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El Baskonia barre al Panathinaikos

El equipo de Perasovic logra la primera victoria y mantiene el factor cancha a su favor

Tillie lanza ante Radulica.
Tillie lanza ante Radulica.LINO GONZÁLEZ RICO

Ni el más optimista de los seguidores del Baskonia pensaba que su equipo pudiera barrer al Panathinaikos de la cancha del Buesa Arena. Y lo barrió. Podía ganar, porque la andadura europea del Laboral Kutxa es impecable, pero no se pensaba que la escoba pudiera aparecer por un pabellón donde iba a prevalecer el sudor, el nerviosismo y, quizás, las alternativas en el marcador. Pero los 16 puntos de ventaja (84-68) del final se antojaban una distancia imprevisible para un equipo mermado de efectivos por las bajas de Causeur y Senghelia, lesionados, y que además padeció en el último cuarto la lesión muscular de Hanga, la única mala noticia para el equipo de Perasovic.

Porque el resto fue una suma de buenas noticias. Adams y James se alternaron en la dirección hasta que la lesión de Hanga les obligó a jugar juntos en la cancha. No se estorbaron, al contrario, se complementaron sumando cifras importantes: 20 y 11 puntos respectivamente. Precisamente, todo lo que no encontró el Panathinakos, falto de dirección, confuso y terriblemente errático en los triples con un balance de 3 de 19 intentos. Calathes, su director de juego solo apareció cuando el partido estaba vencido, entregado a la fe del Baskonia, que en el tercer cuarto puso tierra de promedio con 15 puntos de ventaja.

LABORAL KUTXA, 84- PANATHINAIKOS, 68

Laboral Kutxa: Adams (20), Hanga (10), Bertans (5), Tillie (7), I. Diop (0) -quinteto inicial-, James (11), Planinic (7), Bourousis (15), Blazic (7) y Corbacho (2)

Panathinaikos: Calathes (5), Williams (7), Pavlovic (2), Gist (7), Raduljika (21) -quinteto inicial- Heynes (11), Jankovic (0), Fotsis (2), Feldeine (2), Diamantidis (0), Kuzmic (4) y Hunter (7).

Árbitros: Radovic (Croacia), Ryzhyk (Ucrania) y Pastusiak (Polonia)

10.936 espectadores en el Buesa Arena

Solo hubo partido en el primer cuarto (18-16), cuando en el equipo griego brillaba la figura enorme del serbio Raduljika, un tipo con aspecto de malo y cara de bueno. Un portento físico que iba enchufando una tras otra las canastas de su equipo. La lucha con Bourousis era una lucha propia de gigantes, tipos que cuando chocan permanecen quietos como rocas. Pero el equipo le acompañaba más al griego que al serbio y Bourousis se fue a sus cifras habituales, 15 puntos, conseguidos peleando por dentro y punteando desde fuera. Solo en ese cuarto puso tomar ventaja en el marcador el equipo de Djordjevic, antes de que un triple de Bourousis fijara el 18-16.

El resto fue un ejercicio de puntería y sacrificio baskonista, con un excelente Hanga, tan eficaz y visual como acostumbra, hasta borrar al Panathinaikos que, sin entregarse, se dio cuenta tras el descanso que esta era una oportunidad perdida y le quedaban cuatro, en el mejor de los casos, para remendar el jirón que le iba descosiendo el Baskonia. Y se lo descosió hasta romperle el traje. El primer golpe lo dio el Laboral Kutxa que el viernes vuelve a medirse al equipo griego en Vitoria.

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