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Dorsey y Ribas sellan la clasificación del Barça

Los azulgrana ganan en Kaunas y se jugarán el pase a la final four con el Lokomotiv Kuban

Robert Álvarez
Dorsey, frente a Jankunas.
Dorsey, frente a Jankunas.VALDA KALNINA (EFE)

El Barcelona ganó en Kaunas y jugará los cuartos de final de la Euroliga. Su rival será el Lokomotiv Kuban. Y estará obligado a ganar al menos un partido en Krasnodar, en el Cáucaso, en la eliminatoria al mejor de cinco duelos que dará el pase a la final four, en Berlín, del 13 al 15 de mayo.

ZALGIRIS, 59; BARCELONA, 66

Zalgiris Kaunas: Vecvagars (13), Seibutis (10), Ulanovas (7), Vene (4), Jankunas (11) –equipo inicial-; Randle (6), Motum (4), Vougioukas (4), Sajus (0) y Hanlan (0).

Barcelona Lassa: Satoransky (8), Oleson (0), Perperoglou (5), Doellman (5), Dorsey (12) –equipo inicial-; Pau Ribas (14), Abrines (6), Navarro (10), Vezenkov (0), Arroyo (4) y Tomic (2).

Parciales: 16-16, 18-12, 14-21 y 11-17.

Árbitros: Mantyla (Finlandia), Sahin (Italia) y Hordov (Croacia).

Zalgirio Arena. 9.090 espectadores. 14ª y última jornada del Top 16 de la Euroliga. El Barcelona se clasifica para los cuartos de final como tercero de grupo.

Dicho esto, el último paso del Barcelona hacia los cuartos de final contuvo más sufrimiento y esfuerzo que chispa y acierto. El equipo azulgrana no jugó bien en la cancha del colista. Estuvo muchos por detrás en el marcador y en ningún momento se le vio suelto en sus acciones. Ganó, sobre todo, gracias al estado de gracia de dos jugadores, Dorsey y Pau Ribas. Ellos evitaron males mayores frente a un equipo con evidentes limitaciones como el Zalgiris.

El que fuera un día ídolo del Palau Blaugrana, Saras Jasikevicius, está aprendiendo a marchas forzadas a contenerse su carácter explosivo y sus gesticulaciones en el banquillo, donde trata de inculcar su visión del juego a sus jugadores. Lo que resulta más difícil o directamente imposible es que les imbuya su talento. De esa cualidad va muy justo el Zalgiris. Y aún así, le dio muchísimos quebraderos de cabeza al Barcelona. Su tesón defensivo le permitió adormecer el juego durante la primera parte en especial.

El Barcelona, frío como un témpano, espeso en ataque, tardó en mostrarse a la altura de lo que se estaba jugando, nada menos que la clasificación para los cuartos de final, o cuanto menos la seguridad de no depender de otros resultados. Jankunas por dentro y Seibutis por fuera hicieron lo suficiente para dar ventaja a su equipo en el marcador (34-28 en el descanso) y también en el duelo táctico. Dominó el Zalgiris y si no hizo más daño fue gracias a Dorsey.

Problema de tiros libres

El pívot que regresó al Barcelona en febrero para suplir al lesionado Lawal, reinó en el interior de ambas zonas. Anotó, capturó rebotes, puso tapones, fue un jabato. Pero no tuvo quien le acompañara durante el primer tramo del partido.

El Barcelona, mal en las transiciones y dubitativo en los ataques en estático, perdió un montón de balones y empezó mal en su primera ráfaga de triples. La paradoja de Dorsey es que, aun siendo el mejor, con 12 puntos, 13 rebotes y una intimidación que abrumó a los pívots del Zalgiris, también quedó en evidencia. Sus repetidos fallos en los tiros libres, con un calamitoso 2 de 9 final, supone un talón de Aquiles que lastra muchísimo su quehacer y regala muchas posibilidades tácticas a los oponentes del Barcelona, que en Kaunas acabó con un 8 de 18 más que preocupante.

Ventajas cortas

La entrada en acción de Pau Ribas resultó un bálsamo para el Barcelona. La defensa mejoró y el escolta catalán anotó los cuatro triples que lanzó. El equipo azulgrana tomó la delantera. Mejoró su juego colectivo. El ataque del Zalgiris se colapsó por momentos. Pero en un partido con guarismos tan bajos el Barcelona tuvo que ir con pies de plomo para administrar sus cortas ventajas. Las apariciones sucesivas de Navarro, Satoransky y Abrines acabaron de inyectar a su equipo la energía imprescindible para sacar adelante el compromiso.

Las ventajas fueron exiguas pero nunca tan escasas como para que el Barcelona se viera preso del pánico. Sacó adelante el partido, pero su juego fue desasosegante. Estará en cuartos de final, pero seguramente necesitará mejorar muchísimo para superar al Lokomotiv Kuban, el equipo de Víctor Claver, con el factor en cancha en contra. La pasada temporada, el equipo de Xavi Pascual fue eliminado en los cuartos de final por el Olympiacos. Para regresar a la final four, en la que ha sido un asiduo actor, deberá subir muchos enteros en su juego en la eliminatoria que se disputará del 12 al 26 de abril.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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