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Granada y Málaga, a paso de tortuga

Empate a cero en un partido donde el local Succes gozó de dos claras ocasiones de gol y los de Gracia se defendieron de manera estupenda

Rafael Pineda
Cuenca controla el balón ante Rosales.
Cuenca controla el balón ante Rosales. Miguel Ángel Molina (EFE)

Cuando uno se juega la vida, un punto puede ser la propia vida. Empate a empate, y ya van cuatro, el Granada se aferra a la salvación mientras que el Málaga, mucho más equipo, más compacto, se llevó otro que apenas le sirve en su pelea por alcanzar la séptima plaza, de tintes europeos. El Málaga es un conjunto espectacular en defensa, bien dirigido por Javi Gracia, pero al que le falta un delantero de tronío. Sin Charles, sancionado, solo tuvo dos ocasiones de gol en los dos primeros minutos de partido. Luego, apenas llegó al área de Andrés Fernández a pesar del gran partido de Chory Castro. Echó en falta la creatividad de Juanpi. El Granada sí tuvo dos claras ocasiones de gol. En ambas el protagonista fue Success, que lo mismo provocó el delirio que la desesperación de la grada. El delantero falló en dos ocasiones clamorosas, aunque en la segunda el portero Ochoa le arrebató el balón con una rapidez felina. El valor real del empate solo se conocerá al final de la jornada, cuando jueguen los rivales directos de Granada y Málaga. Puede ser un tesoro o un premio escaso. Lo que sí deja el partido son dos conclusiones claras. Qué completo sería el Málaga si tuviera dos buenos delanteros y cómo le hace falta a Success traducir tanta potencia en calidad futbolística.

Si el derbi regional se hubiera jugado como los dos primeros minutos, el Málaga se hubiera impuesto con una goleada de escándalo. El Granada pelea con seriedad por la salvación, a paso de tortuga, por lo que resultó inexplicable su falta de tensión en los cinco primeros minutos. El Málaga, con los deberes hechos y algunas posibilidades de pelear por Europa, barrió a su rival con un inicio de partido intenso, pleno de velocidad y desborde. Algo parecido a lo que ocurrió hace un par de jornadas en el choque disputado en Sevilla ante el Betis. Entonces fue Adán el que salvó a los verdiblancos. En esta ocasión le tocó a Andrés Fernández, rápido en un rebote de su propia defensa después de una de las especialidades del Málaga, el balón parado. A los dos minutos, el propio portero salió algo tarde ante Cop, pero abrió los brazos para evitar el gol del croata, que pelea por jugar la Eurocopa con su selección.

Los silbidos de la fiel afición del Granada tuvieron el efecto de despertar a sus jugadores, dormidos y sin tensión. Al mismo tiempo, el Málaga se relajó, lo que provocó que las fuerzas se igualaran. El equipo de José González, con un atrevido planteamiento, encontró premio a su juego después de que Success recibiera un pase muy bueno de Rochina. El delantero, solo ante Ochoa, lanzó fuera. Success es un futbolista con unas condiciones físicas estupendas, aunque con evidentes limitaciones técnicas. El día que aprenda el oficio será un delantero temible. Ahora, es un potro desbocado.

Por eso, cuando en el minuto 78 se quedó solo ante Ochoa después de un gran pase de El Arabi, poco aficionados confiaron en que hiciera gol. Su incapacidad para superar al portero en carrera fue tremenda. También resultó satisfactoria la reacción de Ocha, rápido para tocar el balón y evitar el golpeo de Success. La grada la tomó con el delantero mientras se preguntaba por qué José González no agotaba los cambios y sacaba a Peñaranda, autor del gol del Granada en San Mamés la pasada jornada. El talento venezolano se quedó en el banquillo y su equipo se tuvo que conformar con un punto. Así, a paso de tortuga, el Granada intenta escapar del abismo de la Segunda.

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