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Pedro Delgado se enamora del pavés veinte años después de su retirada

El ganador del Tour de Francia del 88 se estrena en la París-Roubaix en una carrera amateur entre miles de aficionados y otros grandes nombres del ciclismo como Tafi o Flecha

Pedro Delgado, durante la París-Roubaix Challenge.
Pedro Delgado, durante la París-Roubaix Challenge.Bito Cels

A Pedro Delgado nunca le gustaron demasiado los tramos adoquinados cuando era ciclista profesional. Los consideraba un freno en su carrera. En ellos solo veía dolor y peligro. Él era escalador, dice, y no veía por qué tenía que enfrentarse a la violencia de las piedras si lo que buscaba era la euforia de las cimas por ser un peso pluma. De hecho, nunca en sus doce años de trayectoria profesional, entre 1982 y 1994, el segoviano disputó la París-Roubaix, la gran clásica del pavés.

Sin embargo, este sábado, el ganador del Tour de Francia del 1988 quiso luchar de una forma inusual contra su aversión al adoquín. El excorredor del Reynolds y del Banesto asaltó entre miles de corredores la París-Roubaix Challenge, una carrera amateur con cronómetros parciales que recoge un día antes el mismo recorrido que el de los profesionales. Junto con un grupo de ciclistas españoles que capitaneaba para una marca de ropa deportiva, Perico completó los 145 kilómetros de la excursión a través de las tierras agrícolas del norte de Francia en algo más de seis horas, es decir, a un ritmo lento. “Me ha dado tiempo a disfrutar. Esta carrera es un placer, aunque sea un infierno”, manifestó con una larga sonrisa que hablaba por sí misma.

Esta carrera es un placer, aunque sea un infierno"

Delgado sólo se arriesgó una vez en la bici sobre los adoquines. Fue en el Tour del 1983, su primero como profesional. La tercera etapa llegaba también en Roubaix, no muy lejos de dónde terminó este sábado la Challenge, en el histórico velódromo de cemento. Y también comportaba una treintena de kilómetros de caminos de piedras como hoy. “Mi primer contacto con la carrera fue bestial. Los bidones volaban. Tenía que apretar muy fuerte el manillar para mantenerme sobre la bicicleta. Tuvo un impacto muy grande para el resto de mi carrera”, recuerda desde el centro del velódromo. Perico perdió nueve minutos en aquella etapa y todas sus opciones para conseguir una buena clasificación en París. Terminó la carrera en el decimoquinto puesto. “Tuve que aceptarlo. Era mi primer Tour”, lamenta todavía.

El exciclista coincidió en la París - Roubaix Challenge con otras leyendas de la disciplina, aunque no sabía que ellas también estaban persiguiendo un reto personal. El italiano Andrea Tafi quiso conmemorar su triunfo de 1999 con un grupo de amigos al completar de igual forma la distancia de 145 kilómetros después de muchos años sin recorrer las carreteras que le consagraron en el panteón del ciclismo. “Es una sensación increíble cada vez que pisó el velódromo de Roubaix”, confesó. El holandés Hennie Kuiper, vencedor en 1983, se sumó al recuerdo colectivo. “La emoción más bonita es cuando ingresas el primero en el velódromo, cuando la gente corea tu nombre, te aplaude. Es impresionante”, añadió.

La emoción más bonita es cuando ingresas el primero en el velódromo" Hennie Kuiper, vencedor en 1983

Otra de las estrellas que iluminaron el día de los 5.300 miles de aficionados que participaron en la Challenge fue el español Juan Antonio Flecha. Hizo el recorrido más largo, de 172 kilómetros, con todos los tramos adoquinados de la carrera profesional del domingo. Flecha fue, con Miguel Poblet, el ciclista español que más se acercó de la victoria en la clásica del pavés al terminar segundo en 2007. Un especialista que nunca tuvo premio. “Es una carrera que siempre tendré en el corazón”, admitió con melancolía tras cruzar la meta.

Para la carrera del domingo, Flecha cree que Imanol Erviti, del conjunto Movistar, podría dar la sorpresa, basándose en su buen resultado de la semana pasada en el Tour de Flandes. El exciclista del Banesto confía en que en el futuro otro español pueda lograr lo que él no pudo, algo con lo que discrepa Pedro Delgado. “La París-Roubaix genera un fuerte interés en España que se refleja en las audiencias de la tele, pero es una expectativa que no se traslada en la planificación de los equipos, que privilegian otro tipo de carrera. Es una pena porque es una carrera de las más bonitas del año, aunque no me arrepiento no haberla disputado”, expresa el también comentarista en TVE. Desde hoy, la Paris-Roubaix cuenta con un nuevo embajador en España.

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