equipo y le dio una última oportunidad para remontar el vuelo en la clasificación, según expresó en el comunicado.

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Dificultades económicas

En realidad, la directiva del Marsella no se puede permitir en este momento de la temporada prescindir de su entrenador debido al incierto futuro económico al que se enfrenta. Margarita Louis-Dreyfus, que lleva desde el año 2009 al frente del Marsella, busca vender el club más laureado del fútbol francés a finales de temporada. Hace una semana, el diario local La Provence informó de que el presidente Labrune, su mano derecha, pidió al banco de negocios Rotschild que encuentre un comprador en el mejor plazo posible. Margarita sabe que la clasificación final del Marsella, que ocupa actualmente la 13ª posición, y la posible victoria en la Copa de Francia – está en semifinal del torneo – condicionarán el precio de venta en parte debido a los derechos televisivos. Un despido anticipado de Míchel y de sus tres ayudantes españoles también le costaría entre 2,5 y 3 millones de euros, según una fuente del club citada por La Provence.

Míchel fichó por el Marsella el pasado mes de agosto, a principios de la temporada, cuando el club francés ya atravesaba una grave crisis institucional tras la fulminante dimisión de Marcelo Bielsa. El técnico madrileño cree que se convirtió ilegítimamente en el chivo expiatorio de la hinchada, que idolatraba a su antecesor, cuando la culpa según él la tiene la cúpula y particularmente el presidente Labrune, que no supo llevarse bien con el técnico argentino. En las instalaciones deportivas del Olympique, Míchel no oculta su desacuerdo con su superior jerárquico. Los dos hombres se esquivan a diario desde hace semanas, según contaba la semana pasada L’Équipe, debido a las diferencias que mantienen sobre la estrategia deportiva del equipo. Un desencuentro relacional absurdo que podría desembocar en la peor crisis deportiva desde 1994 cuando el Marsella fue castigado a bajar a Segunda debido a un escándalo de corrupción relacionado con un partido amañado conocido en Francia bajo el nombre del caso VA-OM.

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