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El Real Madrid se gana una vida extra en la Euroliga tras derrotar al Khimki

Los de Laso disputarán el 'playoff' de cuartos ante el Fenerbahçe con el factor cancha en contra

Faustino Sáez

El Madrid de Laso jugará los cuartos de final de la Euroliga, ante el Fenerbahçe de Obradovic y con el factor cancha en contra, en busca de la que sería su cuarta Final Four consecutiva. El campeón de Europa se ganó una vida extra para estirar su defensa del título tras derrotar al Khimki con orgullo y puntería. Después de un periplo irregular y tortuoso en la competición (12 victorias y 12 derrotas), los blancos, con un bagaje de 11 títulos en cuatro temporadas y media, respondieron de nuevo en otro día D. Carroll, Felipe, Sergio Rodríguez y Llull rindieron a la tropa de Rice recuperando el ideario ganador de un equipo que aprendió la temporada pasada a agarrarse al éxito como pocos.

R. Madrid, 83-Khimki, 70

Real Madrid: Llull (11), Rudy Fernández (8), Maciulis (3), Ayón (4) y Reyes (18) -quinteto inicial-; Sergio Rodríguez (10), Taylor (-), Carroll (23), Nocioni (2), Rivers (-) y Hernangómez (4).

Khimki: Rice (24), Dragic (5), Shved (6), Monia (2) y Augustine (11) -quinteto inicial-; Honeycutt (-), Boone (-), Koponen (13), Ilnitskiy (-), Davis (-) y Vyaltsev (-).

Parciales: 33-28, 21-21, 12-9 y 17-12.

Árbitros: Christodoulou (GRE), Radovic (CRO) y Paternico (ITA). Sin eliminados.

Barclaycard Center: 10.928 espectadores.

Además de la victoria propia, el Madrid necesitaba completar la combinación de resultados para lograr la clasificación con un triunfo del Barça, el Brose o el CSKA y, antes de comenzar su duelo ante el Khimki, los azulgrana ya habían rematado esa parte de la carambola con su triunfo en Kaunas (59-66) -también ganaron los alemanes al Baskonia (89-69)-. A los de Laso, que salvaron el match point en la primera fase con tres victorias consecutivas sin margen de error ante Fenerbahçe, Bayern y Estrasburgo, les volvieron a cuadrar todas las cuentas. Excelsos en ataque en la primera mitad (54 puntos a favor) y en defensa en la segunda (tan solo 21 puntos en contra), los blancos superaron la fatiga física y mental que les acompaña durante todo el curso para seguir peleando por la gloria después de acreditar su colmillo. Con los clásicos al frente; sin fichajes; con Rivers, Taylor y Lima fuera de foco y Ndour y Thompkins fuera de la convocatoria.

Llull fue el primero en desenfundar con ochos puntos en los primeros tres minutos para marcar territorio en una noche clave, pero más vigoroso aún fue el relevo que le dio Felipe Reyes. El capitán comenzó a escribir su enésima oda a la profesión con 11 puntos sin fallo, dos de dos en triples incluido, además de un rebote y tres faltas recibidas en siete minutos de pasión que, junto con los primeros bingos de Rudy, sirvieron a los blancos para dar el primer estirón del partido (25-18, m. 7). Resistió la embestida el Khimki gracias a uno de los demonios de la enciclopedia madridista: Tyrese Rice. Con 11 puntos del base estadounidense, verdugo en la final de Milán 2014, y otros tantos de la pareja Davis-Augustine el conjunto ruso capeó el temporal ante un Madrid iluminado. El notable 8 de 10 en triples del campeón de Europa en el primer acto quedó minimizado por un sobresaliente 12 de 13 del conjunto de Ivanovic en tiros de dos para un vibrante 33-28 en el asalto inicial.

Laso: “Cuando sufres disfrutas más”

"El partido era una final en un grupo durísimo. No sé si se volverá a repetir un grupo así. El equipo se ha mantenido vivo hasta el último día. Hemos hecho un partido muy redondo", dijo Laso tras lograr la clasificación para cuartos.

"Los primeros 20 minutos han sido increíbles. Dirán que no ha habido defensas. Chorradas. Ha sido increíble", siguió el técnico. "Ha sido tan grande el esfuerzo que en el segundo tiempo pesaban las piernas. Normal. Hemos podido ajustar en defensa algunas cosas que habíamos planeado. El trabajo de Rudy con Shved, el de Chacho, de todos ha sido fantástico", añadió. La defensa, a partir del tercer cuarto, fue una de las claves. "Defensivamente hemos cambiado cosas respecto al plan de partido. Hemos cambiado la defensa de Rice. Era clave ser sólidos atrás. Nos ha dado mucho aire en ataque Jaycee [Carroll]. Todos hemos disfrutado y cuando sufres disfrutas más. No nos han regalado estar aquí", añadió el técnico.

El aspecto físico de los jugadores sigue siendo una preocupación para el entrenador. "Rudy tiene la espalda cargada. Thompkins y Ndour van a estar parados diez días. Ayón tiene un pinchazo atrás... Ante el Fenerbahçehabrá que ponerse el traje de faena. Tenemos un cruce durísimo ante un equipo que ha sido dominante. No tenemos la ventaja de campo, pero ya está, ahora hay que hablar en la pista", cerró.

Los contendientes afrontaron la final anticipada sin cadenas, esquivando el cuerpo a cuerpo en favor de un intercambio de golpes que alcanzó cotas excelsas cuando Rice y Carroll la emprendieron a tiros. Bajo la batuta de Sergio Rodríguez (cinco asistencias al comienzo del segundo cuarto), el Madrid lanzó su ventaja por encima de la barrera psicológica de los 10 puntos (39-28, m. 13), pero la puntería febril de Rice, con tres triples consecutivos (otros 11 puntos en el segundo acto), atajó la escapada de los blancos con un parcial de 2-11 (41-39, m. 15). Carroll se encargó entonces de mantener las constantes madridistas con 12 puntos en ocho minutos para recuperar parte de la ventaja blanca y mantener el mando de las operaciones (52-44, m. 18).

El Khimki dominaba el rebote y seguía infalible en la zona, pero el Madrid tenía la fluidez de sus mejores días y la puntería que le permitía avanzar mientras fraguaba el hormigón atrás. Ayón y Nocioni pagaban los achaques acumulados, pero los de Laso tiraban de la memoria del campeón para pasar el rubicón. La aparición episódica de secundarios como Maciulis sirvió para comenzar a alicatar la misión (61-50, m. 24, tras un triple del lituano y dos puntos de Felipe). Rice, sin alternativa, relevo, ni resuello, bajó a 0 sus prestaciones en la reanudación (dos puntos en toda la segunda mitad) al tiempo que Llull retomaba la faena para sellar el demarraje con su tercer triple (66-52, m. 27). El Khimki, que había anotado 28 y 21 puntos en los dos primeros parciales, se quedó en 9 puntos en el tercer asalto. Apenas rechistó Koponen y no hubo rastro de Shved. Aparecieron las defensas y los nervios, la espesura y la responsabilidad. Pero siguió mandando el Madrid y anotando Carroll (78-64, m. 35, tras su quinto triple). El campeón peleará desde la semana que viene ante el Fenerbahçe (en un playoff al mejor de cinco partidos con formato 2-2-1 y factor cancha en contra) para intentar defender su corona en Berlín.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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